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Authors: Franklin López Buenaño

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Si se
continúa utilizando las mismas políticas, los resultados serán los mismos.
Según Walter Spurrier (2010b), si pasa la legislación propuesta en la Asamblea,
se destruirían “unidades agrícolas eficientes, como ingenios azucareros,
plantaciones de banano y palma”. Es un sinsentido que los corazones ardientes,
las manos limpias o las mentes lúcidas sigan aferrados a las políticas caducas
que mataron de hambre a millones en China, Vietnam o Corea del Norte. ¿Por qué
no se comienza repartiendo las tierras que están en posesión del Gobierno o las
de las FF.AA.?, ¿o no será, como hemos venido sosteniendo en este libro, que la
Revolución Ciudadana no es más que el socialismo de la lucha de clases, es
decir, el de siempre?

El engaño de la repudiación a la deuda externa

El
origen de la deuda externa peruana se dio en la década de los setenta, con el
Gobierno militar de Velasco Alvarado. Un día, éste se excusó diciendo: “Si no
hubiéramos hecho nada, no tendríamos por qué haber gastado nada, pero la
revolución
necesitaba cambios que
costaban dinero”. Lamentablemente, los cambios que se hicieron en su
Administración fueron un fracaso total. Curiosamente, fueron las
Administraciones de izquierda (incluyendo la primera de Alan García) las que se
endeudaron en forma creciente. De 1970 a 1990, la deuda creció del 17% al 63%
del Producto Interno Bruto (PIB).
 
Fueron las Administraciones “neoliberales” de Alberto Fujimori y
Alejandro Toledo las que redujeron el peso de la deuda a un manejable 16%.

* Cifras publicadas por el
Ministerio de Economía y Finanzas del Perú.

Por
muchos años, se había venido deplorando y lamentando el peso de la deuda
externa ecuatoriana. Igual que en Perú, fue la Administración revolucionaria de
Guillermo Rodríguez Lara la que inició el endeudamiento
agresivo. *
Sin perjuicio de que su origen haya sido ilegítimo,
como sostiene la Comisión de Investigación de la Deuda Externa, es importante
señalar que fue durante la “larga noche neoliberal” que la proporción de la
deuda externa con respecto al PIB bajó desde 119% en 1989 hasta alrededor del
30% en 2006 durante la Administración de Lucio Gutiérrez. Y no porque se pagó
la deuda significativamente, sino porque creció la economía reflejada en el
aumento del PIB. **

* Wilson Pérez (op. cit.)
indica que la deuda externa creció de 260,8 millones (16% del PIB) en 1971 a 5
868,2 millones (42% del PIB) en 1981.

** Datos obtenidos del
Ministerio de Economía y Finanzas del Ecuador.

Es
verdad que el porcentaje de la deuda se redujo durante el Gobierno de Correa
aún más, del 19% al 14%, pero como resultado de una manipulación maquiavélica
del mercado * y la utilización de fondos:

«… antes tan criticados [pero que] han sido muy
útiles al Gobierno. En efecto, en septiembre de 2008, la Reserva Internacional
(ahorros de diversas instituciones del país) era de 6 500 millones de dólares,
de los cuales, aproximadamente 2 200 millones eran del Gobierno, 2 000 millones
del IESS, 1 000 millones de la banca y la diferencia de otras entidades
estatales. Cuando en ese mes realmente impacta la crisis internacional al
Ecuador porque empieza el derrumbe del precio del petróleo y otros impactos, el
Gobierno utiliza la reserva para compensar los desfases financieros, y es así
como, en junio de 2009, la reserva estaba en 2 200 millones, es decir, se
utilizaron 4 300 millones en nueve meses, ¡todos los fondos del Gobierno más
préstamos del IESS! (Pablo Lucio Paredes, 2010)».

* Los detalles de la
manipulación se pueden encontrar en el documento “La verdad sobre la deuda
externa ecuatoriana”, de Bruno Faidutti, IEEP, 2007.

Vale
repetir, fueron los Gobiernos
revolucionarios
de Velasco Alvarado y Rodríguez Lara los que abrieron la puerta para el
endeudamiento, mientras que fueron los “neoliberales” los que lograron
reducirla, tanto en su monto como en el peso de su amortización.

Nuevos acreedores

Antes
de que el Gobierno comenzara a “repudiar” al Fondo Monetario Internacional
(FMI), el Ecuador era uno de los países
menos
endeudados del mundo. Los pagos por deuda e intereses eran tan bajos que
pareció haberse terminado, que no iba a ser
eterna
.
Pero el financiamiento del proyecto político recobró nueva vida para los
acreedores y empobrecimiento para el pueblo.

China
se ha convertido en la principal fuente de crédito para el país. El primer
préstamo fue de 1 000 millones, a dos años con una tasa anual de 6,5% y el
compromiso de venta de 36 mil barriles de petróleo
diarios
.
 
El monto total de
los préstamos chinos llega a 5 000 millones de dólares, a tasas de interés de
entre 6% y 7%. Estas condiciones son peores que las de los organismos
financieros internacionales como el Banco Mundial o el FMI, tan impugnados por
los socialistas. Actualmente, el FMI está realizando préstamos al 1,1% y hasta
12 años plazo y con condiciones mucho más relajadas que antes. En 2005, el
Ecuador pagaba un promedio de 2,7% al FMI y 4,1% a otros Gobiernos.

Es más,
se conoce que las operaciones de crédito con China han aceptado tribunales de
arbitraje internacional en Londres para solucionar posibles conflictos futuros.
Es que los chinos no van a prestar así nomás sabiendo que, en el pasado, se ha
repudiado la deuda con países extranjeros.

El proyecto político y otros
resultado
s

Se
ría fatuo pensar que haya
personas serias y sensatas que no se preocupen por el desarrollo económico, por
la evidente y desastrosa desigualdad de ingresos o riqueza o por las carencias
enormes de los pobres en países como el Ecuador. Sin desmerecer que estas dos
últimas situaciones, desigualdad y pobreza, merecen cuidado especial en el
diseño de políticas públicas, no es factible ni viable tratar de resolverlas si
no van acompañadas de un esfuerzo significativo para acelerar el crecimiento y
el desarrollo económico.

Mucho
existe en la literatura económica al respecto, pero vamos a concentrar el
análisis en el desempeño de la economía desde la perspectiva de la seguridad
jurídica, es decir, el marco institucional, las reglas que, como dijimos
anteriormente, generan los incentivos o desincentivos para la actividad
económica. Hay que enfatizar que la corrupción, el uso de los fondos públicos y
la tramitología son también factores determinantes para el buen o mal
funcionamiento de la economía.

Gobierno: ¿problema o solución?

Aunque
parece perogrullada, no puede negarse que, sin un marco institucional (las
“reglas del juego”) que proteja y haga respetar los derechos de los ciudadanos,
nunca se podrán crear las condiciones para la creación y la acumulación de
riqueza. Si éstas proporcionan favoritismos y prebendas para algunos o si están
a discreción de los gobernantes o legisladores, tendremos primero una
concentración de riqueza en manos de los favorecidos y, segundo, tasas de
crecimiento menores a las que existirían por el desincentivo a emprender
negocios o entrar en contratos mercantiles, es decir, a dedicarse a actividades
productivas.

En lo
económico, entre las reglas más importantes, están los derechos a la propiedad
privada, las condiciones a la inversión y a la producción, y el sistema de
tributación. En lo social, son importantes la administración de justicia, la
seguridad personal y un buen sistema de educación pública. ¿Está haciendo lo
que se debe el proyecto político de la Revolución Ciudadana? El mejor barómetro
para medir los resultados son las cifras publicadas por el mismo Gobierno o por
analistas económicos de conocida reputación.

Es fácil ser socialista con la plata ajena

Durante
este Gobierno, el gasto público pasó de 24% del PIB en 2006 a 40% en 2009. Se
estima un Presupuesto de 16 857 millones de dólares pero, como no van a haber
suficientes fondos ni del petróleo ni de los impuestos, el déficit para 2010 se
cree que llegará a 4 000 millones. Para tener una idea de cómo ha crecido el
gasto del Gobierno central, veamos que el déficit de 2009 (2 635 millones de
dólares) constituye 80% de todo lo que gastó en 2000. Hace cinco años, el gasto
del Gobierno ascendía apenas a 6 232 millones de dólares.

Para
tapar la “brecha”, el Régimen consiguió que el Instituto Ecuatoriano de Seguro
Social (IESS) adquiriera bonos del Estado en un monto de 3 568,2 millones de
dólares. El IESS se ha convertido en la “caja chica” del Gobierno pues, en
cuanto le falta plata, echa mano del dinero de los obreros, empleados y
jubilados.

Pero el
problema no radica en el financiamiento, radica en el excesivo gasto público.
Ventajosamente, desde que se dolarizó la economía ecuatoriana, el Gobierno ya
no dispone de la máquina para hacer billetes que, además de la deuda y la
tributación, era una de las maneras más nocivas de empobrecer al pueblo. No
obstante, se debe advertir que el propuesto Código de Planificación y Finanzas
Públicas crea mecanismos para que opere en un entorno igual al que existiría
sin dolarización.

Este
Código, en opinión de varios analistas —Gonzalo Maldonado Albán, de
El Comercio
; Pablo Lucio Paredes, de
El Universo
; Simón Cueva de diario
Hoy
—, consagra la adicción del Gobierno
a gastar plata ajena y permite el endeudamiento para gasto corriente violando
indirectamente la Constitución, que solo autoriza deuda para gastos de
inversión.

¿Hacia dónde se va tanta plata?

»

Alianza
País llegó al poder prometiendo prestar más atención (con mayor gasto público)
a lo social: salud, educación y vivienda e infraestructura (carreteras,
puentes, aeropuertos, etc.). Pero ¿es verdad que el sector social ha sido
prioridad dentro del gasto público?

Según
Gabriela Calderón (2009):

«Los Gobiernos que precedieron al de Rafael Correa
ya estaban aumentando el gasto: entre 2003 y 2007, el “gasto social” en el
Ecuador creció en 129,7%; en otras palabras, más que se duplicó en cuatro años.
Si observamos por separado cada ministerio involucrado en este “gasto social”,
vemos que las tasas pueden ser aún más impresionantes: entre 2004 y 2007, el
presupuesto del Ministerio de Bienestar Social creció en 431,7%; el de
Desarrollo Urbano y Vivienda, en 214,3%; el de Educación, en 64,7%; el de
Salud, en 76,8%, y el de Trabajo en 148,2%.

»En todo el Presupuesto, solo el gasto de un
sector tendrá un crecimiento de tres dígitos: el de la Presidencia y sus
entidades administrativas (267%). Según el Observatorio de la Política Fiscal,
en el Presupuesto para 2010, vemos que el gasto en vivienda se reduce en 52
millones de dólares y que el aumento para salud (270 millones) y educación (274
millones) sumados (270 millones+274
 
millones=544 millones) son menos que el incremento en el gasto para la
Presidencia y sus dependencias (586 millones)».

Hablando
en porcentajes, se aumentan los gastos para la Presidencia en 260% y los de
educación y salud en 9,3% y 27,7%, respectivamente. Los gastos en vivienda se
reducen en 24,3%. El gasto en defensa crece en 29,8%. Vaya prioridades de un
Gobierno que dice poner primero a los pobres…

Según
Vicente Albornoz (2010): “El gasto público en el Ecuador está diseñado para
beneficiar a las clases media y alta, pues los mayores rubros de gasto
(burocracia y subsidios a los combustibles) llegan directamente a esos grupos
de población. Para el próximo año, está previsto que el Gobierno gaste 6 000
millones de dólares en burocracia (clase media y alta) y 1 600 millones en
subsidios a los combustibles, mientras que al bono solidario (que llega a los
pobres) se destinarán solo 660 millones de dólares”.

Otros
gastos estrafalarios, entre los más conspicuos (porque hay otros que ni se sabe
cuántos son, como los gastos de las FF.AA. o del cuerpo diplomático), son:

—Las cuatro campañas
electorales adicionales y la publicidad electoral que se pagó con plata del
Estado. El gasto para redactar una Constitución tan inaplicable que varias
leyes aprobadas después violan. El gasto en una Asamblea Nacional que no ha
cumplido a tiempo las tareas que la Constitución le encomendó.

—La publicidad para convencer
al país de que la Revolución Ciudadana “está en marcha” y los insultos a la
prensa durante el Mundial de Fútbol.

—Las reuniones de Alianza
PAÍS que paga el Estado.

—El helicóptero indio que
se cayó y los aviones “inteligentes” que no vuelan por falta de repuestos.

—Los gastos en empresas
públicas que dan pérdidas, como la millonaria inversión para relanzar
El
Telégrafo
y mantener
El Ciudadano
, dos
periódicos que nadie lee, y la inversión en el nuevo diario del Gobierno
El Verdadero
. Las pérdidas de Alegro y
las de GamaTV.

—El Gobierno del Litoral
y los ocho
superministerios
y otros
organismos como el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS),
que pidió millones de dólares para su operación. Las numerosas comisiones (para
investigar la deuda externa, los contratos del hermano del presidente, el
bombardeo en Angostura y la infiltración de la CIA, entre otras), que no
condujeron a ninguna parte.

—La evaluación de las
universidades que preparó el Conea y que no sirvió para nada.

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