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Authors: Bernard Werber

Tags: #Ciencia, Fantasía, Intriga

El día de las hormigas (9 page)

BOOK: El día de las hormigas
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Zapeó de nuevo.

Tenía 1.825 cadenas a su disposición, pero únicamente la 622 le apasionaba todas las noches a las ocho en punto con su programa estrella:
Trampa para pensar.

Sintonía. Trompetas. Aparición del presentador. Aplausos.

El hombre está radiante.

—Qué suerte encontrarles a todos ustedes, en sus casas, fieles a nuestra cadena 622. Bienvenidos a la 104 emisión de
Trampa para…

—…
pensar
—contesta a coro el público.

Marie-Charlotte
se acurrucó contra sus rodillas y reclamó unas caricias. Le dio un poco de paté de atún. A
Marie-Charlotte
le gustaba aún más el paté de atún que las caricias.

—Por si hay alguien que ve nuestro programa por primera vez, les recordaré las reglas.

Abucheos en la sala dedicados a tales novatos.

—Gracias. El principio del programa es simple. Nosotros proponemos enigma. Y es el candidato o la candidata quienes tienen que encontrar la solución. Esto es
Trampa para…


… pensar
—vitorea el público.

Siempre radiante, el presentador continúa.

—Por cada respuesta acertada, un cheque de diez mil francos más un comodín que autoriza un fallo y permite ganar los diez mil francos siguientes. Desde hace ya varios meses, la señora, eh, Juliette… Ramírez es nuestra campeona. Esperemos que no tropiece hoy. Señora… Ramírez, vamos a presentarla otra vez. ¿Cuál es su profesión?

—Funcionaria de Correos.

—¿Está usted casada?

—Sí, y seguramente mi marido estará viéndome desde casa.

—Entonces, buenas noches, señor Ramírez. ¿Tienen ustedes hijos?

—No.

—¿Cuáles son sus aficiones?

—Oh… los crucigramas… la cocina…

Aplausos.

—Más fuerte, más fuerte todavía —ordena el presentador—. La señora Ramírez lo merece.

Aplausos más nutridos.

—Y, ahora, señora Ramírez, ¿cree estar preparada para resolver un nuevo enigma?

—Estoy preparada.

—Bueno, abro el sobre que contiene nuestro enigma del día y se lo leo.

Redoble de tambores.

—El enigma dice así: ¿cuál es la línea siguiente en relación a esta serie?

En un encerado blanco escribe con rotulador unas cifras.

1

11

21

1211

111221

312211

Primer plano de la candidata que pone una expresión dubitativa.

—Vaya… ¡No es nada fácil!

—Tómese su tiempo, señora Ramírez. Tiene hasta mañana. Pero, para ayudarla, ésta es la frase clave que la llevará por el buen camino. Atención, escuche bien: «Cuanto más inteligente es uno… menos oportunidades tiene de encontrarlo.»

La sala aplaude sin comprender.

El presentador saluda:

—Señoras y señores, amigos telespectadores, cojan también ustedes lápiz y papel. ¡Y hasta mañana, si les parece bien!

Jacques Méliés zapeó hasta encontrar los informativos regionales. Una mujer demasiado maquillada, de peinado impecable, recitaba con indiferencia el texto que desfilaba ante sus ojos: «Tras el brillante éxito del comisario Jacques Méliés en el caso Salta, el prefecto Dupeyron ha propuesto ascender al eminente policía al rango de oficial de la Legión de Honor. Sabemos de buena fuente que la Cancillería estudia con agrado esta candidatura.»

Desalentado, Jacques Méliés apagó el televisor. ¿Qué hacer ahora? ¿Seguir jugando a la estrella y enterrar el caso, o bien obstinarse, tratar de encontrar la verdad aunque sea peor para su reputación de sabueso infalible?

En el fondo sabía de sobra que no tenía elección. El señuelo del crimen perfecto era demasiado poderoso. Cogió el teléfono.

—Oiga… ¿Es la Morgue? Póngame con el médico… (Una irritante musiquilla.) Oiga, doctor, necesito una autopsia minuciosa de los cuerpos de los hermanos Salta… Sí, me urge mucho.

Colgó y marcó otro número:

—¿Émile? ¿Puedes buscarme el informe sobre la periodista de
El Eco del domingo?
Sí, Laetitia no sé qué. Bien, reúnete conmigo en la Morgue dentro de una hora. Además, Émile, permíteme una pequeña pregunta: ¿qué es lo que te da más miedo en la vida…? ¡Vaya! ¿Conque es eso? ¡Qué divertido! Nunca hubiera creído que eso pudiera asustar a alguien… Bueno, venga, corre a la Morgue…

21. Enciclopedia

TRAMPA INDIA:
Los indios de Canadá utilizan una trampa para osos de lo más rudimentaria. Consiste en una gruesa piedra untada de miel, colgada de la rama de un árbol mediante una cuerda. Cuando un oso ve lo que cree ser una golosina, se adelanta e intenta agarrar la piedra dándole golpes con la pata. De este modo crea un movimiento de vaivén y, cada vez, la piedra vuelve a golpearle. El oso se pone nervioso y golpea cada vez con más fuerza. Y cuanto más fuerte golpea, más fuerte le golpea la piedra. Hasta su
KO
final.

El oso es incapaz de pensar: «¿Y si yo detuviera este ciclo de violencia?» Lo único que siente es frustración. «Me dan golpes, yo los devuelvo», se dice. De ahí su rabia exponencial. Sin embargo, si dejara de golpear, la piedra se inmovilizaría y tal vez se diese cuenta entonces, una vez restablecida la calma, de que sólo se trata de un objeto inerte unido a una cuerda. Le bastaría cortarla con sus colmillos para que la piedra cayese y así podría chupar la miel.

Edmond Wells

Enciclopedia del saber relativo y absoluto,
tomo II

22. Misión en la sala de las cisternas

Aquí, en el piso 40 del subsuelo, hay mucho movimiento. El mes de agosto está en todo su esplendor y el calor pone nerviosos a todos, incluso durante la noche, incluso a esa profundidad.

Unas guerreras belokanianas excitadas mordisquean sin razón a las que pasan. Unas obreras corren entre las salas de huevos y las salas de almacenamiento del melazo. El hormiguero Bel-o-kan tiene calor.

La muchedumbre de las ciudadanas fluye como una tibia linfa.

El grupo de las treinta rebeldes sale discretamente a la sala de las hormigas cisterna. Contemplan con admiración sus
«sumos».
Las hormigas cisterna forman una especie de frutas obesas y doradas, adornadas con bandas opacas rojas. Esas frutas son de hecho las quitinas estiradas en el extremo de individuos colgados del techo, con la cabeza hacia arriba y el abdomen hacia abajo.

Las obreras se afanan tanto para extraer el sustancial néctar como para llenar los buches vacíos.

La reina Chli-pu-ni viene a veces en persona a atiborrarse en las cisternas. Su presencia deja indiferentes a esos insectos fenómenos que, a fuerza de inmovilidad, han adquirido una filosofía de la inercia. Hay quien pretende que sus cerebros se han achicado. La función crea el órgano, pero la ausencia de función destruye el órgano. Como las hormigas cisterna no tienen otra ocupación que llenarse o vaciarse, se han transformado poco a poco en máquinas binarias.

Fuera de esa sala, no saben percibir ni comprender nada. Han nacido en la sub-casta de las cisternas y cisternas morirán.

Sin embargo, mientras aún están vivas, se las puede colgar. Para hacerlo basta emitir una feromona que significa «migración». Las hormigas cisterna son desde luego depósitos, pero depósitos móviles, programados para aceptar ser transportados durante una migración.

Las rebeldes descubren algunas hormigas cisterna de buen tamaño. Se acercan con sus antenas y pronuncian la fórmula «migración». El enorme insecto se mueve entonces lentamente, despega una tras otra sus patas del techo y desciende. Otras patas lo cogen al punto para evitar que se aplaste contra el suelo.

¿A dónde vamos?,
pregunta una de ellas.

Hacia el Sur.

Las hormigas cisterna no discuten y se dejan llevar por las rebeldes. Se necesitan seis para transportar una de aquellas calabazas, de lo pesadas que son. ¡Y pensar que tantos esfuerzos sólo aprovecharán a los Dedos!

¿Lo agradecen al menos?,
pregunta 103.683.

¡Se quejan de que nunca les llevamos suficientes!,
responde una rebelde.

¡Qué ingratos!

El comando gana con prudencia los pisos inferiores y llega por fin a la falla minúscula que atraviesa el suelo de granito. Al otro lado se encuentra la sala en que el doctor Livingstone les hablará.

103.683 tiembla. ¿Será tan fácil como parece dialogar con los terribles Dedos?

La discusión no se producirá de forma inmediata. De pronto, las rebeldes son perseguidas por unas guardianas que efectuaban una patrulla de rutina por el suburbio. Y abandonan apresuradamente sus cisternas para poder huir mejor.

¡Son rebeldes!

Una soldado ha reconocido el perfume distintivo que ellas creían imposible de descubrir. Las feromonas de alerta estallan y empieza la carrera-persecución.

Las guerreras federales son rápidas mas, pese a ello, no consiguen atrapar a las rebeldes. Entonces levantan barreras, cortan ciertas vías como si quisieran reunirlas a todas en alguna parte.

Los soldados fuerzan al comando a subir los pisos a un ritmo desenfrenado. Niveles –40, –30, –16, –14. Resulta evidente que están empujando a sus presas hacia un lugar determinado. 103.683 adivina la trampa sin descubrir cuál pueda ser la escapatoria. Delante de ella no hay más que una salida. Si las federales la han dejado libre, sus razones tendrán. Pero ¿qué otra cosa puede hacer sino escapar?

Las rebeldes desembocan en una sala llena de chinches apestosas y de horrores. ¡Sus antenas se yerguen ante el pavoroso espectáculo!

Con la espalda acribillada de pequeñas vaginas dorsales, las apestosas chinches hembras corren en todas direcciones mientras las persiguen los machos blandiendo su puntiagudo sexo de extremo perforador. Más allá, unos machos homosexuales se encajan unos en otros, en largos racimos verdes. Los hay por todas partes, todo hormiguea, todo pulula. Los sexos perforadores de los chinches están erguidos, prestos a atravesar las quitinas.

Aún no han comprendido las rebeldes lo que pasa cuando ya están cubiertas por aquellos malditos insectos que las asaltan. Una hormiga se derrumba, aplastada por un espeso colchón de chinches femeninas en celo. Ninguna tiene tiempo de liberar su abdomen para defenderse disparando el ácido. Los sexos perforadores de los machos traspasan sus caparazones.

103.683 se debate enloquecida.

23. Enciclopedia

CHINCHE:
De todas las formas de sexualidad animal, la de los chinches de las camas
(Cimex lectularius)
es la más asombrosa. Ninguna imaginación humana alcanza semejante perversión.

Primera particularidad:
el priapismo. La chinche de las camas no para un instante de copular. Algunos individuos tienen más de doscientas relaciones al día.

Segunda particularidad:
la homosexualidad y la bestialidad. A las chinches de las camas les cuesta distinguir a sus congéneres, y, entre estos congéneres, tienen más dificultad para reconocer a los machos de las hembras. El 50% de sus relaciones son homosexuales, el 20% se producen con animales extraños, por último, el 30% se efectúan con hembras.

Tercera particularidad:
el pene perforador. Los chinches de las camas están equipados con un largo sexo de cuerno puntiagudo. Por medio de esa herramienta semejante a una jeringa, los machos perforan los caparazones e inyectan su semilla en cualquier parte, en la cabeza, el vientre, las patas, la espalda e incluso el corazón de su dama. La operación no afecta apenas a la salud de las hembras, pero, en tales condiciones, ¿cómo quedarse encinta? De ahí, la…

Cuarta particularidad:
la virgen encinta. Desde el exterior, su vagina parece intacta y, sin embargo, ha recibido un golpe de pene en la espalda. ¿Cómo sobrevivirían entonces en la sangre los espermatozoides masculinos? De hecho, la mayoría serán destruidos por el sistema inmunitario, como vulgares microbios extraños. Para multiplicar las posibilidades de que un centenar de esos gametos masculinos lleguen a su destino, la cantidad de esperma que sueltan es fenomenal. A título de comparación, si los chinches machos estuvieran dotados de una estatura humana, soltarían treinta litros de esperma en cada eyaculación. De esa multitud, sólo un número pequeñísimo sobrevivirá. Escondidos en los rincones de las arterias, emboscados en las venas, esperarán su hora. La hembra pasa el invierno invadida por esos inquilinos clandestinos. En primavera, guiados por el instinto, todos los espermatozoides de la cabeza, de las patas y del vientre se reúnen alrededor de los ovarios, los traspasan y se meten en ellos. La continuación del ciclo prosigue sin más problemas.

Quinta particularidad:
las hembras de sexos múltiples. A fuerza de ser perforadas en cualquier parte por machos poco delicados, las chinches hembras se encuentran cubiertas de cicatrices que forman rajas oscuras rodeadas de una zona clara. ¡Igual que blancos! De este modo se puede saber con toda precisión cuántos acoplamientos han conocido las hembras. La Naturaleza ha alentado esas bribonadas engendrando extrañas adaptaciones. Generación tras generación, las mutaciones han desembocado en lo increíble. Las chinches crías han empezado a nacer provistas de manchas pardas, aureoladas de blanco, en la espalda. A cada mancha le corresponde un receptáculo, «sexo sucursal» directamente unido al sexo principal. Esta particularidad existe actualmente en todos los escalones de su desarrollo: ninguna cicatriz, varias cicatrices receptáculo en el nacimiento, verdaderas vaginas secundarias en la espalda.

Sexta particularidad:
la auto puesta de cuernos. ¿Qué ocurre cuando un macho es perforado por otro macho? El esperma sobrevive y corre como tiene por costumbre hacia la región de los ovarios. Al no encontrarlos, estalla en los canales deferentes de su huésped y se mezcla a sus espermatozoides autóctonos. Resultado: cuando el macho pasivo perfora a una dama, le inyecta sus propios espermatozoides pero también los del macho con el que ha mantenido relaciones homosexuales.

Séptima particularidad:
el hermafroditismo. La Naturaleza no termina de hacer experiencias extrañas sobre su cobaya sexual favorito. Los chinches machos también han mudado. En África vive la chinche
Afroximex constrictus,
cuyos machos nacen con pequeñas vaginas secundarias en la espalda. Sin embargo, estos machos no son fecundos. Parece que están ahí a título decorativo o para alentar las relaciones homosexuales.

BOOK: El día de las hormigas
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