Con un débil grito final, Hristomilo cayó hacia adelante, las manos todavía aferradas a sus ojos por encima de su nariz prominente, la empuñadura de plata de la daga sobresaliendo aún entre sus dedos.
La telaraña fue palideciendo, como tinta húmeda lavada con un chorro de agua limpia.
El Ratón echó a correr y traspasó a Slivikin y la enorme rata de una estocada de Escalpelo, antes de que las bestias supieran lo que sucedía. También ellas murieron en seguida con leves gritos, mientras todas las demás ratas daban media vuelta y huían a sus agujeros, tan velozmente como rayos negros.
Entonces se desvanecieron los últimos rastros de niebla nocturna o humo embrujado y Fafhrd y el Ratonero se encontraron solos con tres cuerpos muertos y un profundo silencio que parecía llenar no sólo aquella habitación sino toda la Casa de los Ladrones. Incluso la lava de las retortas había dejado de moverse, se estaba endureciendo, y la madera de la mesa ya no humeaba.
El furor y la rabia de los dos amigos también se habían desvanecido, saciada con creces su venganza. Ya no sentían el apremio de matar a Krovas o a cualquiera de los otros ladrones más de lo que deseaban aplastar moscas. Y entonces Fafhrd vio en su mente, horrorizado, el rostro lastimero del ladrón infantil al que había atravesado en su furor lunático.
Sólo su aflicción permaneció con ellos, sin disminuir ni un ápice, sino más bien creciendo..., aquello y la revulsión, que aumentaba todavía con más rapidez, por cuanto les rodeaba: los muertos, la desordenada sala de la magia, toba la Casa de los Ladrones y la ciudad de Lankhmar en su conjunto, hasta su último callejón hediondo y espira de niebla serpenteante.
Con un bufido de disgusto, el Ratonero extrajo a Escalpelo de los cadáveres de los roedores, la limpió con el paño más a mano y volvió a envainarla. Fafhrd, de un modo igualmente superficial, limpió y envainó a Varita Gris. Luego los dos hombres recogieron su cuchillo y daga del suelo, donde habían caído cuando se desvaneció la niebla, aunque ninguno miró la daga de Vlana donde estaba hundida. Sobre la mesa del brujo observaron el bolso de terciopelo negro con bordados de plata v el cinturón de Vlana, este último medio carcomido por la lava derramada, y la caja de Ivrian, esmaltada de azul con plata incrustada, de la que extrajeron las joyas de Jengao.
Sin más palabras de las que habían intercambiado en el nido incendiado del Ratonero detrás de la Anguila, pero con una imbatible sensación de que sus propósitos eran los mismos y de su camaradería, echaron a andar con los hombros inclinados v con pasos lentos y cautelosos, que sólo gradualmente se apresuraron al salir de la sala de la magia y por el corredor con su gruesa alfombra. Pasaron ante la sala del mapa, su ancha puerta de roble y hierro todavía cerrada, y ante las demás puertas cerradas y silenciosas. Estaba claro que todo el Gremio estaba aterrado por Hristomilo, sus hechizos y sus ratas. Sus pasos resonaron por las escaleras, y se apresuraron un poco. Recorrieron el pasillo inferior vacío, pasaron junto a sus puertas cerradas, y sus pisadas resonaban fuertemente por mucho que trataran de no hacer ruido; pasaron bajo la hornacina de los centinelas, ahora con las paredes calcinadas por el fuego y desierta, y salieron a la calle de la Pacotilla, girando a la izquierda y hacia el norte porque ése era el camino más corto para ir a la calle de los Dioses, donde doblaron a la derecha y al este —no había un alma en la ancha calle excepto un flaco y encorvado aprendiz que fregaba con semblante aburrido las losas ante una tienda de vinos, mientras una débil luz rosada empezaba a aparecer por el este, aunque había muchos bultos dormidos, roncando y soñando en los arroyos de la calle y bajo los pórticos oscuros- sí, doblando a la derecha y hacia el este por la calle de los Dioses, pues aquel era el camino de la Puerta del Pantano, que conducía a la carretera del Origen, al otro lado del Gran Pantano Salado, y la Puerta del Pantano era el camino más próximo para salir de la grande y magnífica ciudad que ahora era tan odiosa para ellos que no podían soportarla por un solo doloroso latido de corazón más de lo necesario... una ciudad de fantasmas amados y a los que no podían volver el rostro.
La carrera literaria de
Fritz Leiber
(1910) tiene su origen en los años cuarenta, en el seno de revistas populares como
Unknown
y la mítica
Weird Tales.
Ha cultivado indiscriminadamente la fantasía, la ciencia ficción y el terror, llegando a destacar como maestro en los tres géneros. Virtuoso de la escritura y de la recreación de ambientes, ha sabido dotar a toda su obra de una finísima ironía. Su ciclo dedicado a
Fafhrd y el Ratonero Gris,
sus creaciones más populares, está unánimemente considerado como la obra maestra de la fantasía heroica, término cuya acuñación se debe al propio Leiber. Entre el resto de su producción destacaremos en esta ocasión la novela
Nuestra Señora de las Tinieblas,
de próxima aparición en la colección Gran Fantasy, ganadora del Premio Mundial de Fantasía y una de las novelas de mayor talla e influencia en el desarrollo del terror urbano.
Una bibliografía sucinta del autor comprende los libros siguientes:
CICLO DE FAFHRD Y EL RATONERO GRIS:
1970 —
Swords and Deviltry (Espadas y demonios,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 2, Barcelona, 1985).
—
Swords Against Death (Espadas contra la muerte,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 8, Barcelona, 1986).
1968 —
Swords in the Mist (Espadas entre la niebla,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 16, Barcelona, 1987).
—
Swords Against Wizardry (Espadas contra la magia,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 21, Barcelona, 1989).
—
The Swords ofLankhmar(Las espadas de Lankhmar,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 25, Barcelona, 1990).
1977 —
Swords and Ice—Magic (Espadas y magia helada,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 28, Barcelona, 1990).
1988 —
The Knight and Knave of Swords (La hermandad de las espadas,
Ed. Martínez Roca, col. Fantasy núm. 33, Barcelona, 1992).
NOVELAS:
1943 —
Conjure Wife (Esposa hechicera,
Ed. Martínez Roca, col. Super Terror núm. 30, Barcelona, 1989).
—
Gather Darkness! (¡Hágase la oscuridad!,
Ed. B, col. Libro Amigo CF núm. 10, Barcelona, 1987).
1945 —
Destiny Times Three.
1953 —
The Sinful Ones.
— The Creen Millenium.
1958 —
The Big Time(El Gran Tiempo,
Ed. Adiax, Barcelona, 1983).
—
The Silver Eggheads (Los cerebros plateados,
Ed. Martínez Roca, col. Super Ficción núm. 8, Barcelona, 1976).
1964 —
The Wanderer (El planeta errante,
Ed. Edhasa, col. Clásicos de Nebulae, Barcelona, 1988).
1966 —
Tarzan and the Valley of Gold.
— A Specter Is Haunting Texas (Un fantasma recorre Texas,
Ed. Martínez Roca, col. Super Ficción núm. 25, Barcelona, 1977).
1975 —
Our Lady of Darkness (Nuestra Señora de las Tinieblas,
Ed. Martínez Roca, col. Gran Fantasy, Barcelona, de próxima aparición).
RECOPILACIONES DE RELATOS:
1947 —
Night's Black Agents (Espectros de la noche,
Ed. Martínez Roca, col. Super Terror núm. 18, Barcelona, 1986).
1961 —
The Mind Spider and Other Stories (La mente araña,
Ed. Martínez Roca, col. Super Ficción núm. 37, Barcelona, 1978).
1962 —
Shadow with Eyes.
1964 —
A Pail of Air (Un cubo de aire,
Ed. Géminis, Barcelona, 1968).
—
Ship to the Stars (Naves a las estrellas,
Ed. Vértice, col. Galaxia núm. 43, Barcelona, 1965).
1966 —
The Night of the Wolf.
1968 —
The Secret Songs (Las canciones secretas,
Ed. Verón, Barcelona, 1974).
1969 —
Night Monsters.
— Demons of the Upper Air
(poemas).
1974 —
The Best of Fritz Leiber.
— The Book of Fritz Leiber.
1975 —
The Second Book of Fritz Leiber.
1976 —
Changewar (Crónicas del Gran Tiempo,
Ed. Martínez Roca, col. Super Ficción núm. 91, Barcelona, 1984).
—
The Gbost Light.
1990 —
The Leiber Chronicles. Fifty Years of Fritz Leiber.
PREMIOS:
1958 — Hugo por
El Gran Tiempo.
1964 — Hugo por
El planeta errante.
1968 — Hugo y Nébula por «Voy a probar suerte» (incluido en
Los Premios Hugo 1968—1969,
Ed. Martínez Roca, col. Gran Super Ficción, Barcelona, 1984).
1970 — Hugo por «Nave de sombras» (incluido en
Los Premios Hugo 1970—1972,
Ed. Martínez Roca, col. Gran Super Ficción, Barcelona, 1988).
— Hugo y Nébula por «Aciago encuentro en Lankhmar» (incluido en
Espadas y demonios).
1975 — Lovecraft Award y August Derleth Award por «El expreso de Belsen» (incluido en
El Gran Libro del Terror,
Ed. Martínez Roca, Barcelona, 1989).
— Grand Master of Fantasy (Gandalf) Award.
1976 — World Fantasy Award por
Nuestra Señora de las Tinieblas.
—
Hugo y Nébula por «¡Coge ese Zepelín!» (incluido en
Los Premios Hugo 1976—1977,
Ed. Martínez Roca, col. Gran Super Ficción, Barcelona, 1989).
— Live Achievement Lovecraft Award.
1985 — Locus por
The Gbost Light.
1986 — Gigamesh de fantasía (España) por
Espadas y demonios.
—
Gigamesh de fantasía por «Aciago encuentro en Lankhmar» (incluido en
Espadas y demonios).
1987 — Gigamesh de fantasía por «Casa de ladrones» y «El bazar de lo extraño» (incluidos en
Espadas contra la muerte).
1988 — Gigamesh de fantasía por
Espadas entre la niebla.
—
Gigamesh de fantasía por «Tiempos difíciles en Lankhmar» (incluido en
Espadas entre la niebla).
1990 — Gigamesh de fantasía por
Espadas contra la magia.
—
Gigamesh de fantasía por «Los señores de Quarmall» (incluido en
Espadas contra la magia).
—
Gigamesh de terror por
Esposa hechicera.