Camino al futuro (37 page)

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Authors: Peter Rinearson Bill Gates

BOOK: Camino al futuro
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Aunque el mundo educativo ha sido menos receptivo al cambio que el mundo de los negocios, pocos educadores cuestionan ahora que las PC puedan ser beneficiosas. El debate se ha trasladado a cómo y cuándo debería utilizarse una PC, cómo pagarla y qué demandas nuevas planteará a los profesores su utilización. Algunos educadores permanecen cautelosos. No quieren emprender experimentos imprudentes con la formación de nuestros niños. Pero este conservadurismo, combinado con la excepcional seguridad en el puesto de trabajo que disfrutan muchos educadores, puede acentuar la resistencia frente a las oportunidades positivas que la tecnología puede aportar a la educación.

El escepticismo sobre la posibilidad de que se produzcan grandes mejoras en la educación es comprensible dados los obstáculos que se presentan ante el cambio. Es por eso que antes de describir el modo como la tecnología puede mejorar el aprendizaje, voy a sostener que el sistema educativo es capa; de cambiar, y que cambiará con toda probabilidad, aunque la cuestión de cuándo lo hará exactamente sigue estando abierta.

Si creemos que el cambio en realidad es posible, es más fácil ser optimista acerca de las posibilidades que se abren para estudiantes y profesores.

El sistema educativo en Estados Unidos ha sido un mundo aparte, al igual que en muchos oíros países. El mundo de los negocios ha luchado por adoptar nuevos enfoques productivos, pero las escuelas han sido mucho mus renuentes al cambio, cuando han cambiado. Si alguien que hubiera abandonado la sociedad hace 20 años entrase en una oficina de hoy. Se vería sorprendido por el puesto de trabajo actual: menos niveles jerárquicos, computadoras en todas las mesas, correo electrónico, aparatos de fax, intranets. Pero si entrara en un aula americana, hallaría poco que no le fuera familiar. Dos o tres PC anticuadas al final de la clase podrían llamar su atención, pero eso es lodo. A medida que viese interactuar a los estudiantes con el profesor reconocería los mismos roles y pautas que experimentó cuando era niño y que usted probablemente experimentó también, cualquiera que sea la edad que tenga ahora.

Pero si miramos hacia atrás, a un momento decisivo en la historia de Estados Unidos, a otra era en la que tanto los negocios como las pautas de la sociedad apoyaban un cambio fundamental, podemos ver que las escuelas responden.

A principios de la última década del siglo XIX se desarrollaron definitivamente los medios de comunicación de masas. La lectura de los periódicos crecía rápidamente y surgían por aquel entonces revistas de circulación masiva. El mundo se hizo más pequeño como consecuencia de las mejoras en las comunicaciones y en el transporte, y la gente tomó plena conciencia de lo rápido que estaba evolucionando la sociedad y lo anticuado que parecía ser el sistema educativo. Los adolescentes descubrieron que los pues tos de trabajo de mensajeros, que eran fáciles de encontrar antes, se hacían de repente escasos como consecuencia del teléfono. Se dieron cuenta de que necesitaban tener capacidades nuevas y más complejas para la industria y los negocios, y permanecieron en la escuela cada vez mil tiempo. Muchos de ellos fueron conscientes de que una buena formación podía significar un buen puesto de trabajo. En Estados Unidos, la matriculación creció rápidamente hasta que, hacia 1900, más de un adolescente de 11 años iba al colegio.

Imaginemos como era la educación entonces. Decenas de millones de inmigrantes atiborraban las escuelas y los servicios sociales de nuestras grandes ciudades. Muchos de los estudiantes apenas podían hablar el idioma nacional. Estaban poco capacitados y tenían pocas esperanzas. Sin embargo, esa generación y la siguiente alcanzaron grandes mejoras en sus niveles de vida en parte porque el sistema educativo se adaptó a sus necesidades.

A lo largo de la mayor parle del siglo XIX, el profesor había definido la experiencia educativa casi sin ayuda. Pero a medida que se aproximaba el final del siglo, la gente sentía que las escuelas tenían que modernizarse y preparar a sus hijos para alcanzar el éxito en la nueva sociedad industrial.

Los movimientos de reformas pidieron que los planes de estudio formales asumieran un papel mayor y que el profesor fuera menos dominante al decidir qué era lo que los colegios tenían que enseñar a los niños. Hubo importantes debates, que se prolongaron durante décadas, sobre si los planes de estudio tenían que destacar la capacidad de pensar o la adquisición de conocimiento específico, si algunos colegios, o incluso clases de secundaria, tenían que ser electivos, si había que agrupar a los estudiantes de acuerdo con sus capacidades, si las ciencias naturales tenían cabida en la enseñanza, etc. La llegada de la Era Industrial no llevó el cambio rápidamente a los colegios, pero éstos cambiaron y, con el tiempo, los cambios condujeron a una reestructuración del sistema educativo.

Hoy, al final de otro siglo, el cambio está de nuevo en el ambiente. La gente se pregunta si los colegios tienen que proporcionar a sus hijos las capacidades que necesitan para triunfar esta vez en la Edad de la Información. Una nueva revolución tecnológica está transformando el mundo económico y replanteando nuevas demandas a nuestro sistema educativo.

Aunque la tecnología por sí misma está proporcionando los medios para satisfacer estas demandas. Los que se resistan al cambio se enfrentarán al creciente número de personas que ven que la tecnología pone a su disposición la mejor manera de aprender. Los agentes del cambio serán los propios niños.

Los niños y las computadoras se llevan muy bien, en parte porque los pequeños no están predispuestos para hacer las cosas en formas ya establecidas. A ellos le gusta provocar una reacción y las computadoras son reactivas. Los padres se quedan sorprendidos a veces por lo hábiles que son con las computadoras, incluso en edad preescolar, pero la fascinación tiene sentido cuando pensamos en lo que divierte al niño la interacción, ya sea jugando al escondite con uno de sus padres o manejando un control remoto y viendo cómo cambian los canales.

Cuando mi sobrina tenía tres años le gustaba jugar con Just Grandma ana Me, un CD-ROM de Broberbund basado en un libro infantil. Había memorizado el diálogo en su libro de dibujos y hablaba según iba viendo los personajes. Cuando mi sobrina utilizaba el ratón de la computadora para pulsar en un correo electrónico, éste se abría y saltaba una rana, o a veces aparecía una mano y empujaba la puerta del buzón para cerrarla. Su capacidad para influir sobre lo que había en la pantalla, responder a la pregunta «qué es lo que pasa si oprimo aquí», mantenía en vilo su curiosidad, La interactividad, combinada con la calidad subyacente de la historia, la había enganchado.

Los padres se han estado quejando últimamente de que muchos programas de software educativo {cilmuinmeni) tenían poco contenido educativo y demasiado contenido de diversión. Habían esperado que la PC tuviese un determinado papel en la educación de sus hijos. Las venias de computadoras personales en Estados Unidos han sido extraordinarias, y entre las familias que tienen hijos, el índice de penetración es cercano al 50%. Los padres dicen en las encuestas que la educación y el trabajar en casa son las dos razones principales que les han llevado a comprar una computadora. La Ley de Moore y la tremenda competencia se han puesto de acuerdo para hacer de la computadora personal de 1200 dólares una fantástica plataforma para la educación, que tiene un disco duro de gran capacidad, un monitor en color, un dispositivo de CD-ROM, utilidades de audio y un módem para conectarse a Internet.

En Estados Unidos, la demanda de una fuerza de trabajo educada competitivamente es alta. Los padres se sienten inseguros ante las perspectivas de empleo de los niños y han leído una y otra vez que habrá «dos sociedades»: la de los trabajadores del conocimiento, bien pagados, y la de los trabajadores de servicios, mal pagados. Los padres que utilicen las computadoras en el trabajo y en casa presionarán a los colegios para que las incorporen al programa. Los empresarios están preocupados porque los trabajadores nuevos no tienen conocimientos idiomáticos, matemáticos, de productividad y de uso de la tecnología.

La presión para el cambio no procede sólo de los padres y de los empleadores. Los colegios comunitarios, los subvencionados o los programas alternativos dentro de las escuelas públicas y la enseñanza en el hogar están ganando popularidad. Todas estas alternativas dan más posibilidades de elección a los padres y a los estudiantes. La enseñanza en el hogar cuenta aproximadamente con un millón de estudiantes del decimosegundo grado en Estados Unidos, un 2% del total. Casi la mitad de ese 2% de enseñanza en casa se imparte, al menos parcialmente, por las capacidades sociales e interpersonales, tales como el modo de trabajar de manera cooperativa.

Algunas personas temen que la tecnología deshumanice los colegios, aislando a los estudiantes. Pero cualquiera que haya visto alguna vez a un grupo de chicos trabajando juntos en torno a una computadora, como hicimos mis amigos y yo en 1968, o que contemple los intercambios entre estudiantes que están en aulas separadas por océanos, sabe que la tecnología puede humanizar el enlomo educativo. Una de las experiencias educativas importantes es la colaboración y en algunas de las aulas más creativas del mundo las computadoras y las redes de comunicaciones están facilitando ya la colaboración.

La computadora no dominará la experiencia del aprendizaje, pero la mejorará eficazmente, en especial fuera de la clase. De ledas las prometedoras capacidades de las computadoras, la que más me atrae es su potencial para permitir a las personas perseguir sus intereses con facilidad y llegar tan lejos como quieran.

Los grandes educadores han sabido siempre que el aprendizaje continúa en todo lugar, no sólo en las clases y bajo la supervisión de un profesor.

El incentivo para aprender mediante la búsqueda y el descubrimiento está enraizado profundamente en todos nosotros, pero ni siquiera los aprendices muy motivados y que cuentan con excelentes profesores lo han tenido siempre fácil. A menudo encontrar la información para satisfacerla curiosidad o acabar con la confusión es difícil.

Siempre he creído que las personas tienen más inteligencia y curiosidad de lo que nuestros instrumentos de información les han permitido desarrollar plenamente. La mayoría de la gente ha experimentado la gratificante sensación de sentirse realizadas que nace del hecho de interesarse por una materia y hallar una buena información sobre ella, Pero cuando en una búsqueda de información se topan contra una pared, se sienten desanimadas: pueden comenzar a pensar que nunca van a llegara entender el lema. Si usted experimenta esa reacción natural con mucha frecuencia, su afán por perseguir los temas sobre los que se interesa se debilitará, especialmente si es un niño.

Yo fui afortunado. Crecí en una familia que animaba a los niños a plantear preguntas. Y tuve suerte en mi temprana adolescencia de ser amigo de personas como Paúl Allen. Poco después de que conociese a Paúl, mantuvimos una conservación sobre la gasolina. Yo había sentido curiosidad por el lema y le pregunté que de dónde procedía la gasolina, Deseaba saber que quería decir retinar gasolina; de qué manera ésta podía transmitir la potencia a un vehículo. Había encontrado un libro sobre el lema, pero era confuso. La gasolina era sólo uno de los muchos temas de los que entendía Paúl y me lo explicó de manera interesante y comprensible. Podríamos decir que mi curiosidad por la gasolina encendió nuestra amistad.

Paúl tenia muchas respuestas para las cuestiones por las que yo sentía curiosidad (y también una gran colección de libros de ciencia ficción).

Por el contrario, yo era una persona con mucha más capacidad para las matemáticas que Paúl. Decidimos aprender a escribir software juntos. Nos convertimos en recursos interactivos el uno para el otro: nos preguntábamos y nos contestábamos preguntas, trazábamos diagramas para ilustrar nuestros puntos de vista y atrajimos cada uno la atención del otro hacia la información. Nos gustaba reíamos y examinarnos mutuamente.

Las computadoras personales de hoy ofrecen también interacción. Haces una pregunta y obtienes una respuesta. Pero la computadora es infinitamente paciente. Preguntas mil cuestiones, obtendrás mil respuestas. Y cuando la computadora está conectada a Interne! no hay fin para las respuestas a disposición de la mente inquisitiva. Se traía de un desarrollo notable porque capacita a los estudiantes de todas las edades para aprender por sí mismos y a sus propios niveles; aunque para la mayoría seguirá siendo esencial contar con un profesor la mayor parte del tiempo, a menudo servirá como guía para que tos estudiantes exploren un mundo de información. Disfruté del colegio, pero mis principales intereses los perseguí independientemente. Apenas puedo imaginar cómo hubieran cambiado mis propias experiencias de aprendizaje el acceso a la información de Internet.

Es muy probable que la red traslade más el foco de la educación desde la institución al individuo. El ideal del aprendizaje durante toda la vida se convertirá en una realidad para más personas.

Todos aprendemos mejor a nuestro propio ritmo. A algunas personas les va bien estudiar un tema a un tiempo mientras que a otras les va bien estudiar tres cosas a la vez. A ciertas personas les va bien estudiar de una manera estructurada, lineal, mientras que a otras les va bien saltar, rodeando un asunto en lugar de atravesarlo. Algunas personas prefieren aprender mediante modelos y otras leyendo. Las PC pueden dar a los individuos un gran margen de maniobra para explotar sus propios estilos de aprendizaje y su vocación, de manera que el individuo no se vea penalizado por el hecho de no cumplir con un calendario o por el método utilizado, o por un instructor, o por un libro de texto. Las PC hacen que el aprendizaje interdisciplinario sea también más fácil. Un estudiante puede examinar un acontecimiento histórico mientras que estudia psicología o acceder a una tutoría matemática al tiempo que trata, de recordar un problema matemático en medio de una lección de física.

La ciencia cognoscitiva ha mostrado que las PC pueden ayudar mejor a los diversos modos de pensar y de aprender que las clases y los libros de texto. Además, al manipular información procedente de varios medios, el estudiante puede captar más rápidamente los procesos y conceptos complejos. Los estudios muestran también que las personas que sufren de desatención y desórdenes pueden mantenerse mucho más concentrados con una computadora que con un experto terapeuta. Incluso los estudiantes que muestran periodos normales de atención encuentran que el multimedia, la interactividad, la retroalimentación rápida y el sentimiento de control hacen de la PC un dispositivo irresistible para «apoyar el pensamiento» en comparación con un libro de texto o una clase, Howard Gardner, profesor de la Harvard Gradúate School of Educalion, sostiene que los niños que son distintos deben ser enseñados de manera distinta, porque los individuos entienden el mundo de diferentes tomas.

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