Authors: Peter Rinearson Bill Gates
Suponiendo que las partidas pudiesen volverse a jugar, cada uno de los cuatro dados podría ser vencido por uno de los oíros: el dado A podría ganar al B un promedio de 11 de cada 17 partidas, es decir, casi dos terceras parles de las veces. El dado B podría ganar al C con la misma frecuencia. De la misma manera, el C podría ganar al D 11 de las 17 veces también.
Por improbable que parezca, el dado D podría ganar al A con la misma frecuencia. No hallé todas las posibilidades del juego, por supuesto.
Sólo estudié el dado el tiempo suficiente como para ver cuál cogería.
Aunque a veces juego al blackjack cuando estoy en Las Vegas, lo que yo busco es un reto y no tener suerte. Esto ocurre quizá porque me encuentro mucho más limitado por el tiempo que por el dinero. Si hubiese un Juego de azar que pudiese recompensar al ganador con unas cuantas horas al día, podría estar enganchado a él.
A lo largo de la historia, los avances en la tecnología han repercutido sobre los juegos de azar. Uno de los primeros usos del telégrafo, y de los servicios de teletipo más larde, fue dar los resultados de las carreras de caballos. Las emisiones de televisión por satélite han contribuido al seguimiento de las apuestas hípicas. Los diseños de las máquinas traganíqueles han seguido siempre los progresos de las calculadoras mecánicas y más recientemente los de las computadoras.
Ahora, la Internet está atrayendo mucha atención sobre el juego, aunque se trata de una atención cautelosa porque todavía no está claro qué es legal. El pequeño principado europeo de Liechtenstein tiene incluso una lotería nacional en la Internet, llamada Interlotto, en la que participan jugadores de lodo el mundo. Las redes interactivas están llamadas a tener un efecto significativo sobre el juego tanto legal como ilegal. Estamos seguros de llegar a ver la aceptación de apuestas en los servidores y la gente utilizará el correo electrónico para apostar con dinero electrónico. Los beneficios serán también electrónicos.
La industria del juego está regulada, y no podemos estar seguros de qué clases de juegos se permitirán en la red o cuáles serán las reglas.
Algunas líneas aéreas internacionales están experimentando con la utilización de pantallas de vídeo para jugar, entre los viajeros. Quizá los juegos de azar tengan que proporcionar información sobre todas las probabilidades que existen en contra nuestra. Una cosa es segura: la red interactividad global hará que el juego sea mucho más difícil de controlar que en la actualidad. La tecnología permitirá a las personas apostaren lodo lo que elijan y si una modalidad de juego es legal, es seguro que alguien montará un servicio para ella. Podremos disfrutar, en directo, de carreras de caballos, carreras de galgos o cualquier otra clase de acontecimientos deportivos en nuestra casa en tiempo real, de manera que podamos llegar a experimentar parte de la emoción de la carrera o del estadio.
Todo tipo de personas, y no sólo los actores delos juegos o los apostadores, utilizarán las capacidades únicas de la red interactiva para encontrar personas que tengan intereses comunes con ellos. Podemos pertenecer al club local de esquí de manera que nos reunamos con otras personas a las que les guste el esquí. Podemos suscribirnos también Recreational Skier de manera que obtengamos información sobre nuevos productos de esquí. Ahora, si frecuentamos la Internet, podremos entrar en uno de los sitios Web dedicados a debatir y promocionar esquí, los negocios sobre el esquí y los lugares turísticos para esquiar.
Encontraremos informes sobre el tiempo, fotos en «vivo» y reportajes de los principales lugares de esquí. La información va a ser más rica en los años venideros. Los mejores sitios Web dedicados al esquí evolucionarán en comunidades que no sólo nos proporcionarán información actualizada sobre el equipo y las condiciones del tiempo, sino que también nos ofrecerán un modo de permanecer en contacto con otros entusiastas del esquí de todo el mundo.
Para una comunidad electrónica típica, cuanto mayor sea el número de personas con las que contactar, más valiosa será para lodo el mundo, Por último, la mayor parte de los entusiastas del esquí participarán en una comunidad electrónica u otra, al menos ocasionalmente. Si usted se línea alguna, encontrará cuáles son las mejores pistas cerca de Munich, los precios más bajos en cualquier lugar para un conjunto particular de bastones de esquí y las últimas noticias y anuncios sobre lodos los productos relacionados con ese deporte. Si la gente ha lomado fotos o ha hecho videos de una carrera o de un partido, podrán enviarlos a lodo el mundo. Cualquiera que tenga una opinión acerca de un libro de esquí podrá exponer una crítica en el correo electrónico. Se debatirán las leyes y las practicas de seguridad. Habrá vídeos instructivos multimedia inmediatamente, tanto gratuitos como de pago, para una persona o para cientos o miles de personas. Esta comunidad en la red será el lugar al que deberemos ir cuando estemos interesados en el esquí.
Si queremos adquirir una mejor forma física antes de aventurarnos por una pista difícil, podemos hacer el aprendizaje más agradable poniendo en estrecho contacto con una docena de personas que sean de nuestra misma altura, peso, edad y que compartan nuestros objetivos específicos de hacer ejercicio y reducir peso. Los miembros de esta comunidad podrían animarse recíprocamente e incluso hacer planes al mismo tiempo.
Nos preocupará menos desarrollar un programa de ejercicios en el que participen personas que tienen un físico similar al nuestro. Y si aún nos sentimos incómodos, siempre podemos desconectar nuestra cámara de vídeo.
La comunidad de esquiadores es muy amplia y fácil de definir. Pero las aplicaciones de la red nos ayudaran a encontrar personas e información que coincidan con nuestros intereses sin importar que éstos sean muy particulares. Si pensamos ir a Berlín, la Internet nos proporcionará muchísima información histórica, sociológica y turística. Además, las aplicaciones nos ayudarán también a encontrar allí amigos entusiastas. Se nos invitará a que introduzcamos en bases de datos nuestros intereses, susceptibles de ser analizados por aplicaciones que incluso nos buscarán personas a las que nos gustaría ver en nuestro viaje. Si tenemos una colección de pisapapeles de cristal de Venecia, es probable que disfrutemos haciéndonos miembros de uno o más grupos de personas que comparten nuestro interés. Algunas de estas personas pueden vivir en Berlín, y se encontrarán encantados de enseñarnos sus colecciones. Si llevamos a nuestra hija de diez años, podemos preguntar si hay alguien en Berlín que tenga también una hija de diez años, hable nuestro idioma y esté interesado en pasar un rato con nosotros. Si resulta que nos encontramos con que hay dos o tres personas que reúnen más o menos estas características, habremos creado una pequeña comunidad de intereses, aunque probablemente sólo temporal.
Hace un tiempo, visité África e hice muchas fotos de chimpancés. Si la Internet estuviese más avanzada y se utilizase más ahora, podría poner un mensaje ofreciendo intercambiar fotos con cualquier otra persona que hubiera estado en el safari o podría poner mis fotos en un tablero de noticias al que sólo tuvieran acceso los compañeros del safari. La gente puede limitar ya el acceso de este modo, porque et software del servidor Web facilitó la creación de páginas protegidas por contraseñas en un sitio de Internet.
Se han creado miles de grupos de noticias en Internet e incontables tableros o boletines sobre los servicios comerciales en línea en donde pueden compartir información pequeños grupos de interés. En Internet encontraremos grupos de debate, en directo, basados en texto, con nombres tales como alt.agricullure.fluit.all.animáis.raccoons. alt.asianmovies, all.coffee, bionet.hiology.cardiovascular, soc.religión.islam y lalk.philosophy.misc. Pero ni siquiera estos temas son tan especializados como los que espero que tas comunidades electrónicas constituyan en el futuro.
Algunas comunidades en línea serán muy locales y oirás, globales. No tendremos que sentirnos más abrumados por el número de comunidades que podamos elegir de lo que podamos sentirnos ahora por la cantidad de abonados a una guía telefónica. Buscaremos un grupo que trate de alguno de nuestros intereses generales y luego, buscaremos dentro del segmentó más reducido al que nos queramos unir. Puedo imaginar, por ejemplo, que la administración de cada municipio se convertirá en el centro de interés de una comunidad electrónica.
A veces me molesta un semáforo que hay cerca de mi oficina y que permanece en rojo mucho más tiempo del que yo creo que debería estar, Podría escribir una carta al Ayuntamiento para decir a los ingenieros que programan los semáforos que la duración del mismo no es la óptima, pero se trataría sólo de la carta de un chiflado. Por el contrario, si pudiera llegar a encontrar la «comunidad» de personas que siguen el mismo camino que yo, podríamos enviar conjuntamente una queja seria al Ayuntamiento.
Encontraría a mis compañeros de queja enviando un mensaje a quienes trabajan cerca o poniendo un mensaje en un tablero de noticias sobre comunitarios en el que se mostrase un plano de la intersección, acompañado del siguiente texto: «¿Cree alguien más que debería reducirse el tiempo que está en rojo el semáforo de este lugar?». Cualquiera que estuviese de acuerdo conmigo podría añadir su conformidad a mi mensaje, A medida que las comunidades en línea adquieran importancia, la gente se volverá hacia ellas para ver qué es lo que piensa el público realmente. A la gente le gusta saber las cosas que pasan, a qué películas han ido sus amigos y qué otras noticias encuentran interesantes los demás. Puedo desear leer la misma portada del periódico que lee la persona con la que voy a reunirme más tarde hoy, de manera que tenga algo en común para charlar con ella.
Algunas instituciones tendrán que experimentar grandes cambios a medida que tas comunidades en línea se hagan más poderosas. Los investigadores médicos y los facultativos tienen que competir ya con pacientes que exploran electrónicamente la literatura médica y comparan sus notas con las de otros pacientes que tienen la misma enfermedad. En estas comunidades en línea se extienden con mucha rapidez los rumores sobre los tratamientos heterodoxos o no probados. Algunos pacientes que están sometidos a experimentos con medicinas han podido descubrir, al comunicarse con otros pacientes, que se les está administrando un placebo de lugar del medicamento real. Este descubrimiento ha llevado a muchos de ellos a abandonar la prueba o a buscar remedios alternativos simultáneos, Esto desvirtúa la investigación, pero es difícil echárselo en cara a pacientes que están tratando de salvar sus propias vidas.
Los padres tendrán que luchar con hijos que pueden encontrar casi todo lo que quieran mediante un aparato casero de información. Ya se están diseñando sistemas de clasificación para controlar el material al que tienen acceso los hijos, lema del que me volveré a ocupar en el capítulo 12. Esto puede convenirse en una gran cuestión política si los editores de información no lo tratan bien.
Pero, en conjunto, pienso que las ventajas de la información plena superarán con éxito los problemas. Más información significa más posibilidades de elegir. Actualmente, los aficionados programan sus veladas nocturnas en función de las horas de emisión de sus programas de televisión favoritos, pero esto cambiará cuando el video bajo demanda nos dé la oportunidad de ver lo que queramos cuando deseemos. Nuestros horarios de entretenimiento los controlarán las actividades familiares o sociales, en lugar de las programaciones de emisión. Antes de que se inventara el teléfono, la gente pensaba que su comunidad la formaban sus vecinos más cercanos. Casi todo lo que hacían lo llevaban a cabo con personas que vivían cerca. El teléfono y el automóvil nos permitieron ampliar nuestras comunidades. Puede que hagamos visitas personales con mucha menor frecuencia que hace un siglo porque nos podemos servir del teléfono, pero eso no significa que nos hayamos quedado aislados. Nos es más fácil hablar con los demás y permanecer en contacto con ellos; a veces, puede parecer demasiado fácil que la gente llegue hasta nosotros.
Dentro de una década puede que nos extrañemos al recordar que hubo un tiempo cuando cualquier extraño o una persona que se había equivocado de número podía interrumpirnos con una llamada telefónica. Los teléfonos móviles, los buscapersonas y los faxes han hecho ya necesario a los hombres de negocios tomar algunas decisiones explícitas que solían estar implícitas. Hace 10 años no teníamos que decidir si deseábamos recibir documentos en casa o atender llamadas telefónicas mientras íbamos por la calle. Era fácil retirarse a casa o incluso al automóvil. Con la tecnología moderna, tenemos que decidir cuándo y dónde queremos estar disponibles. En el futuro, cuando se pueda trabajar en cualquier sitio, podremos acceder a alguien desde cualquier lugar y permitir que alguien acceda hasta nosotros también desde cualquier sitio, tendremos momentos más tranquilos decidiendo quién y qué puede acceder a nosotros. Podremos establecer una especie de santuario indicando explícitamente cuáles son las interrupciones permitidas.
El software de la red interactiva ayudará a conseguirlo haciendo que aparezcan en la pantalla todas las comunicaciones entrantes, ya sean llamadas telefónicas, documentos multimedia, correo electrónico, publicidad o incluso titulares de noticias. Cualquiera que haya obtenido nuestra autorización podrá entrar en nuestro correo electrónico o marcar nuestro teléfono. También podríamos permitir a algunas personas que nos enviaran correo electrónico, pero no que nos telefonearan. Podríamos permitir que otros nos llamaran cuando indiquemos que no estamos ocupados y otros podrán llamarnos en cualquier momento. No nos gustará recibir mi les de anuncios no solicitados cada día, pero cuando busquemos entradas para un concierto en el que estén todas agotadas, desearemos recibir respuesta inmediatamente. Podremos recibir comunicaciones de acuerdo con su procedencia y su tipo, por ejemplo, respuestas a preguntas nuestras, documentos relacionados con el trabajo, facturas, felicitaciones, encuestas, publicaciones, anuncios. Estableceremos políticas de entrega explícitas, decidiendo quién puede llamarnos por teléfono durante la cena, quién puede llegar hasta nosotros en nuestro automóvil o cuando estemos de vacaciones y qué tipo de llamadas o mensajes merecen despertarnos en mitad de la noche, podremos establecer tantas clasificaciones como necesitemos y cambiar los criterios de las mismas cuando queramos, En lugar de dar nuestro número de teléfono, que puede pasar de mano en mano y utilizarse indefinidamente, podremos añadir el nombre de la persona que llama a una lista actualizada que indique nuestro nivel de interés en la recepción de sus mensajes. Si desea acceder a nosotros alguien que no este en ninguna de nuestras listas, tendrá que hacer que nos pase el mensaje alguien que esté en ellas.