Authors: Peter Rinearson Bill Gates
Una gran parte del dinero que gastemos en los servicios de la autopista será dinero que gastamos hoy en los mismos servicios, aunque de otra forma. En el pasado hemos empleado el dinero en comprar discos compactos en lugar de los de larga duración, o en comprar vídeos en lugar de entradas para el cine. Cuando el servicio interactivo de banda ancha llegue a nuestra comunidad, el dinero que gastamos en alquilar vídeos lo emplearemos en el vídeo bajo demanda. Incluso, cuando dispongamos sólo de una conexión de ancho de banda medio, destinaremos parte de lo que gastamos actualmente en periódicos sobre papel a servicios de información interactiva. Podremos gastarnos en la red la mayor parte del dinero que gastamos ahora en teléfono y en televisión por cable.
El acceso a la información administrativa, a los consejos médicos, a los tableros de notas y a cierto materia] educativo será gratuito. Todo el mundo disfrutará de acceso igualitario a recursos vitales en línea, una vez que entren en la red. Dentro de 20 años, cuando el comercio, la formación y los servicios de comunicación a gran escala entren en la red, la capacidad de cada uno para pasar a formar parte activa de la sociedad dependerá, al menos en parte, de lo que utilice la red. La sociedad tendrá que decidir entonces cómo subsidiar el acceso, de manera que todas las personas sean iguales, tanto desde el punto de vista geográfico como social y económico.
La formación no es la única respuesta a los retos planteados por la Edad de la Información, pero es parle de la respuesta, al igual que es parte de la respuesta a un conjunto de problemas sociales. H. G. Wells, que fue tan imaginativo y progresista como cualquier futurista, lo resumió muy bien en I920: «La historia de la humanidad», dijo: «es cada vez más una carrera entre la educación y la catástrofe». La educación es la gran palanca de la sociedad y toda mejora que se produzca en ella significa un gran paso adelante en la igualdad de oportunidades. Parte de la belleza del mundo electrónico reside en el hecho de que el costo adicional de permitir que otras personas utilicen el material educativo es básicamente nulo.
Su formación en el manejo de las computadoras personales puede ser informal. Mi fascinación por ellas vino a través del juego, como le ocurrió años más tarde a Warren Buffet! Mi padre se enganchó cuando utilizó una computadora para preparar su declaración sobre la renta. Si le intimidan las computadoras, ¿por qué no trata de aproximarse a ellas de forma semejante? Piense en algo que realicen las computadoras personales y que haga su vida más fácil o más divertida y tómelo como un modo de implicar se más con ellas. Escriba una pantalla. Unase a un grupo de debate. Realice sus operaciones bancarias y pague sus facturas. Ayude a su hija a hacer las larcas escolares. Vale la pena realizar el esfuerzo de alcanzar un cierto nivel de facilidad en el uso de las computadoras.
Si les da una oportunidad, es probable que las domine. Si la computadora personal le sigue pareciendo demasiado difícil o confusa, eso no significa que usted no sea lo bastante inteligente. Significa que la industria de la información tiene que hacer las computadoras más fáciles de utilizar.
Cuanto más Joven sea, más impórtame será que se adapte. Si tiene 50 años o más, puede que para cuando necesite aprender a manejar una computadora haya dejado de pertenecer a la población activa, aunque creo que no lo aprende perderá la oportunidad de tener alguna experiencia significativa.
Pero si tiene 25 años y no se encuentra cómodo manejando una computadora, se arriesga a ser ineficaz en casi todos los tipos de trabajo que emprenda.
En último término, la red interactiva no es para mi generación ni para la anterior a ella. Es para las generaciones futuras. Quienes llevarán la tecnología hasta sus límites son los niños que han crecido con las computadoras personales en la última década y los que crecerán con la red en la próxima, Tenemos que prestar una atención especial a la corrección del desequilibrio entre los sexos. Cuando era joven, parecía que sólo se animaba a enredar con las computadoras a los chicos. Las chicas tienen más parte activa en el manejo de las computadoras actualmente que hace dos décadas, pero el número de mujeres que hacen carreras técnicas sigue siendo mucho menor que el de hombres. Si aseguramos que tanto las chicas como los chicos se sientan cómodos en el manejo de las computadoras a edad temprana, podemos asegurar que ambos sexos disfrutarán de su legítima cuota de buenos empleos que están a disposición de los expertos en informática.
Mi propia experiencia de niño y la de aquellos amigos míos que crían a sus hijos en la actualidad, es que el niño queda enganchado a las computadoras una vez que se le inicia en su manejo. Pero tenemos que crear oportunidades para ello. Los colegios deberían tener acceso a precios reducidos a computadoras conectadas a la red interactiva y los profesores tienen que llegar a encontrarse cómodos con las nuevas herramientas.
Una de las cosas más maravillosas de la red interactiva es que resulta más fácil conseguir la igualdad virtual que la igualdad en el mundo real, Proporcionar a todas las escuelas primarias de las áreas pobres los mismos recursos bibliotecarios de que disfrutan los colegios de Beverly Hills costaría muchísimo dinero. Pero cuando se conecta en línea a los colegios, todos disfrutan del mismo acceso a la información, con independencia del lugar en que esté almacenada. En el mundo virtual, lodos hemos sido creados iguales, y podremos utilizar este hecho para ayudar a solucionar algunos de los problemas sociológicos que la sociedad tiene aún por resolver en el mundo real. La red no eliminará las barreras de los prejuicios y de las desigualdades, pero actuará como una fuerza poderosa en ese sentido.
El problema de cómo poner precio a la propiedad intelectual de los materiales educativos y de ocio, entre otros, es fascinante. Los economistas saben mucho sobre el modo de recompensar el trabajo incorporado a los bienes manufacturados clásicos. Pueden demostrarnos el modo como una recompensa racional reflejaría la estructura de costos de manera muy directa. En un mercado en que compiten entre sí múltiples fabricantes calificados, los precios tienden a descender hasta igualar el cosió marginal de fabricar una unidad más de las cosas que venden. Pero este modelo no funciona cuando se aplica a la propiedad intelectual.
Todo curso básico de economía se centra en las curvas de oferta y demanda, y el precio adecuado de un producto es el que corresponde al puntó en donde se cortan, Pero la economía de la oferta y la demanda tiene problemas a la hora de enfrentarse a la propiedad intelectual, porque no se le pueden aplicar las reglas ordinarias relativas a los costos de fabricación. La propiedad intelectual suele tener elevados costos de desarrollo iniciales. Los costos fijos son los mismos, con independencia de que se vendan un ejemplar de la obra o un millón. La próxima película de George Lucas sobre La Guerra de las Galaxias costará millones, con independencia del número de personas que terminen pagando por verla en los cines. Una vez que se sufragan los costos iniciales de crear la propiedad intelectual, suele resultar relativamente barato hacer copias adicionales.
Los productos farmacéuticos son, en muchos aspectos, una forma de propiedad intelectual. Cuando compramos un medicamento nuevo pagamos principalmente por lo que costó al laboratorio la investigación, el desarrollo y la experimentación. La empresa farmacéutica tiene que cobrar un poco por el medicamento incluso en el caso de que el costo marginal de fabricar cada una de las píldoras sea mínimo, especialmente cuando el mercado no es grande. La ganancia que proporciona el paciente medio tiene que cubrir una parte suficiente de los gastos de desarrollo y generar el beneficio apropiado para que los inversionistas se alegren de haber asumido los notables riesgos financieros que conlleva sacar al mercado el nuevo medicamento. El fabricante se encuentra ante un dilema moral cuando un país pobre desea que sus habitantes puedan disponer del medicamento.
Si la empresa farmacéutica no reduce drásticamente el precio de sus derechos por la patente, o no renuncia a ellos, los países pobres no podrán disponer de la droga. Como consecuencia, los precios de las medicinas varían mucho de un país a otro y tienden a discriminar a los habitantes pobres de los países ricos, excepto en aquellos donde los gobiernos cubren los gastos sanitarios.
Una posible solución, un esquema por el que una persona rica pague más por adquirir un medicamento nuevo lo por ver una película, o por leer un libro, puede parecer que no es equitativa; sin embargo, esta solución es esencialmente equivalente a un sistema existente hoy: el del gravamen progresivo de los impuestos. Las personas con ingresos altos pagan más por las carreteras, las escuelas, el ejército y todos los otros servicios gubernamentales que el ciudadano medio. En uno de los últimos años, estos servicios me costaron más de 100 millones de dólares, porque tuve que abonar un sustancioso impuesto sobre los beneficios del capital después de vender algunas acciones de Microsoft. No me quejo, porque reconozco que a veces es justo que los mismos servicios se presten a precios muy diferentes a personas distintas.
Al final, el precio por acceder a la red puede fijarse de acuerdo con razones políticas más que en función del mercado. Dar servicio a las personas que viven en lugares remotos va a ser caro, porque el costo que supone tender el cableado hasta los hogares alejados o hasta comunidades pequeñas es muy alto. Puede ocurrir que las empresas no estén dispuestas a efectuar las inversiones necesarias y que quienes vivan en lugares alejados geográficamente no estén en situación de efectuar las inversiones por sí mismos. Se están produciendo debates acalorados sobre si el gobierno debe subsidiar las conexiones con las áreas rurales o imponer reglamentaciones que obliguen a los usuarios urbanos a subsidiar a los rurales. La doctrina del «servicio universal» se formuló para proporcionar una razón para subsidiar los servicios rurales de correos, teléfono y electricidad en Estados Unidos. Según esta doctrina, debería haber un precio único por la entrega de una carta, por una llamada telefónica o por la energía eléctrica, independientemente del lugar en donde se viva. El precio único se aplica incluso aunque sea más caro proporcionar servicio a las áreas rurales, donde los hogares y las empresas están más separados que en las áreas en donde la población está más concentrada.
No ha habido una política equivalente para el reparto de periódicos ni para la recepción de la radio o la televisión. Sin embargo, estos servicios están muy extendidos, de manera que está claro que, bajo ciertas circunstancias, la intervención del gobierno no es necesaria para asegurar una alta disponibilidad. El Servicio Postal de Estados Unidos se fundó como órgano del gobierno por la presunción de que el control gubernamental era la única forma de dar un auténtico servicio postal universal. Sin embargo, puede que UPS y Federal Express no estén de acuerdo en este punto porque han conseguido proporcionar una cobertura muy amplia y hacer dinero, Es seguro que el debate sobre si el gobierno tiene que vincularse o no para garantizar un amplio acceso a la red, y en qué grado, va a prolongarse apasionadamente durante muchos años.
La red permitirá a las personas que viven en lugares remotos consultar, colaborar e interactuar con personas del resto del mundo. Las empresas de redes se verán incentivadas para llevar líneas de fibra óptica hasta áreas remotas donde vivan personas con ingresos elevados, porque muchos encentrarán atractivo combinar el modo de vida rural y la información de las zonas urbanas. Es probable que algunos gobiernos, comunidades o incluso promotores inmobiliarios privados promocionen sus áreas dotándolas de gran capacidad de conexión. Comunidades rurales interesantes, con altos niveles de calidad de vida, trabajarán deliberadamente para atraer a un nuevo tipo de ciudadanos urbanos. Sin embargo, las áreas urbanas, en su conjunto, tenderán a conectarse antes que las rurales.
La red difundirá la información y ofrecerá sus oportunidades a través de las fronteras, llegando también a las naciones en vía de desarrollo. Las comunicaciones globales baratas podrán incorporar a personas de todo el mundo a la corriente de la economía mundial. Los trabajadores del conocimiento de los países industrializados se enfrentarán, en cierto sentido, a una nueva competencia, al igual que los trabajadores industriales de los países desarrollados tuvieron que afrontar la competencia de los de las naciones en vías de desarrollo en las décadas anteriores. Un profesional chino con un título de Ph. D y que hable inglés podrá competir contra colegas londinenses para conseguir un proyecto de consultoría. La red será una poderosa fuerza para el comercio internacional en el campo de los bienes y servicios intelectuales, del mismo modo que la disponibilidad de transporte aéreo relativamente barato y los barcoscontenedores contribuyeron a impulsar el comercio internacional de los bienes físicos.
El efecto neto será un mundo más rico, lo que debería contribuir a su estabilización. Es probable que las naciones desarrolladas y sus trabajadores mantengan una considerable supremacía económica. Pero la distancia entre las naciones que tienen y las que no, se acortará. Lo que es una gran noticia para los países retrasados económicamente en la actualidad. Empezar después, a veces, es una ventaja. Algunos países en vías de desarrollo no pasarán nunca por el estadio de la «industrialización», con los problemas consiguientes. Entrarán directamente en la Era de la Información. Europa adoptó la televisión unos años después que Estados Unidos.
Como consecuencia, los europeos gozaron de una mayor calidad de imagen porque en el momento en que Europa decidió sus estándares podían elegirse cosas mejores; por eso, Europa ha disfrutado de mejores imágenes de televisión durante décadas.
Los sistemas telefónicos constituyen otro ejemplo de que el hecho de partir más tarde supone una ventaja. En África. Asia. Iberoamérica y otras partes del mundo en vías de desarrollo, el servicio de telefonía celular se está extendiendo rápidamente, porque no requiere una infraestructura de hilos de cobre. Muchas personas pertenecientes a la industria de la telefonía celular predicen que las mejoras en dicha tecnología hará que estas áreas no lleguen a tener nunca un sistema telefónico basado en el hilo de cobre convencional. Estos países no tendrán que corlar nunca un millón de árboles para convertirlos en postes de teléfonos ni tender cien mil kilómetros de líneas telefónicas sólo para acabar serrando tales postes y encerrando toda la red unas cuantas décadas más tarde. Su primer sistema telefónico será el inalámbrico y donde no puedan permitirse conexiones de banda ancha habrá sistemas móviles cada vez mejores.