Cuarenta segundos después
Fw:
Pero, Emmi, Bernhard y tú pasasteis unas idílicas vacaciones de reconciliación en las Islas Canarias.
Treinta segundos después
Re:
No fueron unas idílicas vacaciones de reconciliación, fueron unas armoniosas vacaciones de costumbre. En la escala de las buenas vacaciones, ésas son las dos posibilidades más distantes entre sí desde el punto de vista emocional. Las cosas estaban claras entre nosotros.
Cuarenta segundos después
Fw:
Tan claras que después volviste con él. Para mí ése fue un indicio seguro de la solidez de vuestro vínculo.
Ocho minutos después
Re:
¡Y para mí fue un indicio seguro de tu don para juzgar mal las cosas cuando ya no es posible juzgarlas mal! La propuesta que te hice desde La Gomera no podía ser más clara. Pero tú, al pasarla por alto, la rechazaste. Dejaste escapar las ondas como de costumbre. Desde que nos conocemos, has ido perdiendo una séptima ola tras otra, querido mío.
Cuarenta segundos después
Fw:
Y por eso te decidiste por Bernhard y volviste con él. ¿Qué puede juzgarse mal de eso?
Cinco minutos después
Re:
No, Leo. Sólo retomamos nuestra convivencia familiar y nuestra relación de conveniencia. De ese modo, yo podía vigilar mejor a los niños cuando él estaba de gira. Además, así ya no me sentía tan perdida en la sala de espera de Leo, con los ojos clavados en las paredes blancas.
Cincuenta segundos después
Fw:
Eso yo no lo sabía.
Treinta segundos después
Re:
Ya lo sé.
Cuarenta segundos después
Fw:
Aunque sea algo nuevo y poco habitual, me hace bastante bien saberlo.
Treinta segundos después
Re:
Me alegro por ti.
Tres minutos después
Fw:
¿Y ahora?
Cincuenta segundos después
Re:
Ahora propongo que necesito un
whisky
.
Treinta segundos después
Fw:
¿Y luego?
Dos minutos después
Re:
Luego puedes volver a preguntarme si quiero ir a tu casa. Mientras tanto ya puedes ir empezando a practicar tu mirada de la retama y a contar olas.
Cinco minutos después
Fw:
¿Has terminado el
whisky?
Treinta segundos después
Re:
Sí.
Veinte segundos después
Fw:
¿Vienes?
Quince segundos después
Re:
Sí.
Treinta segundos después
Fw:
¿De veras?
Veinte segundos después
Re:
Sí.
Veinticinco segundos después
Fw:
Hasta ahora.
Veinte segundos después
Re:
Sí.
Tres meses después
Sin asunto
¿Estás conectado, amor? ¿Me he dejado el móvil en tu casa esta mañana? ¿Puedes buscarlo? 1) En el bolsillo del albornoz. 2) En los vaqueros negros (están en la cesta para la ropa, espero que aún no los hayas lavado). 3) En la cómoda del vestíbulo. O, mejor todavía: llámame y escucha dónde suena.
Un beso,
E.
Dos minutos después
Sin asunto
No he dicho nada. Ya lo he encontrado. ¡Tengo muchísimas ganas de verte!
E.
Tres horas después
Fw:
Hola, querida.
¡Qué bien leerte! ¡Qué bien escribirte! Podríamos hacerlo más a menudo.
Mil besos. ¡Y ven con hambre!
Hasta luego, Leo