Pocas páginas más adelante, en ese mismo cuaderno, y también en relación con
La muerte visita al dentista
, Christie prueba nuevas variaciones sobre el mismo tema, introduciendo esta vez «ideas secundarias».
Pos
[ibilidad]
A. La primera esposa sigue viva…
A. | (a) lo sabe todo… coopera con él |
| (b) no lo sabe… él pertenece al servicio secreto |
Pos
[ibilidad]
B. La primera esposa ha muerto… Alguien lo reconoce a él… «Yo tuve una gran amistad con su esposa, no sé si usted lo sabe»
En un caso y en otro, el crimen se lleva a cabo para que no se llegue a saber la realidad del primer matrimonio y los complejos preparativos que se han tomado
C. Por sí solo
D. En cooperación con la esposa, que es su secretaria
Idea secundaria C
Las «amigas», la señorita B y la señorita R… una va al dentista
O
¿
Va la esposa a un determinado dentista
?
La señorita B concierta una cita… con el dentista…
La señorita R es la que acude
La dentadura de la señorita R queda archivada con el nombre de la señorita B
También en el Cuaderno 35, aunque esta vez en relación con
Cinco cerditos
, encontramos algunas cuestiones elementales y las posibilidades sujetas a consideración:
¿Asesina la madre a…
A. Marido?
B. Amante?
C. Tío rico, o tutor?
D. Otra mujer (por celos)?
¿Quiénes eran los otros?
Durante la planificación de
La señora McGinty ha muerto
(véase también el capítulo 7), los cuatro asesinatos acaecidos en el pasado, en torno a los cuales se construye la trama, proporcionaron a Christie un número casi infinito de posibilidades, en torno a las cuales trabajó metódicamente, haciendo un seguimiento a fondo de casi todas ellas. Más que ninguna otra de sus novelas, este guión pareció ser un auténtico desafío para su fertilidad mental, puesto que llegó a considerar a todos los personajes residentes en Broadhinny, escenario en que se desarrolla la novela, como posibles participantes en los antiguos asesinatos. En este extracto del Cuaderno 43 aborda varios guiones posibles, en los que se subraya el posible asesino (el subrayado es de Agatha). Como ya sabemos, la idea por la que finalmente optó es la marcada como 1B.
¿Cuál?
1. | A. Falso… los ancianos Crane… con la hija (Evelyn, chica) |
| B. Verdadero… Robin… el hijo con la madre |
2. | A. Falso… Madre inválida (o no inválida) e hijo |
| B. Verdadero… La aburrida esposa de un esnob, |
3. | A. Falso… Una mujer artista con su |
| B. Verdadero… Mujer de mediana edad, pareja aburrida, o los Carter, más vistosos (la hija inválida) |
4. | A. Falso… Viuda que pronto se ha de casar con un hombre rico |
5. | [A] |
| [B] |
Más adelante, en el mismo cuaderno, considera cuál de los personajes encajaría mejor en los perfiles de los crímenes antiguos, el caso del asesinato de Kane:
Podría ser
La madre de Robin (E. Kane)
Robin (hijo de E. K.)
La señora Crane (E. K.)
Su hija (hija de E. K.)
La señora Carter (hija de E. K.)
El joven William Crane (hijo de E. K.)
La señora Wildfell (hija de E. K.)
En el Cuaderno 39 Christie sopesa seis ideas para la trama (¡a pesar del encabezamiento!), y las cubre con breves esbozos relativos al secuestro, la falsificación, el robo, el fraude, el asesinato y la extorsión:
4 ideas repentinas para relatos
¿Secuestro?
[La aventura de]
Johnnie Waverley una vez más… Una rubia platino… ¿se secuestra ella sola?
¿Testamento invisible? Testamento escrito en otro documento distinto
Robo en el museo… ¿Célebre profesor toma una serie de objetos y los examina? O lo hace uno de los integrantes del público
Sellos… Una fortuna escondida en ellos… Consigue el concurso de un comprador que se los adquiera
Un suceso en un lugar público… ¿El Savoy? ¿Una sala de baile? ¿Un té para debutantes? ¿Las madres son asesinadas en rápida sucesión?
El pequinés desaparecido
Al decir «repentinas» da a entender que las fue anotando mientras esperaba, por ejemplo, a que hirviese el agua, y es probable que así fuera. Es discutible la datación de este extracto. La referencia al «pequinés desaparecido» remite a «El león de Nemea», recopilado en el volumen
Los trabajos de Hércules
, aunque se publicó por primera vez en 1939. Todo esto, considerado conjuntamente con la referencia al «té para debutantes», probablemente indica que se trata de una fecha a finales de los años treinta, cuando Rosalind, la hija de Christie, habría tenido edad para debutar en sociedad. Sólo dos de las ideas llegaron a publicarse («el testamento invisible» en «Móvil versus oportunidad», recogido en
Miss Marple y trece problemas
, y «sellos», en «Una extraña broma» y en
La telaraña
), aunque no exactamente en la forma en que se presentan aquí.
En el Cuaderno 47 Christie aparece dedicada de lleno a la planificación de un nuevo relato breve, probablemente un encargo, ya que especifica el número de palabras que ha de tener. Lo siguiente aparece en una sola página, y seguramente fue escrito de un tirón:
Ideas para un relato de 7.000 palabras de extensión
¿Una idea de «Ruth Ellis»?
Dispara a un hombre… No es una herida mortal… Otro hombre (o mujer) le presiona
Decir que esta segunda persona fue…
Por desgracia, no siguió trabajando en esta idea, que no dio por resultado ningún relato; cuatro páginas después vuelve a urdir la trama de la obra teatral
Una visita inesperada
, de modo que el extracto probablemente data de mediados de los años cincuenta. (Ruth Ellis fue la última mujer condenada a morir ejecutada en la horca en el Reino Unido, en julio de 1955, convicta de haber matado de un disparo a su amante, David Blakely.)
A
lo largo de los cuadernos aparecen docenas de intervenciones escritas que demuestran que junto a la Agatha Christie creadora infatigable y plena de recursos, la profesional y crítica, aparece codo con codo otra Agatha Christie: la irónica humorista. En muchos de estos casos «pensaba» directamente sobre la página; son varios los ejemplos en los que se interpela de esta forma a sí misma.
A veces es mera especulación mientras acaricia diversas ideas antes de decantarse por una:
«¿Y esto otro qué tal?»,
anota mientras elabora el horario de «La locura de Greenshaw».
«Sería buena idea…»,
apunta de manera hipnótica en una página que, por lo demás, está en blanco.
«… o incluso un poco mejor»,
reseña cuando afianza el móvil de
Asesinato en la calle Hickory
, que está a punto de investigar Hércules Poirot.
«¿Y si las chicas encontrasen un trabajo?»,
dice en las primeras notas que tomó para
Misterio en el Caribe
.
«¿Quién? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuál?»,
la esencia del relato detectivesco según aparece en
La muerte visita al dentista
.
«¿Hacia dónde nos dirigimos?»,
se dice en medio de la trama de
Tercera muchacha
.
«Una persona de gran renombre… (¿del tipo de Aneurin Bevan?) ¿de vacaciones? Sería difícil, porque no sé nada de la vida de los ministros…»,
dice meditabunda mientras trata de dar con una idea novedosa en los años cuarenta.
Cuando se ha decidido por una trama, a menudo medita a fondo sobre los intríngulis y las posibilidades de una variación:
«¿Y, entonces, tiene que estar Jeremy allí en ese momento?»,
se pregunta al meditar los movimientos del personaje de
La telaraña
.
«¿Qué contiene la carta? O no…»,
apunta en el transcurso de
Un gato en el palomar
.
«¿Cómo propicia que…? ¿Qué fármaco emplea…?»,
mientras planifica
Misterio en el Caribe
.
«Sí, es mejor si muere el dentista…»,
decisión a la que llega mientras urde la trama de
La muerte visita al dentista
.
«¿Por qué? ¿¿¿Por qué??? ¿¿¿¿¿Por qué?????»,
revela su frustración durante
La muerte visita al dentista
.
«Podría ser el asesino… si es que hay asesinato»,
posibilidad que consigna para
Fiddlers Three [Tres violinistas]
.
Como todo profesional que se precie, es autocrítica:
«no es buena la idea de los gemelos… la mujer, criada de uno de los dos… ¡¡NO!!»,
es una decisión tomada cuando esboza
Los trabajos de Hércules
.
«N. B.: Todo es muy improbable…»,
se dice mientras se aproxima al final de
La señora McGinty ha muerto
.
«De acuerdo… Un poco más de elaboración… ¿más profesoras?»,
reflexiona cuando no está muy contenta con el desarrollo de
Un gato en el palomar
.
No faltan los recordatorios que se hace a sí misma:
«Verificar el envenenamiento por datura… y releer
El toro de Creta
»,
se dice mientras escribe
Misterio en el Caribe
.
«Hallar el relato sobre el niño y los niños que juegan con él»,
anota seguramente aludiendo a un relato corto, «La lámpara».
«Posible variante… (Leer un libro de un detective antes de mecanografiar)…»,
recordatorio anotado durante la elaboración de
Los relojes
.
«Una buena idea… pero hay que trabajarla a fondo…»,
se dice a sí misma en las notas de
Némesis
.
«Cosas por encajar…»,
reseña durante la redacción de
El templete de Nasse House
.
Y tiene algunos destellos de humor:
«Van D. estalla…»,
apunta cuando piensa
Misterio en el Caribe
.
«Pennyfather se lleva un porrazo…»,
en una descripción poco caritativa de
En el hotel Bertram
.
«Sugestiones elefantinas…»,
evidentemente de
Los elefantes pueden recordar
.
«Las sospechas del lector (¡qué inteligente!) se dirigirán hacia la
enfermera
»,
en una observación, con su astucia característica, tomada de
Telón
, en donde la enfermera es completamente inocente (¡nótese el signo de exclamación en el paréntesis!).
Cuando se paraba a considerar cuál iba a ser su próximo libro, antes incluso de llegar a la fase en la que urdía la trama, Christie sondeaba las posibles ambientaciones de la narración. El siguiente extracto se halla en el Cuaderno 47, pocas páginas antes de las notas correspondientes a
El tren de las 4:50
(y este listado contiene el germen de ese libro), por lo que parece datar de mediados de los años cincuenta: