[20]
Como es lógico suponer dadas las ingentes dificultades de la empresa, los Caballeros Tigres que llegaban a convertirse en Caballeros Águilas eran siempre muy escasos; sin embargo, a pesar de lo reducido de su número, la actividad de este pequeño grupo resultó trascendental a todo lo largo de la existencia del Imperio Azteca.
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Al constituirse el Imperio, el antiguo "Consejo Consultivo del Reino" habíase transformado en el Tlatocan o "Consejo Imperial".
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Los otros tres miembros del Consejo Supremo eran el Cihuacóatl y los reyes de Texcoco y Tlacopan. El Cihuacóatl era el Consejero más importante del monarca y la principal autoridad en cuestiones judiciales. A partir de la restauración de la Orden de los Caballeros Águilas y Caballeros Tigres, correspondería siempre al máximo dirigente de esta Orden ocupar el cargo de Cihuacóatl Imperial. Los dos reyes aliados actuaban exclusivamente como consejeros, sin poseer facultades de decisión en las cuestiones internas del gobierno azteca.
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La vasta red de diques con que los aztecas habían logrado un perfecto control de los grandes volúmenes de agua existentes en los lagos del Valle, fue para los españoles motivo de particular admiración. Durante el sitio de la Gran Tenochtítlan los diques quedaron inutilizables al ser perforados en incontables sitios con el fin de permitir la movilidad de los pequeños bergantines artillados utilizados por los conquistadores para cañonear la ciudad. La destrucción de los diques habría de convertirse en el origen de graves vicisitudes para la capital de la Nueva España, que en varias ocasiones padeció de terribles inundaciones.
Tanto en la etapa Colonial como en el Porfiriato y en la Época Actual, se han venido realizando importantes obras de ingeniería —a un costo increíblemente elevado— tendientes a combatir la amenaza de las inundaciones que pende sobre la Ciudad de México; en todos los casos, el sistema utilizado para ello ha sido el de construir canales de superficie o profundos túneles a través de los cuales poder sacar el agua fuera del Valle. El empleo continuado de este procedimiento ha ocasionado un trastorno total en el equilibrio ecológico del Valle: los grandes lagos se han secado y de sus secos lechos de tierra se levantan insalubres polvaredas, una gran parte de la vegetación ha desaparecido, incluyendo vastas extensiones boscosas, el subsuelo se ha resecado provocando un incontenible hundimiento del terreno, numerosas especies de animales se han extinguido, e incluso el clima se ha visto alterado.
Así pues, y con base en los hechos anteriormente mencionados, puede afirmarse que la solución que para resolver el Problema de las inundaciones en el Valle de México adoptaron en su tiempo Nezahualcóyotl y los Aztecas, fue mucho más acertada e inteligente que las que posteriormente han venido aplicándose, con idéntico fin, a partir de entonces.
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Flor. Este día era considerado por los aztecas como particularmente favorable para el desarrollo de las bellas artes, especialmente en lo que respecta a la danza, la poesía y el canto.
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Debido quizás a las condiciones en que se había producido su rescate, así como a su determinante participación en los valiosos descubrimientos llevados a cabo por la expedición, los aztecas consideraron a Macuilxóchitl un testimonio personificado de la capacidad de sobrevivencia del espíritu que animaba a los habitantes de la tierra de sus mayores —una especie de símbolo viviente de Aztlán— otorgándole los más diversos honores; fue consagrada al culto sacerdotal y adoptada como hija por el propio Tlacaélel. A partir de entonces, el Heredero de Quetzalcóatl veló con esmero por la educación de la niña, manifestando por ella un profundo y sincero afecto.
El augurio contenido en el nombre de la pequeña habría de cumplirse plenamente, Macuilxóchitl llegaría a ser, con el tiempo, una de las más destacadas poetisas del mundo náhuatl.
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Chalchiuhnenetzin era hermana del Emperador Axayácatl, y al igual que todos sus hermanos, había dado muestras desde pequeña de una superior inteligencia. Una periódica y virulenta infección en las encías había afeado su rostro imprimiéndole un aspecto de prematura vejez. A pesar de lo desfavorable de su apariencia, Chalchiuhnenetzin había celebrado un buen matrimonio a juicio de todos, pues se hallaba casada con Moquíhuix, personaje de indiscutible talento que desempeñaba el cargo de gobernador de Tlatelolco.
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Moquíhuix era Caballero Tigre y a pesar de que en varias ocasiones había sido propuesto para Caballero Águila no se
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había otorgado dicho grado, pues varios de los dirigentes de la Orden —incluyendo al propio Tlacaélel— opinaban que si bien le sobraban valor e inteligencia, estaba aún muy lejos de poseer la elevada espiritualidad que se requería para ostentar tan alta distinción.
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Estas fiestas duraban diez días y concluían en fecha equivalente al 24 de junio del actual calendario. El objetivo fundamental de las mismas era el de subrayar la transcendencia del solsticio de verano.
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Tlazoltcotl: "Diosa del pecado o de la basura'', "comedera de inmundicias". Se le representaba en los códices con el cuerpo pintado de amarillo.
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A la llegada de los españoles los comerciantes aztecas ("pochtecas") habían adquirido ya una preeminente posición dentro de la sociedad tenochca, pues su figura se aproximaba en buena medida al prototipo de "sacerdote militar" que constituía el ideal de esta sociedad: los comerciantes destacaban por su religiosidad, sabían convertirse en diestros guerreros cuando la ocasión lo requería, y proporcionaban a las Autoridades Imperiales la mayor parte de la información que éstas necesitaban de las poblaciones que proyectaban conquistar.
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[31]
"Aguas divinas sin fin."
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Como se recordará por lo relatado en el Capítulo Primero de esta obra, Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, Emperador Tolteca y Portador del Emblema de la Deidad del mismo nombre, tras de su derrota y expulsión de Tula inició en unión de sus partidarios una larga marcha hacia el sureste. Al pasar por la ciudad de Chololan, vencido por la frustrante desesperación que le dominaba, se despojó del Caracol Sagrado arrojándolo al suelo y rompiéndolo en dos pedazos. A partir de entonces el venerado emblema había quedado dividido en dos partes: una de ellas permaneció en Chololan y era portada por el Sumo Sacerdote de la Hermandad Blanca de Quetzalcóatl, la otra mitad había sido llevada por el propio Ce Acatl Topiltzin hasta Uxmal y entregada al más elevado representante del sacerdocio maya.
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El sol, o más exactamente las fuerzas cósmicas que éste representa.
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El diálogo en náhuatl relativo a este episodio —que al igual que el relato de todas las acciones de Tlacaélel ha sido conservado fidedignamente por la tradición oral— deja ver muy claramente que el Azteca entre los Aztecas hace un juego de palabras con el término "mariposillas" (papalototon) utilizándolo con un doble sentido, o sea dándole la acepción popular que lo empleaba para designar a las mujeres de la llamada vida fácil.
La anécdota en cuestión resulta particularmente interesante, pues es la única que nos revela a un Tlacaélel dotado de sentido del humor, sin que desde luego nos sea posible dilucidar, a través de este solo hecho, si dicha característica formaba realmente, parte de su personalidad, o si lo ocurrido fue tan sólo un episodio aislado, que tuvo lugar en una época en que el forjador del Imperio Azteca tenía ya una edad muy avanzada.
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[35]
Centeotl: anciano sacerdote de Chololan de quien Tlacaélel recibiera la mitad del Caracol Sagrado de la cual era depositario. (Ver Cap. I de esta obra,.)
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Kukulkán: nombre dado por los mayas a Quetzalcóatl.
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En otras palabras, lo que Na Puc Tun afirmaba era que se iba a operar un cambio en las energías cósmicas predominantes en Me-xíhc-co, y que las provenientes de la unión del Sol y Venus, prevalecerían sobre las que conjuntamente irradiaban el Sol y Marte.
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