Authors: Peter Rinearson Bill Gates
¿Debería permitirse a una compañía de seguros «patrullar» por la red para examinar archivos de nuestras compras y ver si alguna de ellas pudiera ser indicio de que realizamos alguna actividad peligrosa? ¿Podría la computadora de un posible patrono examinar nuestros archivos de comunicaciones o de entretenimientos para trazar un perfil psicológico? ¿Cuánta información se puede permitir ver a las agencias federales, estatales o locales? ¿Qué se le permitiría saber sobre nosotros a un posible casero? ¿A qué información tendría acceso un futuro cónyuge? Tenemos que definir los límites legales y prácticos de la vida privada.
Estas cuestiones relativas a la vida privada giran en tomo a la posibilidad de que alguien pueda seguir el rastro de la información que exista acerca de nosotros. Pero la red también permitirá a los individuos seguir el rastro de sus propios actos y llevar así lo que podríamos llamar «una vida documentada».
Nuestro PC monedero podrá mantener archivos de audio, de tiempo y lugar e incluso vídeos de lodo lo que nos ocurra. Podrá grabar cada palabra que pronunciemos y que nos dirijan, así como la temperatura corporal, la tensión sanguínea, la presión barométrica y una variedad de datos sobre nosotros y sobre lo que nos rodea. Podrá seguir el rastro a nuestras interacciones con la red: todos los comandos utilizados, los mensajes enviados y las personas a las que nos dirigimos o que se dirigieron a nosotros. El archivo resultante será el diario o la biografía definitivos, si es que queremos tenerlos. Por lo menos, podríamos saber exactamente cuándo y dónde tomamos una fotografía, u la hora de disponernos a organizar el álbum fotográfico digital de la familia.
La tecnología necesaria para ello no es una posibilidad remota. Pronto será posible comprimir la voz humana a unos cuantos miles de bits de información digital por segundo, lo que significa que una hora de conversación se convertirá más o menos en un megabyte de datos digitalizados. Las pequeñas cintas que se utilizan para hacer copias de seguridad de los contenidos de los discos duros de las computadoras almacenan ya 10 gigabytes o más de datos, lo que es suficiente para grabar unas 10.000 horas de audio comprimido (más de las que tiene un año). Las cintas de las nuevas generaciones de aparatos de vídeo digitales almacenarán más de 100 gigabytes, lo que significa que una simple cinta que cueste unos cuantos dólares podrá almacenar registros de todas las conversaciones que mantenga una persona en el curso de una década o incluso de una vida, dependiendo de lo habladora que sea. Estas cifras se basan sólo en las capacidades actuales; en el futuro, el almacenamiento tendrá mucha más capacidad y será mucho más barato. Esto será fácil para el audio, pero dentro de unos cuantos años será posible también para el vídeo.
Encuentro fría la perspectiva de las vidas documentadas, pero a ciertas personas les gustará la idea. Por una parle, una vida documentada puede ser una buena defensa. Podemos considerar a la PC monedero como una «máquina coartada», porque las firmas digitales codificadas garantizarán una coartada infalsificable ante falsas acusaciones. Cuando alguien nos acusara de algo, podríamos contestar: «¡Eh, amigo, tengo una vida documentada!». «Los bits están almacenados y puedo reproducir todo lo que he dicho. De manera que no trates de jugar conmigo». Y, por supuesto, si fuéramos culpables de algo, habría un registro de ello. Quedaría registrada también cualquier manipulación que se intente. La grabación por parle de Richard Nixon de sus conversaciones en la Casa Blanca (y la sospecha de que había intentado alterar las cintas) contribuyeron a su perdición. Decidió tener una vida documentada y vivió lo suficiente para lamentarlo.
El caso Rodney King demostró tanto el poder como las limitaciones del video como evidencia. Dentro de poco, todas las patrullas de la policía, o los policías mismos, estarán equipados con videocámaras digitales con sellos inmanipulables, referidos a tiempo y lugar. El público puede empeñarse en que la policía se grabe mientras actúa. Y la policía podría estar a favor de ello para defenderse ante las denuncias de haber actuado brutal o abusivamente, por una parte, y como ayuda para reunir pruebas, por otra.
Algunas fuerzas policiales están grabando en vídeo ya lodos los arrestos, Esta clase de grabaciones no afectará sólo la actuación de la policía. El seguro contra los errores médicos podría estar adisposición de los médicos que grabaran operaciones quirúrgicas, o incluso las visitas, y seria más barato para ellos. A las empresas de autobuses, taxis y camiones les interesa obviamente el rendimiento de sus conductores.
Algunas empresas de transporte han instalado ya equipos para grabar el kilometraje y la velocidad media. Puedo imaginar propuestas de que se equipe a todos los automóviles, incluyendo el suyo y el mío, no sólo con una grabadora, sino también con un transmisor que identifique el coche y su localización (una matrícula digital futura). Después de todo, los aviones llevan ya una «caja negra" y no hay razón alguna por la que no la puedan llevar los coches cuando los precios bajen lo suficiente. Cuando se denuncie el robo de un automóvil, se le podrá encontrar inmediatamente. Después de un accidente en el que el conductor que lo provoca se da a la fuga o de un accidente mortal, un juez podría autorizar una investigación del tipo: "¿Qué vehículos se encontraban en las dos manzanas siguientes, durante este periodo de treinta minutos?».
La caja negra podría registrar nuestra velocidad y el lugar donde nos encontráramos, lo que permitiría la perfecta aplicación de las leyes sobre limitación de velocidad, Yo votaría contra eso.
En un mundo cada vez más instrumentalizado, podríamos llegar a un punto en que las cámaras registrasen la mayor parte de lo que ocurre públicamente. En los lugares públicos son bastante comunes ya las videocámaras, Cuelgan, a menudo ocultas, en bancos, aeropuertos, máquinas de venta automática, hospitales, autopistas, tiendas y en los pasillos y ascensores de hoteles y edificios de oficina.
La perspectiva de que nos estén contemplando tantas cámaras continuamente nos hubiera angustiado hace unos 50 años, como le ocurrió a George OrweII, Pero hoy pasan casi inadvertidas. En Estados Unidos y en Europa hay comunidades de vecinos cuyos miembros promueven la colocación de cámaras en las calles y aparcamientos. En Mónaco se ha eliminado prácticamente la violencia callejera emplazando cientos de videocámaras por todo el Principado. Mónaco es reducido (370 acres, 150 hectáreas), como pura que lo puedan cubrir perfectamente unos centenares de cámaras. A muchos padres les gustaría que hubiese cámaras en los patios de los colegios para ahuyentar o ayudar a detener a los que ofrecen droga, a quienes importunan a los niños o a los pendencieros.
Cada farola en la ciudad representa una sustancial inversión de la comunidad en seguridad pública. Adaptar a estas farolas cámaras conectadas con la red supondrá, dentro de unos cuantos años, una suma adicional módica.
En una década, las computadoras podrán escudriñar, por muy poco dinero, grabaciones de vídeo para buscar una persona o actividad particulares.
Podemos imaginar fácilmente propuestas de que se añadan a todas las farolas cámaras de vídeo. Estas imágenes sólo deberían examinarse cuando se produjese un delito y, aun así, probablemente, sólo con una orden judicial. Algunos podrían pedir que (odas las imágenes de las cámaras estuviesen a disposición de todos en cualquier momento. Esto me plantea serias dudas referentes a la salvaguarda de la vida privada, pero los partidarios de que así fuera podrían argüir que puede hacerse cuando las cámaras estén instaladas en lugares públicos.
Casi todo el mundo está dispuesto a aceptar ciertas restricciones a sus derechos a cambio de la sensación de seguridad. Se trata de una cuestión de equilibrio. Desde una perspectiva histórica, las personas que viven en las democracias occidentales disfrutan de un grado de anonimato y de libertad personales sin precedentes en la historia de la humanidad. Si se demostrara que la colocación de cámaras conectadas a la red reduciría enormemente el número de delitos, se produciría un serio debate sobre si la gente teme más a la vigilancia que a la delincuencia. En Estados Unidos es difícil imaginar que el gobierno pudiese permitir experimentos en este sentido por los problemas que plantean respecto a vulnerar la vida privada y la probabilidad de que quebrante la Constitución. Pero la opinión puede variar. Bastaría que se produjesen en el país muchos más atentados como los de las bombas en Okiahoma City y en Atlanta para que cambiasen las actitudes hacia la estricta protección del anonimato. Lo que hoy parece un Gran Hermano digital puede devenir en norma si se deja la alternativa en manos de terroristas y criminales. No estoy defendiendo una postura, sino sólo poniendo de relieve que se trataría de una decisión política y que en los próximos años es probable que suscite un gran debate.
Al mismo tiempo que la tecnología hace más fácil crear archivos de video, también hace posible mantener total privacidad sobre lodos nuestros mensajes y documentos. El software de la tecnología criptográfica, que todo el mundo puede cargar desde la Internet, posibilita transformar una PC en una máquina codificadora prácticamente inquebrantable. Los servicios de seguridad se aplicarán a prácticamente todas las formas de información digital (llamadas telefónicas, archivos, bases de dalos) cuando se despliegue la red. Cuando protejamos nuestra contraseña, la información almacenada en nuestra computadora quedará bajo la cerradura y la llave más seguras que hayan existido jamás. Esta seguridad permite elevar a un grado inexistente hasta ahora el ámbito privado de la información.
Algunos miembros de la Administración de Estados Unidos se oponen a estas facilidades de codificación porque reducen sus posibilidades de recopilar información. Pero la tecnología no puede detenerse, por desgracia para ellos. La National Security Agency forma parte de la comunidad de defensa y espionaje del gobierno norteamericano que protege las comunicaciones secretas del país y descifra las comunicaciones extranjeras para reunir dalos sobre espionaje. La NSA quiere que siga siendo ilegal el envío fuera de Estados Unidos de programas avanzados de codificación. También el FBI quiere mantener la ilegalidad de estas exportaciones, pero por una causa distinta. El FBI cree que si no pudieran venderse también en mercados extranjeros no se desarrollarían nacionalmente sistemas poderosos de codificación, incluso aunque fueran legales. Pero en lodo el mundo hay buen software de este tipo que puede funcionar en cualquier computadora, No habrá decisión política que pueda devolver a los gobiernos las capacidades de manipulación que han tenido en el pasado.
Las leyes actuales que prohíben exportar software con capacidades sofisticadas de codificación podrían perjudicar a las empresas norteamericanas de hardware y de software. Las restricciones proporcionan ventaja a las empresas extranjera, sobre los competidores estadounidenses porque les permite insertar más seguridad en sus productos. Las empresas americanas de hardware y de software opinan casi unánimemente que las prohibiciones actuales de exportar sistemas de codificación no son eficaces.
Todos los adelantos experimentados por los medios de comunicación han producido un efecto sustancial sobre la forma como interactúan el gobierno y los ciudadanos. La imprenta y, más tarde, la circulación masiva de los periódicos, cambiaron la naturaleza del débate político. La radio y la televisión permitieron a los líderes políticos hablar directa e íntimamente al pueblo. La red interactiva influirá también en la política. Los políticos podrán ver de inmediato, por primera vez, los resultados de las encuestas de opinión. Los electores podrán enviar rápidamente una cana a sus representantes en el Parlamento para saber cuáles son sus posiciones y cómo es que van a volar en éste o aquel punió. Los votantes podrán emitir su voto desde casa o desde sus computadoras monederos con menos riesgo de que se produzcan equivocaciones en el recuento, o fraude.
Pero, aunque el modelo de toma de decisiones no cambie explícitamente, la red conferirá poder a grupos de ciudadanos que quieran organizarse para promocionar causas o candidatos, lo que podría incrementar el número de grupos con intereses especiales e incluso de partidos políticos.
Organizar un movimiento político en torno a un punto particular requiere actualmente muchísima coordinación. ¿Cómo dar con las personas que comparten nuestro punto de vista? ¿Cómo comunicarnos con ellas y motivarlas? El teléfono y el fax son estupendos para contactar con la gente, una a una, pero sólo si sabemos a quién llamar. La televisión permite a una persona llegar hasta millones de personas, pero es muy cara y se despilfarra mucho dinero cuando los espectadores no están interesados en el tema.
Las organizaciones políticas necesitan miles de horas de trabajo voluntario, Cuando se recurre al envío directo por correo hay que llenar sobres y legiones de voluntarios tienen que contactar con la gente por cualquier medio posible. Sólo unos cuantos asuntos, entre los que se encuentran los referidos al medio ambiente, son tan importantes y universales como para superar las dificultades que supone reclutar voluntarios suficientes para que funcione eficazmente una organización política.
La red interactiva facilita todas las comunicaciones. Los boletines de notas y otros medios de comunicación en línea permiten a la gente ponerse en contacto de uno en uno, de uno con muchos o de muchos con muchos, de manera eficaz. Las personas con intereses similares pueden reunirse en línea y organizarse sin ningún condicionante físico. Organizar un movimiento político va a ser tan fácil, que ninguna causa será demasiado insignificante o tendrá excesivamente dispersos a sus votantes. Los sitios de la Web se convinieron en focos significativos para los candidatos y los grupos de acción política en las elecciones nacionales de 1996 en Estados Unidos y la red acabará siendo un cauce de primer orden para el discurso político.
No cabe duda de que alguien propondrá la «democracia directa» total, (en lugar de nuestra actual democracia representativa), sometiendo a votación todos los asuntos. No creo que la votación directa constituya un buen modo de gobernar. Los representantes que añaden valor como los intermediarios, tienen sitio en el gobierno. El oficio de algunos consiste en emplear tiempo en llegar a comprender lodos los matices de las cuestiones complicadas. Y la política implica compromiso, el cual es casi imposible si no hay un número relativamente reducido de representantes que tomen decisiones en nombre del pueblo que les eligió.