Paz, al final un momento de paz. «Doctor Fielding» era un nombre tan bueno como cualquier otro para un hombre que ya no sabía quién era. Le habían puesto el nombre de Quincey Morris, un hombre valiente que había muerto combatiendo el mal por el bien de la humanidad. Quincey Harker sentía que ya no merecía llevar ese nombre. Recordó que había salido huyendo de lo que le habían parecido horas en la abadía de Carfax. Recordaba el momento en que había sentido que su madre estaba muerta, completamente muerta.
Solo, había vagado sin rumbo durante días, sin ninguna idea de adónde ir. Fue por un milagro o por pura suerte que se topó con el caballo que había robado en Whitby después de tomar un tren desde Londres. Había mostrado compasión con el animal cuando se había desplomado. No sabía cómo el caballo lo había encontrado. Días antes, Quincey había estado tan concentrado en su viaje que no había reparado en la mochila que había en la silla del caballo. Ahora, Dios le había mostrado un camino.
Al abrir la mochila se había encontrado con que la cartera del doctor contenía trescientos dólares americanos y un pasaje de primera clase a Nueva York. El primer instinto de Quincey había sido buscar al buen doctor y devolverle su propiedad, así como su montura. Le habría gustado ser un hombre de alta catadura moral, aunque fuera el hijo de Drácula. A pesar de ello, Quincey había descubierto que, al fin y al cabo, era un cobarde.
Pero ahora, en la cubierta del poderoso barco, no podía evitar sentir que su gran aventura estaba a punto de empezar.
Después de ayudar a un centenar de nuevos pasajeros de tercera clase a subir a bordo del transatlántico, Coffey emprendió su última tarea de la mañana. Como le habían ordenado, descargaría la mercancía del transbordador en el casco del transatlántico. Luego, una vez que el gran buque zarpara, Coffey soltaría el
P. S. America
y volvería a Queenstown. Se dirigiría directamente a la iglesia para hacer su confesión, y luego desaparecería para empezar su nueva vida.
Coffey ató una cuerda a las dos cajas que faltaba por cargar en el transatlántico. Tiró de las cuerdas y con la ayuda de sus compañeros subieron la primera caja por la plataforma, la pasaron por las puertas de carga del casco y la bajaron a la bodega. En los laterales de las dos cajas, en letras troqueladas se leía: «Propiedad de Vladimir Basarab. Queenstown, Irlanda. A Nueva York, Estados Unidos de América».
La tripulación cerró las puertas de la bodega de carga. El momento de libertad de Coffey había llegado. Se alejó de sus compañeros marinos y se escabulló en la cubierta inferior del
P. S. America
. Allí encontró un saco de lona y se escondió debajo. Se palpó el dinero del bolsillo, aliviado de que siguiera allí. Coffey levantó el borde del saco de lona para poder espiar a través del ojo de buey. Observó a sus compañeros de tripulación que entraban en el poderoso barco; y enseguida el
P. S. America
se alejó del transatlántico y puso rumbo de nuevo a Queenstown. Coffey casi estaba en casa.
Cuando el
P. S. America
volvió a amarrar en el muelle número 13, Coffey echó una última mirada al nombre pintado en la popa del transatlántico que empezaba a perderse de vista, luego volvió a taparse la cabeza con la lona y decidió que esperaría hasta que oscureciera para escapar. Por alguna razón estaba sobrecogido por una sensación de terror. Algo le decía que el futuro del vagabundo y del resto de las almas que iban a bordo del transatlántico estaba en peligro. Rezó para que ese gran transatlántico, el
Titanic
, fuera tan imposible de hundir como creían los expertos.
Las siguientes páginas están sacadas de la colección de notas manuscritas de Bram Stoker para
Drácula
. Dacre Stoker e Ian Holt consultaron estas notas durante su investigación para su libro
Drácula, el no muerto
. En la página 31b, por ejemplo, se encuentra la inspiración del título de este libro. La página 1 muestra el primer borrador de la lista de personajes de Bram. Muchos de los personajes no aparecieron en
Drácula
, pero aparecen en
Drácula, el no muerto
, el más importante de ellos el detective Cotford. La página 38a muestra ideas de Bram para las características del vampiro.
A
braham (Bram) Stoker nació en Clontarf, cerca de Dublín (Irlanda), el 8 de noviembre de 1847. Su padre, John Abraham Stoker era empleado de la Administración civil británica en Irlanda. Su madre, Charlotte Thornley, de Sligo, en la costa occidental de la isla, era una activa reformista social. Los Stoker eran protestantes que asistían a la Iglesia de Irlanda. Bram era el tercero de siete hijos: tenía cuatro hermanos (William Thornley, Thomas, Richard y George) y dos hermanas (Margaret y Matilda).
Bram fue un niño enfermizo, pero nunca se encontró explicación a su misteriosa dolencia. Durante sus primeros años, su madre ocupó muchas horas contándole historias y leyendas de su Sligo natal, incluidos cuentos sobrenaturales y relatos de enfermedad y muerte. Fuera cual fuese la naturaleza de su mal, cuando entró en el Trinity College de Dublín en 1864, Bram Stoker era un joven fuerte que destacaba en los deportes, sobre todo en fútbol, atletismo y halterofilia. También recibió premios de debate y oratoria, y fue presidente de la Sociedad Filosófica.
Después de licenciarse, siguió los pasos de su padre y aceptó un puesto en el servicio civil irlandés. Durante estos años, escribió críticas teatrales para un periódico local. Una de éstas, una crítica de
Hamlet
, le llevó a conocer a Henry Irving, que después sería reconocido como el más grande de los intérpretes de la obra de Shakespeare de la época victoriana. Los dos se hicieron amigos. En 1878, poco después de contraer matrimonio con la belleza dublinesa Florence Balcombe (que también había sido cortejada por Oscar Wilde), Stoker aceptó una oferta de empleo como director gerente del nuevo Lyceum Theatre de Irving en Londres, un puesto que mantuvo hasta el fallecimiento de Irving en 1905. Gran parte de sus obras, incluida
Drácula
, las escribió durante el tiempo libre que le dejaba su excepcionalmente apretada agenda. Una de sus principales responsabilidades era la de organizar las temporadas provinciales de la compañía, así como las giras por el extranjero, mantener la contabilidad y actuar como secretario de Irving. Su trabajo fue vital en las ocho giras norteamericanas del Lyceum, durante las cuales trabó amistad con Walt Whitman (cuya poesía admiraba desde hacía muchos años) y Mark Twain. Trabajar en el Lyceum con el eminente Henry Irving (a quien la reina Victoria nombró caballero en 1895) puso a Stoker en contacto con muchas de las figuras destacadas de su época. Entre sus amigos y conocidos se contaban Alfred lord Tennyson, sir Richard Burton y William Gladstone. Pero más significativa fue la influencia del propio Irving; en
Personal Reminiscences of Henry Irving
(1906), Stoker escribiría un extenso tributo a ese hombre, por quien sentía gran afecto y lealtad.
Aunque es más conocido por
Drácula
, Bram Stoker fue autor de varias novelas y colecciones de relatos. Murió el 20 de abril de 1912 (sólo cinco días después de que se hundiera el crucero de lujo
Titanic
), tras sufrir la enfermedad de Bright y dos ataques. Sus restos incinerados se hallan en Golders Green, en Londres. Un obituario en
The Times
(Londres) observó que Stoker sería recordado principalmente por su relación con Henry Irving. Eso, como sabemos, no es así.
Drácula
se publicó en Londres en 1897. Sabemos por sus notas
[1]
que trabajó intermitentemente en el libro durante seis años, incluso en vacaciones y mientras estaba de gira por Norteamérica con el Lyceum Theatre. El título original de la novela era
The Un-Dead
(
El no muerto
). El 18 de mayo, sólo unos días antes de su publicación, se realizó una lectura dramatizada en el Lyceum para salvaguardar el
copyright
teatral. Titulada
Dracula, or the Un-Dead
, la lectura fue realizada por un pequeño grupo de empleados del teatro y gente anónima. Duró unas cuatro horas y comprendía grandes segmentos de la novela aparentemente redactados con prisas por Stoker. La decisión de usar
Drácula
como título se tomó a última hora.
Si Bram Stoker pretendió en algún momento escribir una secuela de
Drácula
es pura conjetura. Ha persistido el rumor de que había «planeado llevar a Drácula a América en una historia diferente».
[2]
No se han descubierto pruebas que lo sustenten. El final de la novela, no obstante, es suficientemente indeterminado para apoyar la tesis de una continuación en la cual el conde reapareciera.
El método de la destrucción de Drácula varía respecto a los procedimientos prescritos subrayados antes en el texto: una estaca clavada en el corazón seguido de decapitación. El vampiro es eliminado con dos cuchillos: un
kukri
y un puñal. Además, no está claro si el cuchillo de Harker (el
kukri
) corta realmente la cabeza de Drácula. La afirmación de Mina de que el cuerpo del vampiro «se convirtió en polvo» añade más ambigüedad. ¿Indica esto claramente su destrucción final, o el hecho de convertirse en polvo es otra manifestación de los poderes para cambiar de forma del conde? Otro factor que deja la puerta abierta es que Stoker (o su editor) cambió el final originalmente planeado, que era que el castillo de Drácula desapareciera completamente en una enorme explosión natural. ¿El cambio se hizo para que el final fuera más ambiguo? No lo sabemos. Por supuesto, dado que el texto de
Drácula
está repleto de inconsistencias, éstas podrían ser el resultado de dejadez, o de las prisas de Stoker por acabar su libro. Sea cual fuere la explicación, la novela de Stoker ha generado un buen número de precuelas y secuelas, un testimonio más de su permanente atractivo y poder.
Drácula, el no muerto
es la secuela de las múltiples facetas de una novela con múltiples capas. Dacre Stoker e Ian Holt siguen las vidas y las fortunas de los personajes supervivientes: el doctor Jack Seward, Arthur Holmwood (lord Godalming), Abraham van Helsing, Jonathan Harker y Mina Harker. Todos han sufrido daños irreparables en sus vidas, tanto personales como profesionales, como resultado de sus pasados encuentros con Drácula. Seward ha sucumbido por completo a su adicción a la morfina. Arthur ha buscado alivio sin éxito en otro matrimonio, intentando superar el dolor que le causó la pérdida de Lucy, por eso se ha distanciado de sus antiguos amigos. Van Helsing, ahora un anciano, sigue obsesionado con encontrar al monstruo. El matrimonio de Jonathan y Mina ha quedado irreparablemente dañado por sus respectivos recuerdos de Drácula.
A través de las vidas presentes de estos personajes, revivimos algunos de los sucesos clave de sus anteriores experiencias narradas en la novela de Stoker: la muerte de Lucy, la locura de Renfield, el «bautismo de sangre» de Mina, la persecución a Transilvania y la confrontación final con Drácula. El elemento unificador lo proporciona Quincey Harker, el hijo de Jonathan y Mina, cuyo «conjunto de nombres recuerda a toda nuestra pequeña banda de héroes». Mencionado brevemente en la nota de Jonathan Harker al final de la novela, Quincey es el primer miembro de la siguiente generación.