Camino al futuro (52 page)

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Authors: Peter Rinearson Bill Gates

BOOK: Camino al futuro
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Los sistemas avanzados de comunicaciones prometen igualar los países y reducir la importancia de las fronteras nacionales. El fax, la videocámara portátil y la Cable News Neywork se cuentan entre las tuerzas que pusieron fin a los regímenes comunistas y a la Guerra Fría, porque permitieron que las noticias circularan en ambos sentidos, a través de la Cortina de Hierro. Hasta ahora, la mayor parle de los sitios de la Worid Wide Web están en inglés, lo que confiere beneficios económicos y de entretenimiento a las personas de lodo el mundo que hablan el inglés. Los anglo parlantes disfrutarán de esta ventaja hasta que no se incluya mucho más contenido en oíros idiomas o hasta que el software no haga una excelente labor de traducción de textos sobre la marcha.

El nuevo acceso a la información puede unir a las personas al incrementar su comprensión de las demás culturas. Pero las emisiones de los satélites comerciales a países como China e irán ofrecen a los ciudadanos imágenes del mundo exterior que no necesariamente están aprobadas por sus gobiernos. Algunos estados temen que tal exposición provoque descontento y, lo que es peor, una «revolución de expectativas» cuando la gente, privada de sus derechos, reciba información suficiente sobre otro estilo de vida que contraste con el suyo. El equilibrio entre experiencias tradicionales y modernas cambiará en las sociedades individuales cuando las personas utilicen la red para exponerse a una gama mayor de posibilidades. Algunas culturas pueden sentirse asaltadas cuando la gente preste más atención a las cuestiones y culturas globales y menos a las tradiciones locales.

«El hecho de que el mismo anuncio publicitario pueda atraer a una persona que se encuentre en un apartamento de Nueva York, a otras de una granja de lowa o de un poblado africano no demuestra que estas situaciones sean iguales», dijo Bill McKibben, un crítico de lo que considera una tendencia de la televisión a pasar por encima de la diversidad local con experiencias comunes homogeneizadas. «Hay sólo indicios de que las personas que viven en estos lugares tienen unos cuantos sentimientos en común, y son estas comunidades más desprovistas y mínimas las que forman el contenido de la aldea global».

Pero… ¿puede negarse el privilegio de ver el anuncio o el programa que financia el anuncio si la gente quiere verlo? Se trata de una cuestión política que ha de contestar individualmente cada país.

La cultura popular americana es tan poderosa que algunos países intentan ahora racionar su exposición a ella. Esperan garantizar la viabilidad de los productores de contenido estadounidense al no permitir transmitir cada semana más que un determinado número de horas de programas de televisión extranjeros, por ejemplo. En Europa, la posibilidad de recibir televisión vía satélite y cable ha hecho más difícil el control por parte del gobierno de lo que el público ve. Internet va a derribar fronteras y puede promover una cultura mundial o, al menos, un mayor compartimiento de actividades y valores culturales. Pero la red hará también más fácil a las personas implicadas profundamente en sus propias comunidades étnicas, en su país o en el extranjero, entrar en contacto con oirás personas que compartan sus preocupaciones, independientemente de donde estén. Esto puede reforzar la diversidad cultural y contrarrestar la tendencia hacia una sola y homogeneizada cultura mundial. Es difícil predecir cuál va a ser el efecto de la red, si va a reforzar o a debilitar los valores culturales locales.

Si las personas giran hacia sus propios intereses locales y se retiran de un mundo más amplio (si los levantadores de peso se comunican sólo con los levantadores de peso y los letones deciden leer sólo periódicos letones) existe el riesgo de que desaparezcan las experiencias y los valores comunes. Esta xenofobia tendría el efecto de fragmentar las sociedades. Dudo que vaya a ocurrir así porque creo que a las personas les gusta tener el sentimiento de pertenecer a múltiples comunidades, incluida una comunidad mundial. Cuando en Estados Unidos compartimos experiencias nacionales generalmente es porque estamos viendo lodos al mismo tiempo ciertos acontecimientos en la tele visión, ya sea la tragedia del Challenger estallando después del despegue, la Súper Bowl, una inauguración, la cobertura de la Guerra del Golfo o el juicio de O. J. Simpson. En esos momentos, estamos «juntos». Todo el mundo vio las imágenes de la caída del Muro de Berlín y lodo el mundo compartirá cada vez más experiencias globales.

Por desgracia, y con pocas excepciones como los Juegos Olímpicos y las imágenes del hombre caminando por la Luna por vez primera, la mayor parte de las experiencias globales han tendido a ser experiencias de fenómenos negativos: desastres naturales, guerras y otras clases de conflictos.

Otro asunto que preocupa a la gente es que el entretenimiento que proporciona el multimedia sea tan fácil de conseguir y tan absorbente que algunos utilicemos el sistema mucho más de lo que nos conviene. Esto puede convertirse en un problema cuando la tecnología de la realidad virtual sea realmente buena y se convierta en algo común.

Un día, un juego de realidad virtual nos permitirá entrar en un bar virtual y cruzar una mirada con «alguien especia!», que advertirá nuestro interés y vendrá hacia nosotros para entablar conversación. Charlaremos e impresionaremos a este nuevo amigo con nuestro encanto y nuestro ingenio.

Quizá decidamos ambos, en ese momento ir a París, ¡zas! Nos encontraremos en París contemplando juntos las vidrieras de Notre Dame, Podremos preguntar a nuestro amigo, invitándole. «¿Has viajado alguna vez en el Star Ferry de Hong Kong?» ¡zas! La realidad virtual será más absorbente de lo que hayan sido Jamás los vídeojuegos y producirá más adicción.

Si descubriéramos que nos escapamos a ese mundo tan atractivo con demasiada frecuencia, o que permanecemos en él demasiado tiempo y ello nos empezara a preocupar, podríamos imponernos cierta disciplina diciendo al sistema: «No importa la contraseña que trate de darte, no me dejes jugar más que media hora al día». Esto podría ser una llamada de atención para reducir nuestra implicación en algo que encontramos demasiado atractivo. Podría hacer el papel de la foto de la persona obesa que ponemos en nuestro refrigerador para privarnos de los bocadillos a destiempo.

Levantarse con rapidez ayuda mucho a superar el comportamiento que tiende a generar arrepentimiento. Quien elige pasar sus horas libres contemplando las vidrieras de una Notre Dame simulada o charlando en un bar fingido con un amigo sintético, está ejercitando su libertad.

Actualmente, muchas personas pasan varias horas al día frente al televisor. A estos espectadores les irá mejor cuando podamos sustituir parte de este entretenimiento pasivo por otro activo. A mí, sinceramente, no me preocupa que el mundo se pase el tiempo en Internet, Lo peor que espero que pueda pasar es que sea como jugar demasiado con los videojuegos o excederse en la comida.

Una preocupación más seria que la provocada por el exceso de indulgencia es la vulnerabilidad que podría derivarse de la creciente y excesiva confianza de la sociedad en la red.

La red global interactiva y las máquinas basadas en la informática conectadas a ella constituirán el nuevo campo de juego de la sociedad, el nuevo lugar de trabajo y la nueva aula. Sustituirá al papel moneda.

Subsumirá la mayor parte de las formas de comunicación existentes. Será nuestro álbum de fotos, nuestro diario, nuestro radiocasete. La fuerza de la autopista procederá de esta versatilidad, pero eso significa también que nos confiaremos extraordinariamente en ella.

Esa confianza excesiva puede ser peligrosa. Durante los apagones sufridos en la ciudad de Nueva York en 1965 y 1977, millones de personas pasaron apuros (al menos durante unas cuantas horas) por su dependencia de la electricidad. Contaban con la energía eléctrica para la iluminación, la calefacción, el transporte y la seguridad. Cuando se fue la luz, la gente quedó atrapada en los ascensores, los semáforos dejaron de funcionar y las bombas eléctricas de agua se pararon.

Es normal que un fallo total de la red cause preocupación. Como el sistema está totalmente descentralizado, no es probable que una sola interrupción produzca un efecto muy amplio. Cuando falle un servidor individual, se remplazará y se recuperarán sus dalos. Pero el sistema podría ser objeto de un ataque. Tendremos que diseñar la red de forma más redundante a medida que se haga más esencial para nosotros.

Una de las áreas vulnerables es la confianza del sistema en la criptografía (la cerradura matemática que permite mantener a salvo la información), Ninguno de los sistemas de protección que existen en la actualidad, sean cajas fuertes o cámaras acorazadas, están por completo libres de fallos.

Lo mejor que podemos hacer es que sea suficientemente difícil que alguien viólenle un sistema de seguridad o penetre en él. A pesar de que la gente piensa lo contrario, la seguridad informática tiene un buen historial.

Las computadoras pueden proteger la información de tal forma que ni siquiera sean capaces de acceder a ella los piratas informáticos más inteligentes, a menos que aquellas personas a quienes se confía la información cometan un error o sean corruptas. El descuido es la causa principal de las violaciones de la seguridad. En la red se producirán errores y a veces pasará demasiada información por ella. Alguien emitirá entradas digitales para conciertos falsificadas, y se descubrirá, porque las presentarán muchas personas en el concierto. Cuando ocurran cosas como éstas, habrá que reconfigurar el sistema y revisar las leyes.

La desastrosa posibilidad de falsificación del dinero digital quedó al descubierto en 1996 cuando una empresa japonesa, propiedad en parte de Mitsubishi, informó que había perdido 55.000 millones de yens (58 millones de dólares) como consecuencia de la falsificación de tarjetas magnéticas de pcichinko. El pwhinko constituye una pasión en Japón, donde están dedicados al juego, primo hermano del billar Automático.

18.000 salones llenos de humo. Según informaciones de prensa japonesas, los sindícatos de la delincuencia organizada están detrás de la falsificación de estas tarjetas de pago que utilizan los jugadores para pagar las partidas de pachinko. Que pueden cambiarse indirectamente por dinero.

Como el ámbito privado en Internet y la seguridad del dinero digital dependen de la codificación, cualquier progreso de las matemáticas o de la ciencia informática que venza al sistema criptográfico podría constituir un desastre. Me pareció grave que se pusiera de manifiesto que ciertos tipos de códigos de clave pública eran vulnerables a un «ataque del tiempo», un tema del que traté en el capítulo 4. El obvio progreso matemático que podría derrotar a nuestra codificación de clave pública sería el desarrollo de una manera más fácil de descomponer racionalmente grandes números. Cualquier persona u organización que tuviese esta capacidad podría falsificar dinero, penetrar en cualquier archivo personal, corporativo o gubernamental y posiblemente llegar a minar incluso la seguridad de las naciones. Por eso tenemos que tener mucho cuidado a la hora de diseñar el sistema criptográfico de la red. Tenemos que asegurarnos un modo de efectuar una transición inmediata a una técnica alternativa en el caso de que se demuestre falible cualquier técnica específica de codificación.

Tenemos que hacer aún un pequeño esfuerzo de inventiva hasta que lo perfeccionemos. Las implicaciones de la Ley de Moore hacen particularmente difícil garantizar la seguridad de una información que queramos mantener confidencial durante una década u más. La aparición de computadoras más potentes pueden originar desarrollos capaces de violar nuestra seguridad.

Otra de las grandes preocupaciones en lo que se refiere a la red es la de la falta de vida privada. Empresas privadas y agencias del gobierno están recopilando ya muchísima información sobre nosotros, y a menudo no tenemos idea del modo como la utilizarán, o ni siquiera de que la información sea correcta. Las estadísticas de la Oficina del Censo de Estados Unidos contienen significan vas cantidades de detalles sobre todos nosotros.

Archivos médicos, o referente1' al carné de conducir, procedentes de bibliotecas, colegios, tribunales de justicia, historiales de solicitudes de créditos, informes fiscales, financieros, laborales y de tarjetas de crédito o de compra que. Juntos, constituyen nuestro perfil. El hecho de que llame mucho a casas que venden motocicletas y la suposición de que usted puede, por tanto, ser susceptible de recibir publicidad sobre las mismas constituye una información comercial que una compañía telefónica podría vender, al menos en teoría. En las listas de correo para marketing directo y en los informes relativos a las solicitudes o concesiones de créditos se recopila información sobre nosotros de modo rutinario.

Ciertos errores y abusos en informes de tipo crediticio han incentivado la legislación que regula la utilización de las bases de datos que contienen información sobre nosotros. En Estados Unidos se permite a los ciudadanos comprobar ciertos tipos de información almacenada sobre ellos y se tiene derecho a la notificación cuando alguien acceda a ella. La naturaleza dispersa de la información protege nuestro anonimato de manera informal, pero cuando estén conectados a la red todos los archivos que contienen información, podrán relacionarse mediante computadoras. Los dalos referentes a los créditos podrían unirse a los laborales y a las transacciones de ventas y confeccionar una imagen precisa e intrusa de nuestras actividades personales.

Los gobiernos tendrán que establecer conscientemente políticas relativas a la vida privada y al acceso a la información, a medida que se efectúen más negocios mediante la red y que se incremente la cantidad de información almacenada en ella. El software administrará estas políticas, con el fin de asegurar que un médico no pueda acceder a los archivos fiscales del paciente, que un auditor oficial no pueda examinar el archivo escolar de un contribuyente y que al profesor no se le permita curiosear en el historial médico del estudiante. El problema potencial no es la existencia de la información en sí misma, lo que me preocupa es el abuso que se haga de ella.

Actualmente permitimos a una compañía de seguros de vida examinar nuestro historial médico antes de decidir si nos asegura o no en caso de muerte.

Estas empresas puede que deseen comprobar también si tenemos pasatiempos peligrosos, como volar sin motor, fumar o conducir coches de carreras.

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