Authors: Peter Rinearson Bill Gates
Incluso cuando las computadoras no están conectadas a Internet, los profesores las utilizan para impartir clases obligatorias que les permiten explorar distintos escenarios probables. Hace varios años. Un educador de la Sunnyside High School en Tucson, Arizona. Organizó un club de estudiantes para crear simulaciones informáticas de comportamientos del mundo real. Los jóvenes descubrieron las tremendas consecuencias del comportamiento en bandas creando modelos de él, por sí mismos, matemáticamente. El éxito del club provocó una reorganización de los planes de estudio de matemáticas sobre la idea de que la educación no consiste en dar la respuesta adecuada, sino en dar a los niños métodos para decidir cuándo una respuesta es adecuada y cuándo no.
Los juegos de simulación serán mucho mejores, pero incluso ahora los mejores de ellos son fascinantes y altamente educativos. Hay ya un cierto número de modelos informáticos que enseñan biología. SimLife, un popular programa de software, simula la evolución de manera que los niños pueden experimentar el proceso en vez de obtener noticias de acontecimientos sobre la misma. No hace falta ser un niño para disfrutar de este programa que nos permite diseñar plantas y animales y contemplar luego como interactúan y evolucionan en un ecosistema que también podemos diseñar.
Maxis Software, la editorial de SimLife, produce también SimCity que nos permite diseñar una ciudad con todos sus sistemas interrelacionados, como carreteras y transporte público. En calidad de jugadores, podemos llegar a ser los mayores planificadores ciudadanos de una comunidad virtual y retarnos a nosotros mismos a conseguir nuestros propios fines para la comunidad en vez de los fines impuestos artificialmente por el diseño del software. Construimos granjas, fábricas, casas, colegios, universidades, bibliotecas, museos, zoológicos, hospitales, prisiones, puertos deportivos, autopistas, puentes e incluso metros o ferrocarriles subterráneos. Tenemos que enfrentarnos al crecimiento urbano o a desastres naturales como los incendios. También podemos cambiar el terreno.
Cuando modificamos nuestra ciudad simulada construyendo un aeropuerto o elevando los impuestos, los cambios pueden producir un efecto predecible o inesperado sobre la sociedad simulada. La simulación es una manera estupenda y rápida de entender mejor cómo funciona el mundo real.
En el futuro, estudiantes de todas las edades y capacidades podrán visualizar e interactuar con información de muchos tipos. Una clase que estudie el tiempo meteorológico podrá ver imágenes de satélites simuladas basadas en un modelo de condiciones meteorológicas hipotéticas. Los estudiantes plantearán preguntas del tipo: ¿cómo seria el tiempo atmosférico mañana si se incrementara la velocidad del viento en 15 km/h?
La computadora modelará los resultados predichos mostrando el sistema de tiempo simulado tal como aparecería desde el espacio.
A medida que las simulaciones se hagan más irresistiblemente realistas entraremos en el reino de la realidad virtual. Estoy seguro de que en algún momento los colegios tendrán equipos de realidad virtual. Puede ser que tengan incluso aulas de realidad virtual, del mismo modo que algunos colegios tienen hoy aulas de música y teatro, de manera que los estudiantes puedan explorar un lugar, un objeto o un tema de manera interactiva y absorbente.
Los profesores continuarán asignando tareas para hacerlas en casa, pero sus indicaciones incluirán referencias a materiales procedentes de una fuente electrónica. Los estudiantes crearán sus propios enlaces electrónicos y utilizarán elementos multimedia para hacer sus deberes caseros que podrán entregarse electrónicamente mediante la red. Algunos de los deberes caseros de multielección estarán graduados por el software, y otros tipos de deberes se pasarán por medios electrónicos para que los revisen personas capacitadas para ayudar, como estudiantes mayores en el propio colegio o incluso estudiantes universitarios que se encuentren a muchos kilómetros.
El significado de «enseñar bien» cambiará en algunos aspectos pero desde luego en otros no. Los profesores serán una figura central en el futuro papel de la tecnología educativa haciendo mucho más que enseñar a los niños dónde encontrar información en la red. Tendrán todavía que aprender a examinar, observar, estimular o incentivar. Aún tendrán que formar a los chicos mediante la comunicación escrita y oral, pero utilizarán la tecnología como punto de partida o como ayuda.
Los educadores, al igual que muchas personas en la economía actual, tendrán que adaptarse y readaptarse a las cambiantes condiciones. En primer lugar, deben efectuar la transición en la cual algunos estilos y destrezas para enseñar se percibirán como más válidos y otros como menos válidos que antes. El tamaño de las clases puede incrementarse en un par de estudiantes en algunos colegios para ayudar a pagar la tecnología y posiblemente para compensar mejor a los profesores. Sin embargo, los grupos interactivos serán más pequeños y el entorno del aprendizaje más efectivo, de manera que muchos maestros puedan ver la enseñanza como una profesión más remuneradora.
El software ayudará tanto al profesor como al estudiante. Los programas ayudarán al profesor a resumir información de acuerdo con las capacidades, el progreso, los intereses y las expectativas de los estudiantes.
Una vez que los educadores tengan suficiente información sobre sus educandos y se vean relevados de una gran cantidad de papeleo tedioso, tendrán más tiempo y energía para satisfacer las necesidades individuales detectadas en sus alumnos. Utilizarán la información que han reunido para depurar el trabajo de clase y los deberes para la casa, de acuerdo con cada estudiante. Los profesores podrán mantener un registro acumulativo del trabajo de un alumno, el cual puede revisarse en cualquier momento o compartir con otros profesores. Maestros y padres podrán también revisar y discutir fácilmente los progresos particulares de un niño. Si se añade la videoconferencia, se incrementará el potencial para la colaboración estrecha entre padres y profesores.
Yo espero que los profesores dediquen unos cuantos minutos cada semana a enviar a los padres correo electrónico, permitiéndoles saber cómo van sus hijos con unas cuantas palabras tecleadas o habladas. Los padres podrán felicitar a sus hijos cuando hayan hecho algo bien y podrán saber cuándo necesitan ayuda; podrán seguir los programas educativos de sus hijos mucho más fácilmente que en la actualidad, cuando puede ser difícil, incluso, ver a un profesor o localizarlo por teléfono. Los deberes, los exámenes, los informes y otros dalos estarán disponibles para revisarlos electrónicamente. Un padre que pregunte, ¿qué hiciste hoy en la escuela, cielo? puede saber muy bien la respuesta por adelantado. Cuando en una casa no haya una computadora personal, los padres podrán utilizar las PC en las bibliotecas y en oíros puntos de acceso comunitario, al igual que sus hijos.
Uno de los aspectos que los padres, los profesores, los administradores y los dirigentes de la escuela están seguros de poder debatir es el de las políticas que gobernarán el uso que den los alumnos a la tecnología de la información. Al estar los estudiantes conectados directamente a información sin límite y a sus demás compañeros, se plantearán cuestiones no sólo para los padres y para los colegios, sino para toda la sociedad.
La cuestión que se plantea de inmediato la mayoría de las personas es si puede restringirse o lasar la información de Internet y cómo. Tema que trato en el capítulo 12. Sin embargo, hay otras cuestiones para los colegios: ¿Se permitirá a los estudiantes llevar a todas las clases rutinariamente PC portátiles? ¿Se les permitirá explorar independientemente durante los debates de grupos? ¿Qué grado de libertad deberán tener? ¿Deberán tener acceso a información que sus padres encuentren censurable en los aspectos moral, social o político? ¿Se les permitirá hacer los deberes para una clase que no esté relacionada con aquella en la que están? ¿les prohibiremos enviarse notas entre sí durante la clase? ¿Podrá ver el profesor la pantalla de cada uno de los estudiantes o registrar la actividad de la computadora del estudiante para examinarla más tarde? Estas preguntas, muchas de las cuales son meras expresiones nuevas de cuestiones tradicionales de las aulas, serán contestadas de diferente modo en distintos lugares, a menudo después de un caluroso débale que incluirá la participación electrónica de los padres y de la comunidad.
Los profesores utilizarán el correo electrónico para convocar a determinados padres a foros de clases en red sobre lemas en los que los padres sean expertos. Los abuelos, los profesionales y los líderes comunitarios tendrán oportunidad de participar también en el proceso de enseñanza, aunque sea sólo durante una hora, acá o allá. Será práctico, barato y frecuente para los asistentes que saben conducir debates o unirse a ellos en Internet, y finalmente mediante videoconferencia, desde sus casas u oficinas.
El mundo comercial se verá implicado también cada vez más. Su participación financiera será particularmente importante. Muchas empresas de cable y de teléfono en Estados Unidos han prometido ya conexiones gratuitas a la red o a precio reducido para los colegios y las bibliotecas de sus áreas. TCI, por ejemplo, ofrece cable gratuito a los colegios en las comunidades a las que sirve, y Time Warner y ATT han hecho promesas mayores. Las empresas y otras organizaciones están apresurándose a hacer que las computadoras, el software y las conexiones a las redes lleguen a tas escuelas elementales y secundarias, a las facultades universitarias y a las bibliotecas.
Algunas empresas han visto ya que sus inversiones en educación marcan una diferencia, incluso para los estudiantes que se enfrentan a grandes retos. Christopher Columbus Middie School, en Unión City. New Jersey, fue un colegio que salió de la crisis. A finales de los años ochenta las calificaciones alcanzadas en los exámenes del estado eran tan bajas, y el ausentismo y las tasas de deserción escolar de su distrito tan altos, que el estado planteó cerrarlo. El sistema escolar, los profesores y los padrea (más del 90'%' de los cuales eran hispanos y no hablaban inglés como primer idioma) se pusieron de acuerdo para establecer un plan de salvación innovador, de cinco años.
Bell Allantic, la compañía telefónica local, accedió a contribuir a financiar una red especial, un sistema multimedia de PC que conectaba las casas de los estudiantes con las aulas, los profesores y los administradores del colegio. La corporación proporcionó inicialmente 140 computadoras personales multimedia, suficientes para suministrar una a cada casa de los estudiantes de séptimo y a las casas de los profesores de! mismo curso y, al menos, cuatro para cada aula. Todas las computadoras estaban conectadas a Internet mediante líneas de alta velocidad y se capacitó a los profesores para utilizarlas; éstos, a su vez, impartieron cursos semanales de formación para los padres, a los que asistieron más de la mitad de ellos.
Los profesores animaron a los estudiantes y a los padres a utilizar el correo electrónico e Internet.
Dos años más tarde, muchos de los padres estaban implicados todavía activamente en el uso de la computadora personal casera por parte de sus hijos y utilizaban ellos mismos las PC para mantenerse en contacto con los profesores y los administradores. Los índices de abandono y de ausentismo llegaron a ser casi nulos. Los estudiantes estaban obteniendo unos resultados, casi tres veces superiores al promedio de todas las escuelas de la ciudad de New Jersey, de acuerdo con pruebas tipificadas.
No es sorprendente que el programa se haya expandido actualmente en el colegio desde la clase de séptimo a todo el bachillerato, Raymond W. Smilh, presidente del consejo de administración y CEO de Bell Allantic, atribuyó el éxito a «una combinación de un sistema escolar preparado para el cambio fundamental en los métodos de enseñanza, un conjunto de padres que contribuían y deseaban implicarse y la integración prudente, pero intensiva, de la tecnología tanto en las clases como en los hogares».
Describió e! resultado como «una verdadera comunidad de aprendizaje en la cual el hogar y la escuela se refuerzan y se apoyan mutuamente».
Las empresas hacen este tipo de esfuerzo porque reconocen que tienen un interés claro en la educación. Yo espero que también se haga común para las empresas que desean ayudar en educación, proporcionar reconocimiento y recompensas en dinero a los profesores cuyos materiales educativos, compartidos en Internet para que los utilicen todos, marquen una diferencia. De una manera modesta, esto ayudará a proporcionar incentivos financieros para que se extiendan las mejores prácticas.
Muchos de los escenarios educativos que he descrito hasta aquí serían factibles hoy en los colegios si estuvieran mejor equipados y conectados a Internet y si existiera el software necesario. Si seguimos el impacto de la tecnología de banda ancha veremos incluso más modos de hacer que nuestras escuelas sean lugares interesantes para aprender.
Un aula seguirá siendo un aula, pero la tecnología transformará la mayor parle de la experiencia educativa diaria. Paneles de video en las paredes remplazarán la escritura a mano en la pizarra del profesor con caracteres legibles y gráficos a todo color, sacados del rico almacén de contenido educativo de los multimedia de la red: millones de ilustraciones, animaciones, fotografías y videos en movimiento.
Puedo imaginarme al profesor de ciencias en un colegio de educación media dentro de una década, más o menos, preparando una lección sobre el Sol para explicar no sólo el aspecto científico, sino también los descubrimientos históricos sobre el mismo. Cuando el profesor o la profesora quieran mostrar una imagen fija o un vídeo (ya sea una obra de arte. Un retrato de un científico solar o un video que simule el movimiento orbital de los planetas alrededor del Sol), la red le permitirá seleccionarlos a partir de un catálogo completo de imágenes.
Estarán a disposición de los profesores secuencias de vídeo y animaciones narradas a partir de fuentes incontables. Montar un programa visual que hubiera requerido días de trabajo, sólo llevará ahora unos minutos. Por lo que se refiere a las clases sobre el Sol, el profesor puede hacer que las imágenes y los diagramas aparezcan en los momentos adecuados; cuando un estudiante pregunte por la fuente de la energía del Sol, puede responder con gráficos animados de átomos de hidrógeno y de helio; podrá mostrar relámpagos solares o manchas solares u otros fenómenos, o también poner un breve vídeo de la energía de fusión en el panel de video de la pared. El profesor tendrá organizado los enlaces a los servidores de la red global por adelantado y pondrá a disposición de los estudiantes la relación de tales enlaces, de manera que cuando estén estudiando en la biblioteca o en casa puedan revisar el material desde tantas perspectivas como encuentren útiles.