Sangre en el diván (19 page)

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Authors: Ibéyise Pacheco

Tags: #Ensayo, Intriga

BOOK: Sangre en el diván
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En cuanto a Roxana, si es hija de una madre depresiva, es muy grave porque desde bebé va a carecer de la energía, la mirada con ilusión de la madre, porque la madre no está; está deprimida. No tiene ni la risa ni la ilusión. Terrible para la bebé.

En la historia de Roxana yo encuentro un elemento adicional al de la mujer desengañada. Es un elemento que puede ser llamado altruista, o en otro sentido, venganza. El altruista era denunciar a Chirinos para que él no engañe a otras mujeres, para detener su poder de seducción y de daño a otras pacientes, cumpliendo ella la labor de salvar futuras pacientes. Pero también puede haber una motivación vengativa. Él, que le hizo tanto daño, que no la quiere, a él lo va a denunciar para que no esté con otras mujeres.

Ciertamente, él debe haberse sentido muy amenazado.

Chirinos es capaz de mantener esa doble vida, yo diría que patológica, encuentro que es posible que esa misma personalidad pueda cometer un crimen. No lo veo imposible. Lo veo factible. Si lo hizo o no, no lo sé, pero una personalidad así, dividida, puede perfectamente cometer un crimen, es más sin sentir culpa, porque de la vida sexual de él, que es patológica a todas luces, de esa tampoco tiene culpa. Se puede decir que es probable.

Aunque la verdad de esa historia, la sabe ella que está muerta, y la sabe él. Pareciera que él se siente inocente. Que ni siquiera siente arrepentimiento o culpabilidad. Igual él se cree inocente de la conducta patológica sexual que ha tenido en su vida. Para la psiquiatría su práctica es una vergüenza. Que un psiquiatra sea él u otro tenga esa práctica, daña el prestigio de la profesión.

Los sociólogos que estudian el funcionamiento de la sociedad podrían responder por qué está sociedad colocó en un pedestal a Chirinos; o los religiosos que estudian la conducta moral de los miembros de esta sociedad; o los psiquiatras que reciben en sus centros a las personas más (lañadas mentalmente de esta sociedad; o un psicoanalista que trata de comprender la conducta individual de un ser humano y cómo se puede entender la conducta de la sociedad. Todos podríamos tratar de explicar por qué esta sociedad colocó a Chirinos en un pedestal.

Freud, fundador del psicoanálisis, durante su vida profesional que duró 50 años, escribió ciertas obras tratando de responder por qué suceden estas cosas. A Freud le tocó vivir horrores, así como ahora los venezolanos vivimos el horror de la historia del crimen de Roxana y de tantos otros. En la Primera Guerra Mundial, muchos familiares de Freud murieron, y él comenzó a reflexionar, preguntándose por qué en la sociedad se matan unos a otros. Escribió un texto,
¿Por qué la guerra?
Y te digo, el ser humano trata de evitar el dolor, no estoy hablando del dolor físico, me refiero al dolor psíquico. El ser humano trata de evitar el dolor psíquico que muchas veces viene por la vía de lo que nosotros llamamos angustia. Entonces el ser humano trata de evitar el dolor. Cuando tú le informas a una persona de algo horrible, esa persona se asusta, puede entrar en angustia, y el común de las personas, lo más frecuente, responde utilizando un mecanismo mental para aliviar la molestia de la novedad. Eso se llama la negación, un mecanismo mental. Otro mecanismo parecido, un poco distinto pero que cumple la misma función, se llama la desmentida. Entonces los seres humanos usamos la negación y la desmentida. ¿Para qué? Para salir adelante a hacer una vida sin tener en tu mente una historia trágica. Si es negación, tú lo olvidas y no lo recuerdas. Si es desmentida, lo apartas, pero sigues recordando. Eso termina en complicidades, que es ley de todos los días.

No quiero hacer comentarios políticos, pero sólo basta abrir el periódico para ver cuántos cómplices pasivos o negadores hay en nuestra realidad venezolana todos los días.

El ser humano es complicado, muy complicado. Es la condición humana. En el mundo. Mientras más civilizados somos, que significa más adaptados a reglas comunitarias, más neuróticos somos. Porque la civilización va en contra del ser humano. La naturaleza humana es animal, pero entramos al mundo de la civilización y frenamos eso. Salimos del mundo de los animales y entramos a la prohibición del incesto y del parricidio. Tú no le levantas la mano ni a tu madre ni a tu padre, y tú no tienes relaciones con tus padres. Eso no tiene que estar escrito en algún lado porque está en la mente. Es un valor civilizado. Pero eso, neurotiza al ser humano. Porque tienes que disfrutar la vida con esas prohibiciones.

Desde el punto de vista del psicoanálisis, toda relación humana está sometida a un vaivén de emociones. Eso no es nada extraordinario. Estoy diciendo algo obvio. Cuando hay una relación de emociones, eso se llama transferencia. Es decir que la transferencia es universal, no es nada raro. Esa transferencia puede ser de cualquier tipo, puede ser de admiración, de miedo, de odio, de sumisión, de rechazo, de lo que tú quieras, pero es una relación emocional. Nosotros los psicoanalistas tenemos la propuesta de estudiar esa relación tan común, y por eso decimos que esa relación emocional tiene que ver con la infancia de la persona que siente lo que siente.

Cuando tú trabajas con un paciente, igual va a haber transferencia, pero tú como profesional de antemano ya sabes. Si esa relación de transferencia la pones más intensa, puedes decir que el paciente admira a su psiquiatra, lo ve como un sabio sí, y uno tiene que saber eso. Pero uno, no se lo cree. Porque yo no soy ningún sabio. Pero el paciente me ve así, es lo natural. Y esa relación de transferencia no se usa. Jamás. De las pocas cosas que uno puede decir porque lo que uno hace es oír las dice para que te escuche el paciente. Pero utilizar la transferencia con propósito de alguna otra cosa, está prohibido en el Código de Ética de la Asociación Internacional de Psicoanálisis que arropa a todos los psicoanalistas del mundo. Es un Código de doce principios. Uno de ellos dice eso: no se puede usar la transferencia ni para beneficio económico, ni político, ni social. Eso es un delito. Mucho menos sexual. Son delitos éticos gravísimos.

Este tema de Chirinos hay que hablarlo, aunque es realmente doloroso.

MIGUEL ÁNGEL DE LIMA
**

Groucho Marx: «Estos son mis principios pero si no te gustan, tengo otros».

Chirinos profanó el consultorio. Y manejó su capacidad de infundir miedo.

Cuando uno habla de psicopatía, habla de un tipo de trastorno de personalidad. Esa es una categoría relativamente nueva dentro de la manera de clasificar las enfermedades mentales. La neurosis y la psicosis responden a distorsiones muy profundas en el carácter, y que en el campo de expresión de esas enfermedades, se expresan preferentemente en las relaciones interpersonales. Estas distorsiones se agrupan en
clusters,
que significa manojo, puñado. Unos, son excéntricos, raros. Los segundos, los
borderlines,
son llamados límites, fronterizos; el
border
trastorno narcisista, el trastorno psicopático o antisocial de la personalidad. Pero al final, lo que uno ve, es que la persona tiene una mixtura de todos esos rasgos. Que no es lo mismo tener rasgos, que el trastorno bien definido. Porque rasgos tenemos todos.

En Chirinos hay una mezcla de rasgos, con muchos de estos trastornos juntos. Se puede hablar de trastorno mixto de la personalidad.

Visto su caso, por las pruebas hechas públicas hoy por hoy, se evidencia el trastorno narcisista.

Los narcisistas son más ajustados social e intelectualmente. En ellos está marcada la ambición, la búsqueda de poder. Se trata del típico retador. Los políticos del mundo tienen mucho de esto. Todos somos fichas para sus intereses. Hay una necesidad de exhibición para que se les vea.

¡Díganme que soy grande! La tendencia hacia la grandiosidad, la megalomanía, el egocentrismo. En esa búsqueda de la satisfacción de sus deseos, es muy fácil que exploten a los demás, que utilicen a la gente sin piedad, de manera inmisericorde, implacable. Porque no sienten culpa. Eso de los escrúpulos, el remordimiento, no existe.

Chirinos es incapaz de amar. Sólo se quiere él. No puede generar un vínculo real con nadie.

También está su incapacidad de aprender de la experiencia. Es como el cuento del escorpión: «Yo soy así, no puedo cambiar eso». Apliquémoslo a este caso. Si yo estoy en las postrimerías de mi vida, estoy a punto de retirarme a mis cuarteles de invierno, con una trayectoria pública intachable de más de 50 años. Si fui construyendo mi carrera a pulso, ascendí por los caminos que sea, pero ascendí, ¿por qué terminar así? ¿Por qué no me retiro a mis 70 y pico de años?

Porque soy insaciable. Eso es lo otro: la voracidad. Niñas, mujeres mayores, gordas, flacas, rubias, negras, 400, 500 fotos.

Si uno tiene que definir en un solo enunciado qué es un psicópata, hay que afirmar que es una persona capaz de todo. Algunos de ellos llegan a decirlo: «Soy capaz de todo», y están hablando en serio. Incluso hasta para dar el último paso, el que históricamente ha sido más sancionado, que es disponer de la vida de otro con sus propias manos, porque también hay algo en el disfrute de hacerlo personalmente, no a través de una orden a terceros.

La crueldad. Estas personas tienen antecedentes desde que son niños de crueldad, por ejemplo, con animales. Se trata del típico niño que mata animalitos, o los maltrata. La personalidad psicológica se conforma en los primeros cinco años, y comportarse de esa manera a esa edad, significa una conducta que busca hacerle daño a alguien, que en este caso sería un animalito indefenso.

Tiene tendencias también a las adicciones, a medicamentos, sexo. Luego todo se va imbricando. La capacidad de generar daño es directamente proporcional a la cuota de poder que tienen. Son entonces más peligrosos. La larga mano del perverso. Y así acaban con una comunidad, un pueblo, una región, un país. Si son bien dotados intelectualmente, su capacidad para ser astutos, para esconderse, para maniobrar, es mayor.

Pero no está loco, eso es mentira.

Trastorno es una alteración de lo sano. No toda alteración conductual, comportamental, implica locura. Algunos dicen que son tres las estructuras de la personalidad: es neurótico, o es psicótico, o es perverso. El loco es el psicótico: pérdida de control de sí mismo, alucinaciones, delirios, falta de conciencia de enfermedad. Usualmente lo niegan.

Los trastornos de personalidad siempre tienen que ver con la relación social. Los border tienden a psicotizarse. Entran y salen, eso contribuyó a generar esa categoría. Es el grado de disociación, un desdoblamiento del contenido psicológico, bajo una máscara. Pero en el caso del psicópata, tú eres un instrumento, una pieza que yo voy a mover para satisfacer mis deseos. Me satisface controlar al otro, someterlo y humillarlo. Sus relaciones surgen de su aura de grandeza.

Pero hay un vacío entre lo imaginado y lo que son en la vida real. Y algunos, para no sentir la gran angustia del vacío, necesitan matar.

Una comunidad puede perder la perspectiva de evaluación de un personaje.

¿Está la sociedad enferma? Sí. Parece que se premia la mentira, los fraudes, el engaño. La sociedad en pos del éxito. ¿Cómo hago para ser reconocido delante de mis pares? Soy capaz de todo para obtener prestigio, fama, dinero. La masa se vuelve insaciable. La sociedad de consumo. Consumo sexo y consumo personas. Esa es la regla. Terrible. Duro que la gente cuando envejece salga del mercado sexual. ¿Acaso no vale nada?

Nos estamos despersonalizando. Nos estamos deshumanizando. La dicotomía del todo o nada.

Chirinos se derrumbó y pasó a ser desechado. Se acabó.

CARMEN VALLENILLA
***

Zeus es Dios, el Dios griego, y a los psiquiatras nos seduce la simbología. Cuando hablas de Dios, hablas de Zeus. Le puedes poner cualquier nombre, Dios, Alá, Jehová, pero un personaje como Chirinos, se siente Zeus. Porque Zeus tiene unas características, y ninguna religión te habla de las características de Dios. Sin embargo, tú tomas un libro en el que se hable del arquetipo de Zeus, y allí está. Tú sabes que es Dios. El personaje Chirinos se describe sólito como si fuese Dios, pero no el de la religión, sino el Dios que vive en la época preolímpica, en la creación del mundo.

Creerse Dios se llama narcisismo. Y para ser narciso, tú tienes que tener un buen nivel intelectual. No sólo belleza física. El narciso es el personaje que tiene la razón, la verdad en sus manos. Es capaz de hacer milagros. Hipnotiza, cautiva. Todo lo que sucede a su alrededor se debe a él. Todo es producto de él, hasta donde su imaginación lo determine.

Un narciso fácilmente se lleva la ética por delante. ¿Por qué no se la va a llevar? De hecho, juega constantemente con la fama. Si yo tengo acentuados los rasgos de narcisismo, obviamente me voy a ubicar en sociedades donde haya poder. Voy a procurar acercarme a la gente con más alto poder adquisitivo, para sacarle provecho a ello.

El comportamiento de Chirinos pareciera que no sólo tendría que ver con su narcisismo. Yo no lo te lo podría probar, pero siento que él tiene un problema con su sexualidad. Él puede gozar, disfrutar del poder que tiene sobre alumnos, pacientes, pero yo lo siento aún más bizarro, más complicado. Su confesión de cómo maneja la seducción, va más a otro terreno; claro, el ser narciso es como el ingrediente que hace de él una bomba letal. Además de otras características que tienen que ver con la falta de ética con los demás. Pasarse por el bolsillo del pantalón las condiciones con las que tú tienes que atender a un paciente. A él no le importa nada, ni nadie.

Para no ser tajante, en una evaluación se consideran los rasgos acentuados de un paciente, pero cuando aparece la patología, obviamente habrá un mal funcionamiento en cualquier área. Eso va a interferir en las relaciones familiares, laborales. Son muy difíciles las relaciones con un narcisista porque si vas en contra de todo eso, te anula. Si puede, te aniquila. Ese es el problema del narcisismo, la patología como tal. Te aplasta, te descalifica.

En el caso de Chirinos el narcisismo parece patológico. Habría que explorar un poco más, pero con él te puedes preguntar, ¿por qué te quiere engañar? ¿Por qué dice tantas mentiras sobre sí mismo? Es para que no lo descubras. Para que no detectes su falta, o su lado débil. Es para ocultar. En él destacan rasgos de un trastorno de la personalidad antisocial, que es lo que antes llamaban la psicopatía y ahora podríamos definir como trastorno de personalidad antisocial. Eso es lo que él quiere esconder.

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