Read El camino de Steve Jobs Online
Authors: Jay Elliot
Uno de sus asociados cercanos y admirador comenta: «Una de las cosas maravillosas de Apple y Steve es que hasta que no esté la tecnología lista, no libera un producto. Y ésa es una de las cosas que realmente se le tiene que admirar».
Pero cuando llegó el tiempo, para todos los involucrados fue claro que esto no sería cualquier otro ordenador tableta. Iba a tener todas las funciones del iPhone, y todavía más. Como siempre Apple estaba creando una nueva categoría: un centro de entretenimiento en dispositivo manual junto con la App Store.
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Pero en serio ¿qué le veía al iPad? Cuando llegó el momento de sentarse con el equipo de concepto de Chiat/Day para presentar el producto al mercado, dijo que sabía que iba ser otro producto por el que la gente iba a enloquecerse —otro «lo tengo que tener»— pero no sabía cómo contar su historia.
Otra persona cercana a él dice: «Nunca pensamos que el iPad o el iPod fueran un éxito seguro. No teníamos ni idea de que fueran a ser tan exitosos. Solamente pensamos que eran muy
cool
y todos sabíamos que nosotros queríamos uno». También añadió que nadie sabe cómo pueden evolucionar estos productos. «En diez años todos estarán utilizando dispositivos manuales. Podría ser que ya ni siquiera usemos ordenadores».
Cuando otros se congregan de tal manera que te ayudan a ganar dinero
Cuando una empresa que construye aviones, autos, o tractores es exitosa, existen decenas de empresas suministradoras que se ven beneficiadas por el éxito de su cliente. Lo mismo es cierto para prácticamente todo producto —casi nada se produce sin partes o ingredientes hechos por otros.
Para hacer los mejores productos de calidad y convertirte en líder en tu mercado, se necesita seducir a los mejores proveedores para que trabajen contigo. Eso fue lo que Steve logró con los desarrolladores de las aplicaciones del iPhone, pero magnificado a 100.000. Claro, probablemente el 80 o 90 por ciento de las
apps
del iPhone son de interés limitado, y lo más probable es que pasen desapercibidos. Sin embargo fluyen: al escribir esto un promedio de 300 nuevas
apps
siguen inundado la web y la tienda Apple al día, con 200.000 para escoger. Increíblemente, como probablemente saben, la mayoría de las
apps
vienen de empresas emprendedoras muy pequeñas o de individuos que jamás imaginaron tener un producto en el mercado. En el transcurso de tres años iPhone se convirtió en una industria de 3.000 millones de dólares. ¡Increíble! Y, por supuesto, las
apps
para iPhone también vienen de desarrolladores que utilizan Windows.
Puede ser que sepas, que crear una
app
para el iPhone no requiere un máster en sistemas. En los días de Microsoft las
apps
eran creadas solamente por las empresas de desarrollo, bajo licencia de la gente de Bill Gates en Redmond. Sin embargo Apple creó programas de apoyo que hicieron el procesador tan sencillo que los que no se sienten intimidados por los ordenadores pueden crear una
app
de iPhone.
Yo me involucré en todo esto casi por accidente. Un amigo que sufrió una embolia se inscribió a un servicio de botón de emergencia, muy caro y, claro solamente lo podía usar en su casa y, aun así, sólo servía si durante la emergencia, podía llegar al dispositivo y apretar el botón. Esto me hizo pensar en una
app
para el iPhone que sirviera en casos de emergencia, un dispositivo que siempre pueda estar contigo.
Por ese tiempo un estudiante de la universidad que asistió a una de mis conferencias sobre negocios se acercó con la idea. Quería que viera una
app
que había escrito para crear un botón de emergencia para el iPhone. Unimos nuestras fuerzas.
Nuestra
app
para iPhone, vSOS, ahora puede ser programada para que cuando sea activado por tu iPhone, pueda enviar una llamada de auxilio a un 911, a un centro de llamadas, a tu doctor, a miembros de tu familia o cualquier combinación de éstos. Con el GPS puede notificar a todos tu ubicación exacta. El vSOS también puede ser programado para transmitir fotos o videos de la situación, algo de mucho valor en caso de un accidente automovilístico, un incendio en tu casa o apartamento, etcétera. Para las personas de tercera edad o enfermos que no pueden pagar los treinta o cuarenta dólares mensuales por el servicio de un botón de emergencia, la cuota pequeña les brinda un sentido de seguridad renovado.
Hoy en día hasta niños y jóvenes de veintitantos trabajan desarrollando
apps
.
Otro escalón a la fama
Desde mi infancia existía la idea de que cuando alguien era citado en Bartlett’s o cuya nueva palabra ingresaba al diccionario Merriam-Webster, como «catch-22», había logrado un estatus legendario.
Steve lo logró y ni siquiera se dio cuenta. Fue durante la época en la que el iPhone estaba a punto de ser lanzado y las
apps
de los desarrolladores llegaban por montones. Durante sus conversaciones con el equipo continuamente decía: «Hay una
app
para eso». De repente todo el equipo utilizaba la frase y después fue utilizada en un anuncio de Apple. Posteriormente en
El Libro de citas de Yale
fue nombrada como una de las frases más notables del 2009.
Mientras tanto el iPhone se había convertido en un icono de un día para otro. Varias otras empresas empezaron a producir anuncios que mostraban a alguien usando un iPhone como sugiriendo: «¡Mira somos muy
cool!».
Y en el proceso tanta publicidad gratuita generó más ventas.
Las ganancias de Apple para el año fiscal de 2010 asombraron hasta a los observadores de Wall Street. Las ventas netas incrementaron en un sorprendente 50 por ciento, mientras las ventas de iPhone e iPad se disparaban, encabezado por un aumento del 160 por ciento en las ventas de la zona Asia Pacífico.
La popularidad del iPhone en China ha generado un mercado ilegal que empieza todas las mañanas en Manhattan, con una cola formada fuera de la tienda Apple que a veces ocupa una manzana, una cola silenciosa, de chinos nerviosos esperando que abran las puertas para comprar un iPhone a precio de venta al por menor. No necesitan que se activen los teléfonos porque no los piensan usar, sino que los venden de inmediato a un intermediario que los embala y los envía a China, lugar en donde se considera un prestigio tan grande que cada uno se vende por aproximadamente 1.000. El iPhone es el producto más
cool
creado por el hombre.
Pocas personas escriben acerca de Steve como un modelo de excelencia moral y portador de valores, por lo que estuve agradecido e intrigado cuando el noticiero CBS hizo un reportaje acerca de un correo electrónico entre Steve y el escritor y editor, Ryan Tate. Tate le mandó a Steve un mensaje que en un fragmento decía: «Si Dylan tuviera 20 años hoy, ¿cómo se sentiría? ¿Pensaría que el iPad tiene que ver mínimamente con la “revolución”? Las revoluciones son libertad».
Siempre me ha sorprendido que Steve, tan ocupado como está, encuentre tiempo para contestar correos electrónicos de gente desconocida. Le disparó una respuesta: «Sí, la libertad de programas que te roban tus datos personales. Libertad de programas que estropean tu pila. Libertad de pornografía. Sí libertad. Los tiempos están cambiando, y algunos usuarios del PC tradicional sienten que su mundo se les va. Y así es».
El intercambio continuó hasta que aparentemente Steve decidió que era suficiente. Llamó a Tate malinformado y le escribió: «Microsoft tuvo (tiene) todo el derecho de hacer cumplir las reglas que quieran para su plataforma. Si a la gente no le gusta, pueden elaborar o comprar otra plataforma, algunos ya lo han hecho. Nosotros hacemos lo que se puede, para intentar preservar la experiencia del usuario que visualizamos. Puede ser que no estés de acuerdo, pero nuestros motivos son puros».
El contenido es el rey
Se dice que algunas personas se reinventan continuamente. Por mucho tiempo he visto a Steve Jobs como uno de los que se autoreinventa, pero en otro sentido. No es tanto que Steve haya cambiado a través de los años sino que su visión ha cambiado.
El Macintosh como ordenador para todos, fue la primera generación de Steve. Todo lo anterior al iPhone y al iPad representaba a Steve como creador de los productos que captaban su imaginación. Hoy en día la visión de Steve se ha actualizado para enfocarse en el contenido. La competencia ve al iPad como una tableta. Todos están fabricando una tableta, pero no captan la idea.
Para los gurús de la industria y para toda la competencia, puede ser que el iPad parezca una tableta. Sin embargo de acuerdo con la visión de Steve, es un dispositivo mediático. El iPad es una plataforma de entrega... un dispositivo de entrega de contenido para el usuario. También es una extensión del iPhone, una plataforma para aplicaciones, con la diferencia de que la mayoría de las
apps
del iPad se enfocarán a mejorar la forma en que conseguimos y usamos el contenido.
Google gana dinero de la propaganda, y de ofrecer aplicaciones para los móviles, pero se ve como un vehículo que permite que otros entreguen contenido. En cambio Steve descubrió de su experiencia en Pixar y Disney que el contenido reina el mundo. Dondequiera que uno se vuelve a ver a la gente están escuchando música en sus iPods o viendo películas en sus iPads... y además le pagan a Apple por dicho privilegio.
Steve tiene la visión de un mundo en el cual el contenido es el rey. Apple del futuro se convertirá cada vez más en una empresa que pondrá en nuestras manos los dispositivos manuales que entreguen el contenido. Como siempre Steve Jobs ha visto hacia el futuro y lo ha hecho suyo.
¿Recuerdas cuando se dice que si buscas alguna información en un diccionario, encontrarás una foto de tal y tal? Si los diccionarios realmente incluyeran fotos, no tengo ni la menor duda que la definición de
cool
estaría ilustrada por una foto de Steve Jobs. Una y otra vez ha creado productos que cambian a una sociedad, a millones de personas —no solamente en los Estados Unidos sino alrededor del mundo, y no sólo generaciones jóvenes sino de todas las edades— quienes han reconocido que pueden empaparse en una aura muy
cool
, si son vistos con un iMac, un iPod, un iPhone y, ahora un iPad.
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Pero a fin de cuentas Steve no tiene la patente de lo que es
cool
. Existe una posibilidad para las demás empresas, así como para otros gerentes de producto y diseñadores, para crear productos
new-age
. Aquellos que el público anhele tener por ser bonitos, intuitivos, funcionales, placenteros, y por ser la mancuerna perfecta con las necesidades del cliente. ¿Qué producto tienes o en cuál piensas que pueda ser tan exitoso que hasta a Steve Jobs le llamaría la atención?
SER STEVEANO
¿Realmente se pueden seguir los pasos de Steve Jobs y practicar lo explicado en estas páginas para enriquecer la forma de realizar negocios y mejorar para siempre los productos que creas?
Mi respuesta es sí, y la prueba está en que yo mismo lo he hecho en varias ocasiones.
En 1987 recibí una invitación de
Fortune 100
para ir a una conferencia en Williamsburg y dar un discurso sobre el espíritu empresarial del empleado. Unos cien participantes estuvieron presentes y me sentía bastante intimidado porque mi discurso seguía al de Ted Kennedy. Además muchas de las luminarias de la industria se encontraban en el público.
Los ejecutivos encuentran muy fácil decir: «Bueno, eso funcionará muy bien en Apple, pero jamás funcionaría en mi empresa». Aun así, como a la semana, el vicepresidente de recursos humanos de GE se puso en contacto conmigo. La empresa estaba desarrollando un programa para promover un aporte mayor de sus empleados y quería saber si me interesaba.
Fui a Nueva York para reunirme con el equipo que estaba armando el nuevo programa. Jack Welch llegó para dirigir al grupo. Welch era un empresario con mucha determinación; le precedía una reputación de tener una actitud dura y no escuchar. Yo no lo veía así. Él más bien quería crear en GE un ambiente donde los empleados se pudieran sentir parte del negocio y participaran en la resolución de los problemas. El enfoque del programa era tomar las ideas buenas que sus empleados tuvieran, y mejorar así las operaciones de la empresa. La aplicación sería algo más innovador que un buzón de sugerencias. En otras palabras el programa brindaba a los empleados de GE algo así como la experiencia de ser los Piratas desde el inicio.
Trabajamos con una empresa de consultoría de Boston y, para lograr las metas, creamos un programa llamado Work Out. Lo probamos en una planta de GE en Buffalo, que tenía la reputación de tener una de las operaciones más burocráticas de la empresa.
Work Out resultó ser un éxito rotundo. El mismo Jack dijo: «La intención de Work Out es ayudar a la gente para que deje de lidiar con los límites y todo lo absurdo que se da dentro de las grandes organizaciones. Todos conocemos lo ilógico que se vuelve: demasiadas aprobaciones, duplicados, pomposidad y desperdicio». También añadió: «El programa dio la vuelta a la empresa de cabeza. Ahora los empleados le dicen a sus jefes qué hacer. Esto cambió para siempre la forma en que la gente se comporta dentro de la empresa».
Para mí la experiencia fue una prueba más de que los principios de
Liderazgo
se pueden poner en práctica a todo nivel y pueden marcar una diferencia profunda y duradera.
La experiencia con el programa GE me dio de nuevo la seguridad de que aquello que había aprendido con Steve iba ser de gran valor en mi vida. Poco a poco me sentí fascinado por la idea de crear una empresa con un ambiente parecido al de Apple, construida alrededor de la noción de un gran producto. Aprendí de Steve que es necesario buscar continuamente ideas que resuelvan tus problemas y enriquezcan la productividad del usuario. Además debes tener una visión que te diga si el producto que has considerado ayudará a hacer un mundo mejor.
En un momento dado estuve trabajando con el Centro Médico de UCLA, en un proyecto de archivos médicos electrónicos y reconocimiento de voz; el proyecto me obligaba a volar a Los Angeles una semana sí, y otra no. Un día llegué a mi hotel y me percaté de que había olvidado mi
laptop
en el avión; me fastidiaba tener que cargarlo en todos lados.