El tercer brazo (37 page)

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Authors: Jerry Pournelle Larry Niven

Tags: #Ciencia Ficción

BOOK: El tercer brazo
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—¿Dónde estaba su aliado Bizancio?

—Del otro lado de su órbita, muy lejos para interferir de manera directa, preocupado por problemas locales e incapaz de enviar una flota de batalla grande. No quedaron contentos, y nos culparon por nuestro descuido. Pero el colapso del Coágulo fue lento en producirse, y a nadie le gusta servir en el bloqueo.

«Eso sí que es verdad», pensó Renner, y recibió un gesto de asentimiento de Chris Blaine.

—Habiendo sido desposeídos, realizamos lo que pudimos para recuperar nuestra posición. Los Comerciantes de Medina hicieron partícipe a la Compañía de la India de parte del secreto. Al haber tomado el punto de Eddie el Loco, la Compañía de la India también adquirió sus obligaciones. Bizancio les proporcionó la tercera aprendiz de la segunda estudiante de su Fyunch(click).

—Para no perderme… —comenzó Kevin.

—Bury-Uno había muerto. Los Comerciantes de Medina tienen a Bury 3A, yo. Bizancio aún dispone de Bury 2 y de Bury 3B. Bury 3C, de Bizancio, fue destinado a la Compañía de la India. Otra familia compró a Bury 3D mientras aún disponía de riquezas; quizá hayan vendido a algunos Bury 4. Tal vez Bizancio esté entrenando a otros.

Bury se quedó mirando a la sombra deformada con asombro.

—¿Me he convertido en la base de su economía?

—No extensamente, Excelencia… de momento. Por supuesto, yo me he vuelto mucho más valiosa desde que tuve el honor de hablar con usted de forma directa.

—Maravilloso.

—Nuestro propio problema era que la Compañía de la India envió las sondas más baratas posibles. Ustedes iban a notarlo. ¿Por eso arribaron con tanta rapidez?… Sí. Pero tener un Fyunch(click) de Horace Bury hizo que la Compañía de la India se volviera más confiada que lo que debería… tal como lo planeamos. Su estudiante Bury no es astrónomo. Les proporcionamos la planimetría equivocada para el esperado nuevo punto de Eddie el Loco, y ellos la aceptaron.

—Puede que estén irritados con ustedes. Están atacando a esos intrusos, los Tártaros de Crimea, pero ¿a quiénes fueron enviados para atacar?

—Excelencia, bien puede usted… Discúlpeme —dijo Eudoxo, y la pantalla del monitor se tornó oscura.

—¿Blaine? —inquirió Kevin.

—Las naves pajeñas fueron más fáciles de destruir hace nueve años —repuso Chris Blaine—. Antes de mi servicio, pero aparece en los registross. El Escuadrón de Eddie el Loco pensó que se debía a que nosotrostros mejorábamos.

Bury asentía, divertido.

—La palabra
bizantino
puede que se haya inventado justo para los pajeños —comentó—. ¿Bueno, Kevin?

—Podemos trazar mapas. Mapas de computadora, hologramas con movilidad. Deberíamos hacerlo.

—¿Sí, Jacob?

—Lo he estado haciendo. Horace, creo que por fin tus intereses y los míos quizá hayan coincidido. Échale un vistazo a esto. —De repente todos los monitores se encendieron con una vista axial del sistema de la Paja. Permaneció quieta durante un momento; luego, comenzó a girar como un remolino indolente—. Y ahora noten esto —el indicador de Buckman siguió el anillo sombreado de los cometas—. Paja Gamma significa recursos para cualquiera en esta región. Una mejor fuente que los cometas cercanos, ¿correcto? Porque los cometas se hallan muy separados. Allí por donde pasa Paja Gamma se produce un florecimiento económico. Cuando se va, hay una recesión. ¿Control de cordura, Horace?

—Es muy probable. El florecimiento se extendería tal vez en unos veinte grados de arco antes de que los costes crecieran demasiado. Paja Beta estaría demasiado cerca del sol para tener semejante efecto. Y si… ¿qué son esas marcas? El viejo punto de Salto al Ojo, el nuevo…

—Sí.

No se movían. La materia fluía a su alrededor y los dejaba atrás.

—Los puntos de Eddie el Loco. Y el nuevo Salto a la enana roja, la Hermana de Eddie el Loco. Treinta grados en dirección contraria de Paja Gamma, y diez grados más arriba en paralelo al eje de la Paja. El Comercio de Medina no dispuso de acceso fácil a los recursos de Paja Gamma.

Renner observó rotar el mapa de la pantalla. El punto de Eddie el Loco, no muy lejos hacia afuera de la órbita de Paja Beta, se había movido unos pocos cientos de miles de klicks cuando la Protoestrella de Buckman (el Coágulo) se convirtió en la Estrella de Buckman. Pero la Hermana se hallaba a mil millones de klicks de distancia, por encima del plano del sistema y mucho más allá de Paja Gamma.

Eudoxo volvió a aparecer.

—Excelencia, capitán, mi Amo entrará en acción para recuperar a su gente y sus bienes. Nuestra posición de negociación está empeorando.
Hécate
se halla en vuelo con una escolta de Tártaros de Crimea, doce naves de diversos tamaños que se alejan del sol y fuera de las posiciones del Kanato.

Parece que los Tártaros han roto relaciones con el Kanato. Treinta y seis naves de Crimea siguen al mando de la Hermana. El contingente de la Compañía de la India ha huido.

Los ojos de Bury y de Kevin se encontraron; Horace guardó silencio.

—Su nave perdida debería encontrarse a salvo con los Tártaros de Crimea —prosiguió la pajeña—. Ningún jugador de este juego se arriesgaría a dañar algo tan valioso, ni siquiera grupos piratas como el Kanato, que sólo pueden conjeturar el valor del
Hécate
de acuerdo con las maniobras realizadas por otros… Negociaremos el modo de reunirles.

Claro que una Mediadora negociaría, pensó Kevin. Apenas podría planear una guerra, aunque si era capaz de calcular las fuerzas relativas… pero si se llegaba al caso de tener que rescatar al
Hécate
, ello debería depender de las naves del Imperio.

—Así que enviaron a la Compañía de la India a vigilar el lado equivocado del cielo —comentó—. ¿Y ahora están enfadados?

—Y con razón. Pero no disponen de la riqueza que tenían cuando nos arrebataron a la fuerza el punto de Eddie el Loco. Enviaron naves nominales al Ojo, y tampoco pueden permitirse el lujo de una flota de guerra de verdad.

—Hábleme del Kanato.

—Ah, sí, el Kanato. Verá, la base principal del Comercio de Medina se halla bien dentro de los cometas, no convenientemente cerca de la Hermana. Una sucesión de cometas grandes ha servido como bases interiores, por lo general a pocos minutos luz de la Hermana. Aun ahora vamos de camino hacia la Base Interior Seis, y más naves nuestras se nos reunirán allí. Pero como fuente inmediata de elementos volátiles, agua y minerales, a veces movemos la cabeza de un cometa pequeño para que pase muy cerca de la esperada Hermana.

»El Kanato tiene su base en un cúmulo de cometas situado hacia afuera y adelante del Comercio de Medina. Esperan que la riqueza entre en su camino cuando Paja Gamma se instale en su sitio dentro de cincuenta mil horas. Mientras tanto, sobreviven como bandidos. Debieron sorprenderse del emplazamiento demente de nuestro pequeño cometa, pero codician los recursos. Sin embargo, los Tártaros de Crimea parecen saber por qué queríamos nosotros los recursos en su sitio.

—¿Pueden estar trabajando con alguien más? —preguntó Bury.

—Explíquese —pidió la pajeña.

—Es sólo una pregunta, Eudoxo. ¿Quién estaba al tanto de la Hermana? Medina, Bizancio, la India, y cualquier otro que fuera capaz de deducir la verdad por la observación. La India recibió un lugar geométrico erróneo de la Hermana, pero ¿se hallaban ustedes realmente preparados para tratar con honestidad con Bizancio?

—Por supuesto —repuso Eudoxo.

—Cualquier familia pajeña podría averiguar la verdad gracias a la observación y la deducción —indicó Bury—. Pero Bizancio ya la conocía. Quizá se irritó ante la idea de que Medina dirigiría a la Hermana, estando tan alejada de la influencia de Bizancio. En ese caso, podría buscar aliados más fáciles de dominar.

—Ah.

—Sólo se trata de un pensamiento fugaz. Concluya su historia, Eudoxo.

La pajeña necesitó un momento para reaccionar.

—¿Historia?… Se cuenta con facilidad. Ya nos hallábamos en formación de batalla cuando la India transmitió que una nave nominal destinada al punto de Eddie el Loco no pudo cruzar hasta el Ojo. Nosotros enviamos nominales a lo largo de los brazos del arco donde se esperaba la aparición de la Hermana. Detrás se lanzó una expedición de diez naves, aprovisionadas y dotadas de tripulación con bastante antelación, todas huyendo del fuego con la flota del Kanato. El resto de la flota de Medina las siguió en una retirada vigilada, abandonando nuestro pequeño cometa con la intención de tomar posesión de la Hermana de Eddie el Loco.

»Por ese entonces, los medidores de neutrinos y los telescopios de la Compañía de la India debieron haber detectado la acción. Tienen motivos de queja, tal como usted apunta. Tomaron nuestro territorio a la fuerza. Luego donaron recursos al ejercicio: diez años o mas por valor de sus lastimosas naves nominales. Ahora averiguan que la Hermana no se encuentra donde se les indicó, sino que la flota de Medina se halla emplazada en el sitio correcto. Envían naves.

»No nos sorprendió mucho. Pero cuando nos siguió la flota de los Tártaros de Crimea, sí nos vimos cogidos por sorpresa. Medina esperaba que toda la flota del Kanato permaneciera con el cometa. Cuando nuestra primera nave desapareció, se vio que los Tártaros corregían su curso. Debían de saber qué estaban haciendo.

La cabeza de Jacob Buckman apareció inesperadamente pegada al oído de Renner.

—Lo sabían mejor que Medina.

Kevin se volvió.

—Hable.

—¿Por qué atacó ahora el Kanato? Ahora deja a los Tártaros justo en la posición adecuada para apoderarse de la Hermana. Da la impresión de que algún genio entre los Tártaros…

—Calculó con exactitud cuándo iba a colapsarse el Coágulo. Mmhh. Eudoxo, ¿coincide usted?

—No es mi especialidad, capitán Renner. Lo preguntaré. O quizá alguien les informó.

—¿Quién?

—¡Cualquiera! ¿Es que cree que le he hablado de todas las familias que hay aquí?

—De acuerdo. Prosiga.

—Los Tártaros destruyeron dos de las diez naves de la expedición de Medina. Una se equivocó y no llegó a la Hermana. El resto de nosotros alcanzamos la enana anaranjada. Nuestra flota intentó mantener la Hermana hasta que los refuerzos de Bizancio pudieran llegar, aunque no se los esperaba pronto, o con seguridad. Paja Beta se halla demasiado lejos. Sin embargo, resistieron el tiempo suficiente para que todos nosotros irrumpiéramos de vuelta en una batalla en curso.

—Pero no lo bastante para proteger al
Hécate

—No. Y eso nos trae al presente. En diez horas llegaremos a Base Interior Seis.

8
Medina Base Seis

Los ángeles rebeldes son peores que los hombres incrédulos.

S
AN
A
GUSTÍN

La ciudad de Dios

Base Seis había cambiado. Las cargas de superficie habían volado la mayor parte de toda la masa no explotada de lo que había sido un cometa, fragmentándolo. Una tormenta de nieve de hielo sucio, amoníaco y roca, minerales útiles hasta el advenimiento de la Hermana, se expandió en dirección de la feroz batalla en la Hermana. Si los detritos no protegían a Base Seis de las armas, por lo menos cegarían a los observadores. Sólo los Amos de Medina adivinarían qué estaba pasando aquí, y únicamente porque habían sido partícipes de los planes.

La esfera blanca que sobrevivió era más fría de lo necesario para un cometa. La India había estado al corriente de las refinerías que fabricaban hidrógeno y de las naves que se lo llevaban, mas nunca había sabido de las bombas de calor. No todo el hidrógeno se había empleado para combustible de las naves, y la mayoría de éstas no habían recorrido el trayecto entero hasta el Comercio de Medina.

Medina Base Seis se había convertido en una compacta bola de hielo de hidrógeno con una cáscara de hielo de hidrógeno esponjoso. Así aislada y minuciosamente refrigerada por la evaporación, mantendría su frío durante décadas; con toda probabilidad siglos. Enterrado en la bola de hielo había un generador de escudo de tamaño industrial y estilo Imperio que le había prestado servicio a las seis bases interiores.

Base Seis se hallaba demasiado próxima a la acción, era demasiado vulnerable.

Sus tres docenas de naves en su mayor parte se encontraban desmontadas. Siempre lo habían estado, siempre de manera visible en reparación. El Amo huésped de la India se había quejado de ello, pero nunca había comprendido la importancia de esos motores de cohetes desmontados.

Entonces los Ingenieros de Medina montaron cuarenta y un motores de fusión en un círculo situado a popa de la bola de nieve de medio klick. En unas horas, Base Seis se había convertido en una nave de guerra. Comenzó a acelerar de inmediato, hacia afuera y adelante, en dirección al Comercio de Medina.

La mayoría de las naves de Base Seis, y el hidrógeno que llevaban, había viajado sólo hasta la burbuja negra de forma irregular que Mustafá consideraba como el Almacén: irregular para evitar la detección por radar y otros medios. Dentro del Almacén había una provisión creciente de hidrógeno, y una dotación de Guerreros que no aumentaba porque los torneos mantenían su población estable.

En ese momento las naves de tropas llenas de Guerreros se dirigieron al encuentro de Base Seis. Algunas aterrizarían, otras permanecerían en órbita.

Base Seis era un transporte armado, un depósito de combustible y una nave de guerra, el núcleo de una flota capaz de defender cualquier tesoro que hubiera salido de la Hermana de Eddie el Loco.

Simbad
aceleró a 0,8 gravedades, lo bastante confortable para los pajeños y sin que representara una gran tensión sobre Bury. Detrás de ellos, la Paja no era mucho más que una estrella. Tenía un disco apenas perceptible y resultaba demasiado brillante para los desprotegidos ojos humanos. El Ojo de Murcheson era una apagada mancha rojiza más allá de la Paja.

La marcha estaba compuesta de cuatro naves pajeñas, con Eudoxo en la vanguardia; luego,
Simbad
, seguido de cerca por la
Atropos
; en último lugar, otras cuatro naves de guerra pajeñas.

—Es todo lo que puedo detectar, capitán Renner —informó el capitán Rawlins—. Tengo la impresión general de que por ahí hay más naves en movimiento. Recibimos un súbito destello de reconocimiento, pero nada en lo que podamos centrar nuestros detectores. Igual que… ¿naves sigilosas que cambian de forma?

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