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Authors: Bernard Werber

Tags: #Ciencia, Fantasía, Intriga

El día de las hormigas (51 page)

BOOK: El día de las hormigas
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Podrían pasar años buscando. Nunca descubrirían Bel-o-kan por sus propios medios.

—No vamos a dejar que venga una hormiga aquí a humillarnos, ¿no? —dijo nervioso Méliés.

Arthur Ramírez defendió a su huésped.

—Lo único que quiere, antes de introducirnos en su nido, es comprendernos mejor. Y tiene razón. En su lugar, yo obraría del mismo modo.

—Pero ¿cómo darle una visión «objetiva» de nuestro mundo?

Pensaron. ¡Un enigma más! Jacques Méliés terminó por exclamar.

—Se me ocurre una idea.

—¿En qué consiste? —preguntó Laetitia, que siempre desconfiaba de las iniciativas fogosas del comisario.

—La Televisión. ¡La Te-le-vi-sión! Claro, con la Televisión nos posamos sobre el conjunto de la especie humana, palpamos el pulso de la Humanidad entera. La Televisión muestra todos los aspectos de nuestra civilización. Contemplando la televisión, nuestra 103 estará en condiciones de juzgar en su alma y en su conciencia lo que somos y lo que valemos.

187. Feromona

LEYENDA MIRMECEANA

Desciframiento autorizado

Feromona memoria nº
123

Tema:
Leyenda Salivadora

Reina:
Chli-pu-ni

Contaré la leyenda de los dos árboles. Dos hormigueros de especies enemigas vivían cada uno sobre un árbol. Los dos árboles eran vecinos. Pero ocurrió que una rama empezó a brotar lateralmente para reunirse con él otro árbol, de modo que cada día la rama se acercaba un poco más. Las dos especies sabían que, cuando la rama franquease el espacio entre los dos árboles, se produciría la guerra. Pero ninguna tomó la delantera. La guerra no empezó sino el día en que la rama rozó el árbol vecino. Los combates fueron despiadados. Esta historia muestra que existe un momento preciso para hacer las cosas. Antes, resulta demasiado pronto; después, demasiado tarde. Cada cual sabe intuitivamente cuál es el momento oportuno.

188. El peso de las palabras, el impacto de las imágenes

Instalaron a 103 ante un pequeño televisor a color de cristales líquidos retro-iluminados. Como la pantalla seguía siendo demasiado grande para la hormiga, dispusieron delante una lupa al revés que reducía a su centésima parte la estatura de las imágenes. De este modo la hormiga tenía una visión televisada perfecta.

En cuanto al sonido, Arthur enchufó el altavoz del televisor frente al micrófono de la «Piedra de Roseta». De este modo la exploradora belokaniana podía disfrutar de la imagen y del sonido-perfume de la televisión de los Dedos.

Por supuesto, no percibiría ni la música ni los ruidos; con ese procedimiento comprendería sólo lo esencial de los comentarios y de los diálogos.

103 produjo una gota de saliva donde esperaba anotar sus observaciones sobre las costumbres dedaleras. De ellas deduciría luego lo que valían aquellos animales.

Arthur Ramírez enchufó el televisor. Apretó al azar una tecla de su mando a distancia.

Cadena 341:
«Con Krak-Krak os libraréis fácilmente de las…»

Jacques Méliés dio un brinco y zapeó al instante. ¡Su brillante idea no estaba exenta de riesgos!

Recepción:
¿Qué es eso? —pregunta 103.

Angustia entre los humanos. Se apresuran a tranquilizarla.

Emisión:
Nada más que publicidad de un alimento. Nada interesante.

Recepción:
No, ¿qué es eso, esa luz plana?

Emisión:
La televisión, nuestro modo de comunicación más difundido.

Recepción:
Es fuego plano y frío, ¿no?

Emisión:
¿Conocéis el fuego?

Emisión:
Evidentemente, pero no éste. ¡Explicádmelo!

Arthur Ramírez pasaba apuros para tratar de explicarle el principio del tubo catódico a una hormiga. Intentó una comparación.

Emisión:
No es fuego. Brilla y es claro, pero porque se trata de una ventana por donde desfila todo lo que ocurre en todas partes en nuestra civilización.

Recepción:
¿Y cómo llegan esas imágenes hasta aquí?

Emisión:
Vuelan por el aire.

103 no comprende esa tecnología dedalera pero capta que verá el mundo de los Dedos como si se encontrara al mismo tiempo en varios lugares a la vez.

Cadena 1.432.
Informativos. Crepitar de ametralladoras. Voz en off: «Los iraquíes han elaborado unos gases capaces de matar…»

Arthur zapea deprisa.

Cadena 1.445.
Elección de Miss Mundo. Pasan muchachas contoneándose.

Recepción:
¿Quiénes son esos insectos que tropiezan sobre sus dos patas inferiores?

Emisión:
No son insectos. Se trata de animales, de humanos, de Dedos como ustedes los llaman. Ésas son nuestras hembras.

Recepción:
Entonces, ¿eso es un Dedo visto en su totalidad, desde su altura?

La hormiga acerca su ojo derecho a la lupa y pasa largo rato examinando las formas que se agitan en la pantalla.

Recepción:
O sea, que tenéis ojos y boca, pero colocados en la parte superior del organismo.

Emisión:
¿No sabías eso?

Recepción:
Pensaba que no erais más que una masa rosa. No tenéis antenas. Entonces, ¿qué hacéis para hablarme?

Emisión:
Empleamos el modo de comunicación auditivo sin utilizar antenas.

Recepción:
Y os faltan dos patas. ¡Sólo tenéis cuatro! ¿Cómo podéis caminar?

Emisión:
Dos patas inferiores nos bastan para caminar, pero hemos tardado mucho tiempo en hacerlo sin caernos. Utilizamos las dos patas anteriores para llevar objetos, por ejemplo. No es como en vuestro caso, en el que todas las patas sirven para avanzar.

Recepción:
Las que tienen el pelo largo sobre el cráneo, ¿están enfermas?

Emisión:
Algunas hembras se dejan crecer el pelo para seducir mejor a los machos.

Recepción:
¿Y cómo es que vuestras hembras no tienen alas?

Emisión:
Ningún Dedo tiene alas
.

Recepción:
¿Ni siquiera los sexuados?

Emisión:
No.

103 escruta atentamente la pantalla. Las hembras Dedos le parecen realmente muy feas.

Recepción:
¿Cambiáis el color de caparazón como los leones?

Emisión:
No tenemos caparazón. Nuestra piel es rosa y está desnuda y la protegemos con ropas de todos los colores y de todos los motivos.

Recepción:
¿Ropa? ¿Es una especie de camuflaje para que no os cojan vuestros depredadores?

Emisión:
No exactamente, es más bien una forma de protegerse del frío y de mostrar la propia personalidad. Se trata de fibras vegetales tejidas.

Recepción:
Ah, ¿sirve para la parada amorosa como en el caso de las mariposas?

Emisión:
Si así lo quieres… Lo cierto es que, a veces, nuestras «hembras» vestidas de cierta manera atraen más la atención de los machos.

103 se hace muchas preguntas pero aprende rápido. Algunas cuestiones resultan más difíciles de contestar que otras. Por ejemplo. «¿Por qué se mueven los ojos de los Dedos?», o «¿Por qué los individuos de una misma casta no tienen todos el mismo tamaño?» Los tres humanos tratan de responder del mejor modo posible, utilizando un vocabulario simplificado pero claro. Se ven casi forzados a reinventar la lengua francesa, porque sus palabras abundan en ocasiones en sobreentendidos y sutilezas que se veían obligados a redefinir en cada caso para hacerse comprender por la hormiga.

Por último, 103 se cansa de aquel desfile de hembras humanas. Quiere ver otra cosa. Méliés zapea. Cuando una imagen retiene su atención, la hormiga emite un «alto».

Recepción:
Alto. ¿Qué es eso?

Emisión:
Un reportaje sobre la circulación en las grandes ciudades.

Voz en off del comentarista: «Los embotellamientos constituyen uno de los problemas más preocupantes de nuestras metrópolis. Un estudio de los servicios especializados ha demostrado que, cuanto más autopistas y autovías se construyen, más coches compra la gente y más aumentan los embotellamientos.»

En la pantalla, largas filas de vehículos inmóviles entre una humareda grisácea. Travelling hacia atrás sobre varios kilómetros de caravanas, de camiones, de coches, de autobuses pegados al asfalto.

Recepción:
¡Ah, los embotellamientos en las grandes ciudades son una plaga en todas partes! Otra cosa.

Sucesión de imágenes.

Recepción:
Alto. ¿Y eso qué es?

Emisión:
Un documental sobre el hambre en el mundo.

Cuerpos macilentos, niños de ojos llenos de moscas, bebés descarnados colgados de los senos fláccidos y vacíos de unas madres harapientas, gentes sin edad de mirada fija…

Voz indiferente del comentarista: «La sequía continúa causando estragos en Etiopía. Tras cinco meses de hambre se anuncian ahora invasiones de grillos peregrinos. Los médicos de la ayuda internacional intentan socorrer con escasos medios a las poblaciones locales.

Recepción:
¿Qué es eso de médicos?

Emisión:
Unos Dedos que ayudan a otros Dedos cuando están enfermos o en necesidad, cualquiera que sea su territorio e incluso si no tienen el mismo color de piel. No todos los Dedos son rosas, también los hay negros y amarillos por el mundo
.

Recepción:
También en nuestra especie los colores pueden ser diferentes. Eso basta a veces para crear enemistades.

Emisión:
También entre nosotros.

Cadena 1.227
,
1.226
,
1.225
. Alto.

Recepción:
¿Eso qué es?

Méliés reconoce inmediatamente la imagen.

—Es una cadena codificada. Es… una película pornográfica.

No hay posibilidad de explicárselo aunque Ramírez lo hace lo mejor que puede. 103 exige la verdad.

Recepción:
¿Qué?

Emisión:
Son películas donde se muestra a unos Dedos reproduciéndose…

La hormiga contempla las imágenes con mucho interés.

Comentario de 103.

Recepción:
¿Lo hacéis por la cabeza?

Emisión:
Bueno, realmente no —dice— Laetitia confusa
.

En la pantalla, la pareja cambia de posición y se abraza.

Comentario de 103.

Recepción:
De hecho, hacéis el amor como las babosas. Retorciéndoos sobre el suelo. No debe ser muy agradable. Debe uno rozarse por todas partes.

Laetitia Wells, molesta, zapea.

Cadena 1.224
. Pululación de masas de puntitos negros.

Recepción:
Alto. ¿Qué es?

Emisión:
Un… un reportaje sobre las «hormigas».

Recepción:
¿Y qué son las «hormigas»?

Dudan en comentar las imágenes poco elogiosas para la especie mirmeceana, reducida al estado de magma pululante.

Recepción:
¿Qué son las «hormigas»?

Emisión:
Bueno, algo complicado de explicar.

Ramírez vacila y luego confiesa.

Recepción:
Las hormigas sois… vosotras.

Emisión:
¿Nosotras?

103 estira el cuello. Incluso en primer plano no consigue reconocer a sus hermanas porque su visión es esférica mientras que la de los humanos es plana.

Distingue vagamente la visión de un vuelo nupcial. Unas princesas y unos machos que despegan.

103 escucha al redactor y aprende muchas cosas sobre su especie. No sabía que las hormigas eran tan numerosas sobre la Tierra. No sabía que unas especies de Australia llamadas «hormigas de fuego» estaban dotadas de un ácido fórmico de una concentración tan fuerte que roía la madera.

103 anota y sigue anotando. No consigue separarse de aquella ventana por donde desfilan tan deprisa tantas informaciones interesantes.

Las horas siguientes se dedicaron por entero a esa cura intensiva de televisión.

El tercer día, 103 asiste a un espectáculo de actores cómicos. Varios comediantes se apoderan de un micrófono y cuentan historias que hacen reír a carcajadas a toda una sala.

Un hombre regordete y jovial arenga al público: «¿Sabéis cuál es la diferencia entre una mujer y un político? ¿No? Pues ésta. Cuando una mujer dice no, quiere decir tal vez, cuando una mujer dice tal vez, quiere decir sí, y cuando dice sí se la considera una guarra. Mientras que cuando el político dice sí, quiere decir tal vez; cuando el político dice tal vez, quiere decir no, y cuando el político dice no, se le considera un cerdo.»

La sala se revuelca.

La hormiga se frota las antenas.

Recepción:
No he comprendido nada…

Emisión:
Son cosas de risa —explicó Arthur Ramírez
.

Recepción:
¿Y qué es la risa?

Laetitia Wells se esforzó por explicar el humor dedalero. Intentó en vano contarle la historia del loco que pinta una y otra vez su techo. Y más chistes. Pero sin las referencias culturales humanas, no tenían sentido.

Emisión:
¿No hay nada que os haga reír en vuestro mundo? —preguntó Jacques Méliés.

Recepción:
Primero tendría que saber lo que es la risa, no veo realmente de qué se trata
.

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