Es de suma importancia que un empresario como Jonathan Panhacker siga vivo hasta el miércoles 18, ya que tiene un acuerdo financiero con su hijo, Henry, para heredar cien mil libras de aquel entonces. Cuando muere de forma inesperada, los tres violinistas conspiran para cerciorarse de que siga «vivo» durante unos días más.
Ésta es la última obra teatral que escribió Agatha Christie y la única que no tuvo un estreno en los teatros del West End londinense. Tras una carrera teatral plagada de momentos gloriosos, con la que batió no pocos récords, esta última obra supuso un triste telón. Su oferta dramática anterior,
Regla de tres
(véase más arriba), no tuvo una buena acogida, y pasaron diez años antes de que se sintiera tentada de probar suerte de nuevo en la escena.
Tres violinistas
es una comedia en dos actos basada en la intriga, aunque por desgracia no contiene ni elementos cómicos ni una intriga potente, al menos en una mezcla que funcione, con lo que se queda a caballo de uno y otro extremo sin ser una cosa ni la otra. Su historia es complicada. En su primera encarnación,
Cinco violinistas
, se estrenó el 7 de junio de 1971; al año siguiente, el 3 de agosto, se presentó una versión rehecha con el título de
Tres violinistas
. En el año que pasó entre una y otra, Christie amalgamó algunos de los personajes para reducir el número de violinistas.
El planteamiento es bastante directo. Si Jonathan Panhacker sobrevive hasta el miércoles 18, se validará el acuerdo financiero que tiene con su hijo Henry para que herede cien mil libras de aquel entonces. A su vez Henry ha prometido invertir el dinero en un plan empresarial con Sam Fletcher y Sam Bogosian. Cuando Jonathan de pronto aparece muerto, Henry, Sam y su secretaria, Sally, los tres violinistas del título, urden un plan para mantenerlo «vivo» hasta el 18. Para ello es necesario una doble impostura, un dudoso certificado de defunción y una revelación acerca de un asesinato anterior. Surgen las complicaciones en el segundo acto, cuando varias personas que conocieron a Jonathan llegan al escondite, en un hotel, y exigen verle.
Al igual que muchos de los títulos posteriores de Christie, más flojos, contiene buenas ideas, pero el genio que había demostrado tener para explotarlas parece haberla abandonado; si hubiese escrito esta obra teatral veinte años antes habría desarrollado la trama de manera más convincente. Existe una impostura inverosímil y un asunto poco creíble con relación a unos frascos de píldoras antes de que la obra culmine con el desenmascaramiento de un asesino poco o nada probable. No puede ser mera coincidencia que en muchas de las obras teatrales de la época tardía —
La telaraña
,
Una visita inesperada
,
Veredicto
,
Las ratas
y
Tres violinistas
— se repita esta situación en la que uno se pregunta si se saldrán con la suya, aun cuando a menudo logre también revelar quién es el asesino.
No es pues de extrañar que su productor, Peter Saunders, no estuviera demasiado deseoso de estrenar la obra en el West End, suponiendo con buen criterio que la crítica se iba a ensañar con ella. En realidad, la prensa local no fue nada amable; algunos comentarios del estilo de «entretenida, divertida, pero nada exigente», «en vena ligera, al borde de la farsa» o «de trama previsible, sin ingenio, superficial» salpimentaron las críticas que recibió.
Ya en octubre de 1958 encontramos las primeras semillas de la obra plantadas en el Cuaderno 15, aunque habían de pasar más de doce años hasta que comenzara a cultivarlas en serio. Obviamente, en esta época tan avanzada se dedicó a visitar de nuevo sus fieles cuadernos para hallar ideas susceptibles de explotación:
Oct. de 1958
Proyectos
Una obra teatral… de tono ligero (¿del estilo de La telaraña?) ¿En dónde? ¿En una escuela de señoritas?
¿O una fiesta en la que se juega a «hacer trampas a la muerte»? ¿O fingir una muerte? ¿O escurrirse de una muerte natural… una secretaria reverencial e hinchada? ¿Una tontuela elegida a propósito? Sala de juntas… K. se hace pasar por esposa y por cadáver… peluca, etc. Un gran lío…
La «escuela de señoritas» aparecería en
Un gato en el palomar
, publicada al año siguiente. Y los «juegos con la muerte» es una idea que se prolonga un tanto en el Cuaderno 39 (véase más adelante). «Escurrirse de una muerte natural» es la idea en la que se basa
Tres violinistas
.
El Cuaderno 4 contiene la mayor parte de la trama, aunque, como sucede en otros títulos posteriores, las propias notas son vagas, imprecisas, faltas de concentración, si bien la lista de personajes es exacta. Uno de los misterios secundarios de esta obra teatral es el nombre de los dos personajes principales: Panhacker y Bogosian son dos de los nombres más insólitos que se dan en el amplio elenco de Christie.
Escena… un despacho
El señor Willis Stanley empieza un trozo
Su amigo, el señor Bogosian
Nellie (M), entregada, cariñosa, parlanchina, distraída
El dueño del ático… Un hombre muy rico que vive en las Antillas
¿Su hijo o su sobrino? Se trata de todas sus pertenencias en Inglaterra
Ha consultado con los financieros… quince días antes
Aparece después de comer y sube… O se ha estropeado el ascensor… Así que llega… se sienta en la otra sala… aparece muerto
M. dice que será su marido o su hermano… Ve a comprarme una cebolla
[para echarse a llorar]
Jeremy Brooker Brown
No hay problema… Tiene que seguir vivo… Geraldine…
Adelante, sigamos arriba con todo esto
Gina
Sally Lee
Sam Fletcher
Jan Bogosian
Henry Panhacker
Solomon Panhacker
Una azafata
El inspector Wylie, detective
El señor Moss
Se consideraron varios títulos, y
This Mortal Coil [Esta carga mortal]
aparece en uno de los primeros guiones:
Esta carga mortal
Operación «fecha límite»
Seis peniques menos
Fecha límite
El violín de Muerte
En el Cuaderno 39, bajo un encabezamiento misterioso como es «Pieza teatral de M y J», encontramos dos intentos de obra teatral sobre «deberes de muerte». El primer esbozo contiene ciertos ecos de «Jane busca trabajo», publicado originalmente en agosto de 1924 y recopilado diez años después en
El misterio de Listerdale
:
Deberes de muerte… La muchacha ha muerto… Iba a heredar una gran fortuna… La idea consiste en que parezca que está viva durante una semana más. El hombre anuncia que precisa de una joven… metro sesenta y cinco, rubia, de complexión delgada, ojos azules, etc. primera escena, muchachas interesantes, rebajada de tono… Se elige a una para que suplante a la muchacha… J
La segunda está más cerca de la que sería la trama final, aunque no se desarrolló hasta el Cuaderno 4, en donde empieza a ser reconocible la trama de
Tres violinistas
:
Deberes de muerte… una muerte natural, el cadáver ha de esconderse durante una semana… Suplantación por parte de M o J… el enterrador echa una mano. Despacho… M y sus dos jefes… El señor Leonard, grande, jocundo, corriente
El señor Arkwright, melancólico, temeroso
Están en buen lío sin saber qué hacer…
¡Sally!
Extendida a lo largo de un periodo de dieciséis años, la obra teatral versa sobre los intentos del joven rey Akenaton por introducir una nueva religión en Egipto. Su fracaso representa una tragedia para él, para su reina y, en definitiva, para Egipto.
Son casi cincuenta las páginas de notas para este título, sobre todo en el Cuaderno 61. Según sir Max Mallowan, el marido de Christie, es «la obra teatral» más bella que escribió. Se basa en el faraón egipcio Akenaton y transcurre en el año 1375 a. de C. Aunque escrita en 1937, no se publicó hasta 1973, con un texto de presentación escrito por la propia Agatha Christie. Poco después de terminarla, Christie se la envió al actor (y más tarde sir) John Gielgud. Su respuesta, que ella conservó, fue una muestra de admiración por la obra teatral, al tiempo que declinó la oferta de implicarse en la producción. De hecho,
Akenaton
nunca se llegó a montar profesionalmente, pero se vio en el Agatha Christie Theatre Festival de Westcliff en 2001; en una representación única se empleó el mínimo de decorado y de atrezo, y fue en lo esencial una lectura escénica.