Read De La Noche a La Mañana Online
Authors: Federico Jiménez Losantos
Tags: #Ensayo, Economía, Política
Nota male
: según los últimos datos publicados, en diciembre de 2002 se consagrará legalmente el aplastante dominio de Polanco en todas las áreas de la comunicación nacional. José María Aznar, que presumía tras la mayoría absoluta de 2000 de haberla conseguido a pesar de la feroz campaña en contra de El País y la SER («la guerra civil ha terminado», dijo), va a otorgar al hombre más rico y poderoso de España una posición de privilegio que destruye cualquier posibilidad de competencia en la televisión, de pago y en abierto. El Gobierno del PP permitirá que Polanco absorba Vía Digital y se quede con el monopolio del fútbol y el cine, además de cambiar la legislación vigente para que Polanco pueda conservar también Canal + y su canal ilegal Localia, así como el posible acceso al accionariado de cualquier otra cadena de televisión, para lo que está en marcha una reforma de la Ley. De este modo, Polanco, a la tercera (tras el pacto de Nochebuena con Asensio en 1996 y conVillalonga en 1999), gana de forma aplastante la batalla por el futuro de la comunicación española. Aznar ha deteriorado gravemente o destruido prácticamente todas las alternativas al polanquismo en prensa, radio y televisión. La tropa polanquista ha cumplido sus últimos objetivos financieros. La Guerra Digital ha terminado.
S
i en la temporada 2001-2002 las cosas fueron de mal en peor pero con lentitud, vivaqueando en la ruina y sobreviviendo en los rastrojos, en la temporada 2002-2003 el ritmo se aceleró y la COPE debería haberse rebautizado Radio Murphy, porque todo lo que nos pasaba parecía inspirado por esa famosa ley que asegura que si cae al suelo una tostada untada de mantequilla lo hará siempre por el lado de la mantequilla. Lo más sobresaliente entre lo malo y, aparentemente, lo peor, fue la defección de Pedro Jota, que se pasó con postes y periódico a Onda Cero. Todo sucedió de golpe, justo al comienzo de la temporada, se escenificó en rueda de prensa el viernes 7 y pasó a las hemerotecas al día siguiente, el 8 de septiembre de 2001, cuando la portada de
El Mundo
, en papel y en Internet, traía como auténtico titular de apertura una ancha columna en la parte derecha que a modo de capitel mostraba una foto de Victoria Prego sentada y sonriendo felicísima en un ancho sillón, del que Jóse María García ocupaba un brazo, Luis del Olmo el otro y Carlos Herrera aparecía, medio sentado medio enhiesto, posado en el respaldo de medio perfil. El titular resultaba llamativo, inequívoco, apabullante, estrepitoso y, para la COPE, aparentemente letal: «Onda Cero, el "Dream Team" de la radio española».
El primer sumario bajo el capitel gráfico y el titular me afectaba directamente: «Victoria Prego dirigirá
La brújula del mundo
, de 20. 00 a 23. 30 horas, con Antonio Jiménez de director adjunto y la participación habitual de Pedro Jota Ramírez». Dicho en pocas palabras: frente a
La linterna
iba a tener a
El Mundo
en pleno. Sencillito.
El segundo sumario afectaba al conjunto de la cadena y muy especialmente a Luis Herrero: «Completará una formidable parrilla diaria con Luis del Olmo por la mañana, Carlos Herrera por la tarde y José María García desde la medianoche». Estimulante.
El tercer sumario incluía los números de la pedrea que debería hundir nuestro frágil tejado: «El director general, Fernando Onega, presentó ayer la apuesta de la emisora por el liderazgo, con Javier Algarra en los informativos y Concha García Campoy y Javier Gurruchaga entre sus puntos fuertes». Reconfortante.
En la casa, obviamente, no lo veían igual. El siempre frágil y asustadizo mundo del dinero, es decir, el área comercial, yacía sumido en la depresión más honda. Los ejecutivos, con don Bernardo, Rafael Pérez del Puerto y Jenaro González del Yerro al frente, cuando los veías por un pasillo, parecían salir de un funeral. Yo le decía a Luis:
—Oye, tienes que subir a la planta segunda: han puesto de música de fondo el Réquiem de Mozart. Al menos se preparan para bien morir según los cánones.
—Sí, sí, tú ríete. Pero antes de morir ellos, nos enterrarán a nosotros.
—La ventaja que tenemos esta temporada, Luis, es que el nicho de la COPE no es muy apetecible que digamos. Estaremos muy cómodos.
—Ja. No sabes la de gente que querría un programa aunque fuera el último año.
Luis estaba indignado, sobre todo, con «la traición de Pedro Jota». Pero aunque tuviera razón, me costaba criticar a Pedro. Hacía poco que me había recogido en
El Mundo
tras lo de
ABC
, y me sentía como uno más de aquella saga de novilleros desamparados que inauguró El Niño de las Monjas y clausuró El Niño del Hospicio.
—Tú no riñas mucho, Luis. Puedes acabar en su radio como yo en su periódico.
—¿Pero tú has visto lo que dice ¡EL! ¡EL! de Luis del Olmo? —y agitaba el diario.
Tuve que verlo. Efectivamente, la frase entresacada de la entrevista y el retrato eran como suele ser la propaganda de Pedro: incondicional, estrepitosa y eficaz. Total, ¿quién se acuerda mañana del periódico de ayer? La frase del otro Luis decía: «A los oyentes talibán, a los oyentes del terror les quiero decir que no vamos a quitar el pie del acelerador y que ellos también están en nuestro punto de mira. (…) Les lanzaremos bombas de tolerancia y convivencia».
¡Quién podía pensar que quien entonces llamaba talibanes a los etarras iba a llamarme talibán a mí pocos años después! Pero sería injusto pensar que el locutor berciano confunde deliberadamente, en su argéntea madurez, a los terroristas con las víctimas del terrorismo. Es sólo escasez de vocabulario, falta de guión y no mala fe.
A Luis lo de la fe no le importaba en ese momento lo más mínimo. Recitaba:
—«Este maestro indiscutible de las ondas y animal radiofónico que afronta su vigésima octava temporada de
Protagonistas
como líder absoluto de la mañana y con más de ocho mil programas emitidos a sus espaldas afronta el nuevo curso como un gran reto:"Jamás había tenido la oportunidad de trabajar con una parrilla tan completa y con la plantilla más completa de la historia de la radio. Si no conseguimos el liderato ahora es para que nos la corten"».
—Se la cortarán, Luis. Aunque consiguieran el liderato, que no lo conseguirán, se la cortarán.
—Lo de animal radiofónico, como sátira, pase, pero llamar «maestro de las ondas» al tío que hace un año echó de su tertulia a Casimiro y todos los de
El Mundo
cuando su periódico denunció el trinque de Villalonga, ¡tiene narices! Eso, por no recordar su comportamiento cuando lo del vídeo. Pero ¿y qué me dices del «hombre de COPE»?
El «hombre de COPE» era Carlos Herrera, que se había definido así en la penosa y ya relatada exploración encargada por don Bernardo al propio Luis en mi presencia.
—Reconoce, Luis, que, para venir de Miami, no puede estar más discreto.
Y lo estaba. El único de aquel
team
que iba a sobrevivir al
dream
de Pedro J. Ramírez se hacía casi invisible en aquella epopeya dolby stereo con sensurround: «La voz y la personalidad de uno de los grandes comunicadores (aunque él sigue prefiriendo el término locutor) que ha dado la radio española en los últimos años vuelve a las ondas después de un año de relativo silencio y lo hace para tomar las riendas de la programación de tarde de Onda Cero. "No vengo a inventar nada. Vengo a continuar el buen trabajo que ha desarrollado Marta Robles (
A toda radio
). La tarde es un territorio que no he explorado y es un reto para mí". La cadena le ha dado todas las facilidades para confeccionar el programa y dice que "si éste no funciona, la culpa será exclusivamente mía. (…) La radio por la tarde está necesitada de un cierto calor". Respeta a sus competidores pero tratará de superarlos "con todo cariño"».
—Fíjate qué cariñoso, Luis. Yo debería tomar ejemplo.
—O sea, traidor colaboracionista, que no descartas colaborar con él. Uno en
La mañana
y el otro en
La linterna
. ¡Qué bonito!
—Oye, que el que juega todas las semanas al pádel con Pedro Jota eres tú, no yo.
—Sí, pero al que le hace la competencia no es a mí, es a ti. Mira, mira lo que dice tu periódico de tu competidora en
La brújula
, Victoria Prego. Siéntate y escucha: «"Yo pretendo poner mi experiencia y mi talante al servicio de un informativo que convoque al oyente y que lo que les contemos o les sugiramos sea verdad". Esta declaración de principios de la nueva directora y presentadora del buque insignia de los informativos de Onda Cero,
La brújula
(a partir del lunes
La brújula del mundo
), marca uno de los objetivos de su programa, que es ofrecer una visión plural, libre y detallada de la actualidad del día, tarea en la que contará con el oficio y la solvencia de Antonio Jiménez y con el trabajo y el esfuerzo del equipo de informativos que dirige Javier Algarra».
—Hablando en serio, Luis. Aparte de lo del gigante con los pies de barro, el caballo de Troya, el enemigo en casa y demás metáforas bélicas, tú ¿cómo lo ves?
—¿Lo tuyo? Si de ocho a nueve y media dan información, o sea, mucha crónica, corresponsal y pinchacito local; y si de nueve y media a diez ponen economía justo cuando tú terminas, es que dan por perdidas las dos primeras horas o lo dejan en manos del arrastre de Carlos. Limitan la lucha real contigo a la tertulia, de diez a doce. A ver si con García consiguen lo que García solo no ha conseguido. Pero no te engañes, Fede, esto es mucho más peligroso. Es cuña de la misma madera.
—De eso nada.
—Victoria, no. Pero Pedro Jota, desde luego que sí.
—Bueno, jugaremos el partido y al final ya veremos el marcador.
—El marcador lo habrán comprado también.
—Ahora Gimeno y compañía dicen «esponsorizado».
—No, no; comprado, comprado. Si yo fuera el EGM, salía a Bolsa.
—A propósito: ¿qué dice nuestro amigo García?
—Escucha, escucha el retrato de nuestro amigo: «Su lucha incansable por conseguir la primicia, su profesionalidad y valentía a la hora de denunciar corruptelas e irregularidades, junto con un estilo inconfundible de comunicar, han convertido a José María García en un referente de la radio deportiva en España. El secreto, como el propio periodista ha reconocido en numerosas ocasiones, radica en no bajar nunca la guardia, llamar a las cosas por su nombre y trabajar siempre algo más que los otros. Y ahora, de cara a la nueva temporada, y ante el nuevo proyecto de programación de Onda Cero, García no ha puesto impedimentos para que su programa se retrase media hora en beneficio de
La brújula del Mundo
. Ante el reto que supone el nuevo curso para la cadena (ser líder de la radio en España), declara: "Estoy muy ilusionado porque hay que ser muy burro para no ilusionarse con lo que tenemos". Al casi siempre polémico periodista, lo mismo que no le duelen prendas a la hora de criticar determinados comportamientos de los dirigentes de la cadena ("a veces nos tocan las pelotas con gilipolleces"), tampoco duda a la hora de reconocer los valores de esas personas: "Mi equipo y yo tenemos una libertad absoluta y total y ésa es la forma de construir"».
—¿Pero tú crees que si no le han dado cancha a García se la van a dar ahora?
—La cuestión es si le van a dar Onda Cero a Pedro Jota o no se la van a dar.
—¿Y tú qué crees?
—Yo creo que el Faraón no se fiará nunca de él.
—Ni de él ni de nadie. Pero sería lógico y normal. Y no sería lo peor.
—¿Y quién dice que la política de medios del Faraón y del PP sea lógica?
—Ah, no sé. Eso, los que coméis en Moncloa y le tomáis el pulso a la esfinge.
—¿Estamos celosos a estas alturas?
—No. En el pecado llevas la penitencia. Pero ¿cómo decías antes? ¡Ah, sí! ¡Colaboracionista! ¡Traidor!
—Vale, pero te he conseguido un despacho para dormir la siesta Al
tran tran
.
—¿Con un sofá como el tuyo?
—Incluso mejor.
—Con que sea igual me conformo. Bueno, me voy a hablar con mi nuevo socio.
—Ya verás como eso funciona, Fede.
—Vosotros sois los que entendéis de radio. Pero la verdad es que a mí eso del «tran tran», ni me suena ni me va.
—Funcionará, ya lo verás.
Efectivamente, nos estrellamos. No he tenido fracaso más estrepitoso que el de esa idea que se le ocurrió al propio Luis para contrarrestar la vuelta de Carlos Herrera a La tarde: ponernos juntos a Abellán y a mí para tratar de subsanar el agujero negro en que se había sumido la audiencia de cuatro a ocho, en el antiguo reino de Encarna Sánchez. La fórmula era aparentemente sencilla: se trataba de mantener una continuidad de cadena, basándose en la consolidación ya conseguida en
La linterna
y ampliándola a
El tirachinas
. Cualquiera podría pensar que despreciamos el aviso del refrán: «Casa con dos amos, mala es de guardar».
Pero creo que más bien incurrimos en el error de olvidar otro no menos sabio: «El ojo del amo engorda el caballo». Y allí no había amo.
Aunque la idea fue de Luis y el primero en acogerla con entusiasmo fue Abellán, el que debía mantener el hilo de continuidad con lo que venía después, que era
La linterna
, tenía que ser yo. Pero aunque disciplinado hasta el sacrificio (cosa que mejoró mis relaciones con Luis), yo nunca me sentí ni director, porque no lo era, ni tampoco codirector, porque Abellán dejó de considerarse así muy pronto. Cuando vio, antes que yo, que aquello no funcionaba, empezó a desaparecer del directo por arte de birlibirloque. Y como yo soy un inútil en ese arte, tan necesario en los medios cuando las cosas se tuercen, me encontré a los pocos meses al frente de un programa en el que no estaba al frente, en el que ni creía yo ni creía la casa. Y que, encima, arruinaba mi precario equilibrio político-neuronal.
Para colmo, aquélla había sido la única novedad en la «Temporada Murphy» de la COPE, cuya presentación, frente al «DreamTeam» de Onda Cero Jota, fue bastante patética. Presumimos de independencia, porque la teníamos, pero de poco más. Facilitó un poco las cosas que Pedro le pidiera dos tertulianos al PSOE, éste designara a Julia Navarro y María Antonia Iglesias, el Gobierno los vetara y Pedro Jota aceptara el veto.