A llegar a la colonia se sintió aliviado, y en seguida se quedó sin fuerzas. Apagó el motor del todoterreno y se bajó de él. Vio a un viejo amigo, a Mediomuerto, como si fuera un espectro verde tambaleándose y sonriendo felizmente.
«Muy a propósito», pensó Saveliy. Se metió por la cabeza la correa de la ametralladora, alargó el brazo y le puso la mano en el hombro a Mediomuerto
—Escúchame atentamente. Es muy importante. ¿Me escuchas?
—Sí —respondió Mediomuerto, mirándolo amistosamente de arriba abajo y despegando los labios con evidente dificultad.
—Siéntate en el coche. Ciérrate por dentro. Ahí hay agua. Siéntate en el coche y bebe agua. ¿Me has entendido?
—Ajá —farfulló Mediomuerto.
«Tengo que recordar cómo se llama —pensó Saveliy—. Vadim, eso es. ¡Se llama Vadim! Para ser un herbívoro medio despersonalizado tengo buena memoria.»
—¿Me has entendido, Vadim?
Mediomuerto asintió con un gesto de cabeza.
—Agua —dijo—. Muy bien.
—Sí —convino Saveliy—. Agua es buena. Siéntate dentro y no salgas. Si sales, te mato. ¿Comprendido?
—Ajá.
—Si se acerca al vehículo alguien que no sea yo y abres la puerta, también te mataré. ¿Entendido?
—Ajá.
—Te vas a sentar ahí dentro, a beber agua y esperar a que yo vuelva. En el maletero hay una mujer durmiendo. Si se despierta, no la dejes salir. ¿Entendido?
—Sí.
—Eres un buen tío, Vadim. Si haces todo lo que te he dicho, te consideraré una persona.
Mediomuerto frunció las cejas y se metió en la cabina. Saveliy le hizo un gesto de agradecimiento con la mano y se encaminó a la casita de su mujer. Pero allí no encontró a Bárbara. Cogió una toalla y se secó la sangre del corte de la mejilla. Se colocó mejor el cinto de la ametralladora y se dirigió al comedor. En la entrada vio a una mujer joven y gorda, una ayudante del laboratorio. Como dirían los aborígenes, una mujer blanca no delgada. La cogió por el cuello. Seguramente su aspecto era muy convincente, ya que la mujer dio un pequeño grito y palideció.
—Todo el mundo lo está buscando —anunció ella—. Su esposa ha dado a luz.
—Gracias —dijo Saveliy con voz ronca—. Es una buena noticia.
—Por cierto, desde hoy le han prescrito un nuevo tratamiento. Inyecciones intravenosas, goteo y…
—A la mierda el tratamiento —la interrumpió Saveliy—. No estoy enfermo de nada. Escuche, esto es muy importante. Déjelo todo urgentemente y reúna a todas las personas de la colonia. A todas. Médicos, voluntarios, personal sanitario… Urgentemente. Dentro de diez minutos los quiero a todos aquí, en el porche.
—¿Qué ha pasado?
Saveliy se quedó pensando: contarlo o no contarlo. Pero si lo contaba, ¿cómo hacerlo? Decidió hacer un breve anuncio:
—Han matado a unas personas.
La mujer se tapó la boca con la mano.
—El resto se lo contaré cuando estemos todos… —No pudo contenerse y gritó:
»¡Vamos, vaya! ¡De prisa!
La mujer asintió y salió corriendo.
«Con las mujeres será más fácil —pensó—. Las mujeres harán todo lo que yo les diga. En cuanto a los hombres, habrá que hacerlos entrar en razón a la antigua y amable usanza: con el dedo firme en el gatillo. ¿O acaso el doctor Smirnov tenía razón y hay más gente buena de la que parece? Entonces no habrá ataques de pánico, intentos de secuestrar el helicóptero o el todoterreno. Por lo demás, me da lo mismo. Estoy dispuesto para cualquier contingencia. Si es necesario, amenazaré, gritaré y dispararé. El doctor dijo que quería sacarnos a todos, lo que significa que hay que sacarlos a todos, incluidos los medio personas, los que tienen una cuarta parte de persona, y los que ya casi no son personas. Todos.
»A mí me da igual cómo me sienta yo. Me importa un carajo cualquiera que sea mi diagnóstico. Me da lo mismo estar al sol o a la sombra.
»Me da igual quién soy, un tallo, un animal o un
homo sapiens
. Herbívoro, caníbal, pálido o todo lo contrario. Seré más persona cada vez que actúe como un humano. Y mientras me quede cerebro y corazón, intentaré llevar a cabo ese tipo de acciones cada día, cada minuto.
»Me da igual en qué puedo convertirme mañana, y aún más pasado mañana. Si hoy soy persona, haré todo lo posible para seguir siéndolo mañana.
»Todavía sigo siendo persona. Persona.»
En la entrada del hospital volvió a tropezar con la misma ayudante.
—Ya he —dijo la mujer hablando muy de prisa—… Se lo he dicho a casi todos… Pronto se reunirán… Pero aquí no se puede entrar con ropa sucia…
—¿Cómo está mi mujer? —preguntó Saveliy.
—Todo en orden. La mamá y el niño están perfectamente. Es un niño precioso, totalmente sano… Le está saliendo sangre de la cara.
—No es nada —dijo Saveliy—. ¿Está segura de que el niño está sano?
—Lo sé de sobra. Rosadito, llorón. Ha pesado casi cuatro kilos.
—¿Y qué tengo yo que hacer ahora?
La mujer gorda blanca se puso a llorar.
—¡Alegrarse!
— FIN —
[1]
Narguile: una forma de fumar tabaco aromatizado (rosa, menta, etc.), propia de países árabes, para lo cual se pone en el suelo un recipiente con vapor de agua y un cuenco con carbones para encender el tabaco. El consumidor aspira por un tubo. Está muy de moda en Moscú desde hace unos años. Los buenos clubes y restaurantes se precian de ofrecer un menú exclusivamente de narguile.
[2]
Existe una ironía en este apellido, pues
blojá
significa «pulga».
[3]
Thomas Chippendale (1718-1779) fue un ebanista inglés, creador del estilo de muebles de lujo que lleva su nombre y que ha pasado a considerarse típicamente inglés.
[4]
Nuevamente el autor juega irónicamente con el apellido: Petujov significa «Gallo».
[5]
Traducción de la antigua forma de designar en chino, primero toda la superficie de la Tierra, y finalmente la totalidad del territorio chino.
[6]
Dazibao: cartel escrito en caracteres chinos.
[7]
Balashija: pequeña ciudad a las afueras del nordeste de Moscú.
[8]
Distrito de las afueras de la ciudad de Moscú.
[9]
La transcripción correcta de esta letra cirílica sería «Sch».
[10]
Esta palabra tiene un doble sentido, ya que «piano» en la grafía del original ruso significa «borracho, bebido».
[11]
Vladímir Monómaco (1053-1125), Gran Príncipe de Kiev.
[12]
Alla Pugacheva (Moscú, 1949), famosísima cantante de la URSS y la Federación Rusa, denominada «diva emblema», cuyas ventas superan los doscientos cincuenta millones de discos.
[13]
Una especie de aguamiel ruso cuyo contenido en alcohol puede variar de cinco a quince grados y que originalmente era de fabricación casera.
[14]
Maxim Galkin, nacido en 1976. Popular humorista, presentador, actor y cantante. El Bulevar de las Pasiones existe actualmente en Moscú, forma parte del llamado Anillo de los Bulevares.
[15]
Chingachgook, el último mohicano.
[16]
Referencia al personaje protagonista de El Libro de la selva, de Rudyard Kipling.
[17]
Ambos callejones existen actualmente en la zona centro de Moscú.
[18]
Bogatir: guerrero heroico de la Edad Media rusa.