En la mayoría de los presentes reverberaba la alegría de la iluminación.
—Si —prosiguió el cura—. Semejante Cristo es grotesco. Sin embargo, durante centurias los cristianos nos hemos empeñado en imitar esa caricatura de Cristo. No hemos hecho otra cosa que reeditar el fariseísmo que Él condenó. En vez de adorar un Cristo humilde, solidarizado con los pobres al extremo de ser igual al último de ellos, que murió en una vil cruz de madera, nos empecinamos en construir pesebres de ensueño, fabricar cruces de oro y ceñir su cabeza con pesadas coronas refulgentes de pedrerías. Dios ejemplarizó claramente con su Hijo, despreciando las riquezas terrenales, comprometiéndose en forma abierta, notable y hasta escandalosa con los réprobos de la sociedad, con los pecadores, los indignos. Jesús dictó su mensaje a los campesinos, a las prostitutas, a los que veían a los grandes sacerdotes desde lejos porque les estaban vedadas las primeras filas. Dios se mezcló con el pueblo para demostrarle que puede conectarse con Él sin necesidad del fastuoso Templo. Dios vivió como el pueblo para demostrarle que puede llegar a Él sin tener que imitar a los poderosos.
—No entiendo hija, cómo puedes aguantar más de cinco minutos ese olor a incienso. En pleno siglo XX, cuando el hombre conquista el cosmos y vence una enfermedad tras otra, a ti, súbitamente, se te da por hacerte beata. Es, en pocas palabras, un escándalo.
—Sólo te fijas en los aspectos exteriores, igual que Néstor.
—No me compares con Néstor, ¡es un anarquista!
—Él es un anarquista, yo una beata. Sólo tú detentas la Verdad. Tú y tus amigos millonarios.
—Son hombres íntegros.
—Por favor, papá, no me obligues a ofenderte...
—¿Crees que es más revolucionario tu famoso padre Torres? —se encrespó el doctor Bello.
—Él vive lo que predica.
—Sí... "Haz lo que yo digo", ¿empieza así sus sermones?
—Asumió ya en estas estructuras injustas al hombre nuevo, porque es apto para la sociedad mejor. En cambio, ustedes se tranquilizan la conciencia haciendo reuniones o firmando manifiestos inoperantes, confabulando alrededor de mesas lujosas, en cenáculos donde el único que merece hablar es el sirviente que les prepara café y al que ustedes hacen salir para que no se entere de los planes que trazan en su bien, pero mientras hay que explotarlo porque "total, vivimos en el capitalismo y usufructuándolo contribuiremos a agudizar sus contradicciones y acercarnos la revolución" —le dijo sin pausa, con las venas del cuello ingurgitadas.
El doctor Bello contrajo sus mandíbulas, hizo chirriar los dientes.
—¿Qué hombre nuevo asumió él? ¿Elige algunos pasajes de la Biblia que piden justicia social para ponerse a la moda y aumentar la concurrencia de sus misas?
—Él escucha y respeta, papá. Es algo que en el Partido han olvidado hace mucho. Cree firmemente en su religión, pero no se cierra a nada ni se escandaliza por nada, si se lo expresan con honestidad, en cambio, ustedes tienen en funcionamiento un mecanismo en la cabeza, que sólo deja pasar por el oído lo que coincide con las últimas versiones de la Enciclopedia Soviética y el resto pasa directamente a los labios para transformarse en sonrisa de suficiencia o en juicios de reprobación y desprecio.
—Los dogmas no los inventamos nosotros, hija...
—No, pero han asimilado bien ciertas enseñanzas.
—Resulta tragicómico —cambió el tono de voz—. La Iglesia, que aún combate al marxismo, que se alió a todos los movimientos reaccionarios de la historia, que condenó la ciencia en favor del oscurantismo, que bendijo guerras de opresión, que se llenó de riquezas y de poder, que ahora cambia levemente el rumbo sólo para no perder privilegios, es para mi hija, para mi propia hija, el baluarte del progreso y de la liberación.
—La Iglesia como institución temporal, como comunidad de hombres, ha cometido todo eso. Lo que el padre Torres rescata es su meollo trascendente.
—Ya veo... Te ha catequizado bien, no le faltan agallas a ese curita. ¿No querrás con el tiempo hacerte monja?
—Sigues cerrado. Eres hermético, papá. A tu Partido le vendría bien una revolución como la que conmueve ahora a la Iglesia.
—Escucha: no es la primera vez que un sector de la Iglesia adopta un curso distinto a su corriente general. Conoces historia y no hace falta que te dé ejemplos. La Iglesia bendice a los ejércitos de un lado y del otro de la frontera: a cada uno le desea la victoria. Y siempre triunfa la Iglesia. En nuestros días hay ciertos matices: en los países socialistas perdió ascendencia y entonces aparenta apoyar ciertos movimientos revolucionarios en los capitalistas. La Jerarquía los apoya parcialmente, emitiendo mensajes declamatorios sin consecuencias prácticas. En los hechos, la Jerarquía mantiene firme su alianza con las minorías detentadoras del poder. Esos mensajes por un lado y la acción perplejizante de ciertos curas por el otro, tienen algunos objetivos concretos: primero, capitalizar a las masas paupérrimas desligándolas de los auténticos movimientos revolucionarios. Segundo, tranquilizar a los intelectuales honestos que exigen cambios. Tercero, lograr algunas concesiones que no tocan los privilegios fundamentales de la minoría, pero sirven como apaciguamiento, eternizando las actuales relaciones de producción. El común denominador de esto es narcotizar: narcotizar al pueblo y a las conciencias, eliminar sólo lo superficial, como se saca el polvo de los muebles para que el mueble dure más tiempo.
Me empezó otro dolor de cabeza y olvidé tomar los comprimidos el día no me alcanza porque todo recae sobre mí debo atender a Eurídice a Néstor y a Pedro y darle consejos a cada uno aunque Eurídice es muy inteligente salió parecida a mí y tiene lógicas ambiciones cualquier muchacho no es para ella como le dijo o yo lo dije primero y ella lo repite pero lo esencial es que además de dinero tenga otras cualidades como por ejemplo una familia de alcurnia con vinculaciones en las esferas más altas Eurídice podría tener varios novios porque los muchachos se le amontonan apenas aparece no es necesario que me lo cuenten yo lo puedo imaginar muy bien y Eurídice podría decir "me gusta éste" pero ella es prudente y no se va a manchar saliendo con uno que después resulte un palurdo cualquiera que solamente luce su físico de salón pero no tiene modales educados ni cultura ni dinero ni buena familia para eso es mejor no comprometerse con nadie hasta que el destino disponga es claro que yo estaría más contenta si ella se encaminara de una vez hacia el matrimonio con Jorge Silva Morales porque es un joven respetuoso y su padre una bellísima persona con quien Pedro pudo conversar muchas veces antes que yo los invitara a casa con su esposa e hijos o sea Jorge y dos hermanas para que iniciáramos una amistad que redundaría en beneficio mutuo la cabeza me martilla y las aspirinas ya no me hacen efecto debería dormirme pero estoy despierta más que nunca porque ese tema de Silva Morales me excita y recuerdo qué linda estaba Eurídice si yo fuera un joven como Jorge me habría enamorado al instante de ella pero estoy segura que aparenta una forzada indiferencia por educado que es o porque no se anima sus padres bien contentos estarían con una nuera como Eurídice que es bonita respetuosa fina ilustrada y toca el piano aunque me parece que esto último no les interesa mayormente por qué no me vendrá el sueño el padre de Jorge es el propietario de una cadena de Bancos y todos los ministros de economía buscan su amistad no pasan dos meses y ya hace otro viaje al exterior entrar en una familia como la suya implicaría dar el salto más grande de la vida no solamente para asegurar el porvenir sino la felicidad porque Jorge heredará las riquezas y notoriedad de su padre mejor que tome otro analgésico sobre la mesita de luz la doméstica dejó un vaso con agua esa tarde corrí peor que hoy y felizmente no se me produjo jaqueca tuve que probar el vestido que estrenó Eurídice y el vestido que estrené yo y luego ir a la peluquería y a último momento se le rompió un taco a la nena de ese nuevo modelo recién importado y ya habían cerrado los negocios menos mal que Pedro consiguió hablar con el gerente y el pobre fue en persona a entregarnos otro aunque no era tan bonito pero hacía juego con su traje de fiesta y después tuve que repetir las instrucciones a las domésticas y a los mozos para que no fallara ningún detalle creo que la reunión salió bien porque comieron de todo y nos reímos mucho Néstor estuvo muy ocurrente y suelto de cuerpo porque me parece que le gusta una de las chicas Silva Morales pero yo necesito que antes se formalice el compromiso con Eurídice porque tal vez los padres de Jorge no verían con agrado ligar dos de sus hijos a una sola familia y Jorge quizá no se atreva a invitar a mi nena porque teme alguna iniciativa de Néstor aunque ya pasó bastante tiempo y eso le preocupa a Eurídice y también a mí pero yo no lo manifiesto porque agravaría su estado de ánimo ellos en realidad aún no nos invitaron a su residencia Néstor lo repite diciendo que ni siquiera se acuerdan de nosotros pero yo creo que son gente muy ocupada y no pueden organizar una reunión en cualquier momento el señor Silva Morales viaja continuamente y deberíamos sentirnos muy honrados y halagados de que haya venido a nuestra casa no pasará mucho y nos pedirán que los visitemos a ellos pero yo como madre no dejo de preocuparme mucho Eurídice se ha desilusionado y es necesario impedir que estas cosas vayan para muy largo de modo que se enfrían para siempre así que ese té de beneficencia organizado para mañana por la Liga de Madres Católicas es una excusa magnífica que yo no podía desaprovechar y me armé de coraje y telefoneé a la señora de Silva Morales para invitarla a concurrir y ella aceptó enseguida porque no tenía ningún compromiso pero yo creo que tiene interés en complacerme y mantener nuestras relaciones yo iré con Eurídice aunque no se lo dije quiero que la vea otra vez y cambie algunas palabras con ella para que influya sobre su hijo y lo estimule a avanzar en ese momento me empezó la jaqueca porque yo tenía preparadas en la boca un montón de explicaciones sobre la calidad del té para persuadirla a concurrir pero ella no me dio tiempo y eso me emocionó tanto como si hubiera dicho que Jorge la quiere a Eurídice y me empezaron a doler las sienes pero así y todo concluí la conversación telefónica y después llamé a Eurídice para rever nuestro guardarropa y elegir las prendas que vestiremos.
CRÓNICAS
Periodista
: ¿A qué atribuye el éxito de su catequesis universitaria? ¿Satisface las ansias de innovación y hasta revolución, que exige nuestra juventud?
Padre Torres
: He convertido a esta iglesia en un recinto abierto al diálogo, donde nadie pregunta cuánto tienes y de dónde procedes, sino cuáles son tus interrogantes y cuáles tus opiniones.
Periodista
: Entonces es una actividad marginal de la Iglesia.
Padre Torres
: No, central. La Iglesia es una comunidad de hombres. Cada hombre es un ladrillo del sublime cuerpo de Cristo. A veces la fractura de pocos ladrillos puede perjudicar la estabilidad de todo el edificio. Por eso debemos cuidar a los individuos. Cada uno es sagrado y merece la máxima atención. En eso se basa el auténtico diálogo: interesarnos por los demás, con respeto y con amor.
Periodista
: ¿No teme que los estudiantes marxistas quieran aprovechar las discusiones para propagar su ideología?
Padre Torres
: Eso denunciaría debilidad de mi fe. Mi fe no teme a ninguna ideología, está por encima de ellas, puede aplastarlas o nutrirlas.
Periodista
: ¿Su actividad está respaldada por la Jerarquía?
Padre Torres
: Informo periódicamente a mi Obispo. No tengo nada que ocultar.
Periodista
: Sus prédicas son consideradas en ciertos círculos como subversivas.
Padre Torres
: No es la primera vez que el cristianismo es acusado de subversión: lo certifican millares de mártires y nuestro máximo testigo: Cristo.
Periodista
: ¿Insinúa que el cristianismo, para ser auténtico, debe mantenerse en estado de rebelión?
Padre Torres.—
El cristianismo es incompatible con Herodes, con Caifás y con Pilato. Ellos quisieron y lograron la muerte de Jesús. Ellos lo pretenden asesinar por segunda vez.
Periodista
: ¿Qué quiere decir?
Padre Torres
: Lo comprenderá releyendo los Evangelios. Su lenguaje es suficientemente claro para que nadie, si no cierra voluntariamente su intelecto, pueda equivocarse. Herodes, Caifás y Pilato son las tres fuerzas que ahora, como antes, representan la autoridad legítima en el país, en la religión y en las zonas de influencia imperialista. Para mantener esa autoridad que no es grata al pueblo ni a Dios, tienen que asesinar a Cristo.
Periodista
: Discúlpeme la siguiente pregunta, padre: ¿Se considera usted tan católico como antes de viajar a Europa, o ahora su catolicismo es compartido por ideas socialistas?
Padre Torres
: Mi catolicismo ha ido creciendo a medida que aumentaba mi concientización. He rescatado lo esencial de mi fe, como a una perla encerrada en una espesa concha.
Periodista
: ¿Cuál sería la concha?
Padre Torres
: La que Cristo denunció. Lo remito otra vez al Evangelio.
Periodista
: ¿Tiene algo más que agregar?
Padre Torres
: Que juntamente con el padre Agustín Buenaventura deseamos bajar al llano. Queremos estar al servicio de los necesitados, porque eso es cristianismo. Queremos contribuir a que el fermento evangélico se propague. Estamos convencidos de que la Iglesia es la gran fuerza que purificará a Latinoamérica, que Cristo dará evidencia de su gloriosa Resucitación a través de una liberación —de la muerte, de la opresión, de la miseria— que alcanzará a los hombres que habitamos este continente, que creemos en Él y que somos parte de Él.
La señora Fuentes y su hija penetraron con estudiada elegancia en el luminoso hall del Palace Hotel. Un anunciador señalaba con una flecha azul la sala donde se realizaba el té organizado por la Liga de Madres Católicas. La doble puerta de cristal dejaba ver mesas tendidas y muchas personas conversando en grupos, de pie aún. Las dos mujeres se contemplaron brevemente en un espejo lateral, palparon sus mejillas para descartar un rubor precoz e inoportuno y penetraron en el espacioso recinto.
Sin quitar la sonrisa de sus labios —que otorgaba cierto grado de seguridad— buscaron con los ojos a las personas conocidas, como el náufrago a una nave de salvamento. Enseguida se les aproximaron dos mujeres de la Comisión Directiva. La señora de Fuentes se alegró al reconocerlas; lanzó un gritito algo más estridente del calculado y les aproximó su mejilla. Enseguida presentó a Eurídice.